Carín León: “Se me ha criticado porque siempre he sido sincero sobre consumir drogas”
Mientras el mundo decide si el ‘regional mexicano’ es el nuevo reguetón, el mayor renovador del género desembarca en España con un gran concierto el 31 de octubre
Óscar Armando Díaz de León nació el 26 de julio de 1989 en Hermosillo, México. Su signo es leo. Su nombre artístico, Carín León. Es cantante de regional mexicano: el paraguas que engloba muchas músicas locales, desde corridos y mariachi hasta norteño y banda. León es de los grandes renovadores del género: su estilo incorpora elementos del country, del soul, del rock e incluso del flamenco. El 31 de octubre actuará en el WiZink Center de Madrid: buena parte del público español lo conoció hace tres años gracias a la canción Cambia!, de C. Tangana, incluida en su álbum El Madrileño. “Esa colaboración redefinió mi música”, explica hoy. “Yo venía haciendo regional mexicano muy a mi estilo, pero no pecaba de atrevido. Tangana nos ha enseñado a abrir el panorama de nuestra música, abrir nuestras raíces y hacer modernidad, siendo más mexicanos que nunca. Por eso es mi artista contemporáneo favorito”.
Se presenta en la entrevista en Madrid con el sombrero inclinado hacia un lado, como es habitual en él, gesto muy criticado por los puristas del regional. También se burlaron de él tras su actuación en el programa de Jimmy Fallon, por torcer la boca hacia la izquierda al cantar. “Tiendo a modular para ese lado para darle fonéticamente otro sonido”, aclara el cantante. “Se hizo mucho meme de pinche bocachueca [boca torcida], y siempre se me ha criticado por eso, o porque siempre he sido sincero sobre consumir drogas”.
De estas críticas nació la idea de Bocachueca (Vol. 1), su último álbum, presentado este año. “Hubo un momento en el que acepté las críticas. Para que haya luz, tiene que haber oscuridad. Reconocer que tengo la bocachueca significa que ya no me importa”. En la portada del disco, aparece la mano de un demonio retorciéndole la boca. “Esa mano representa el ojo público, con el que tenemos que aprender a convivir. Cuanto más me digan algo, más lo voy a hacer por joder”. Según León, el hecho de ser reconocido y parodiado por cosas como torcer la boca o llevar el sombrero de lado ayuda a crear un personaje. “Siento que en nuestro género hacía tiempo que no había nombres con manías reconocibles”.
Criado en Hermosillo, nadie en su familia se había atrevido a convertir la música en un oficio. “Mis primeros acercamientos a la guitarra fueron con mi papá, al canto con él y con mi abuelo, que era un gran cantante. Siempre estuvimos en mucha comunión con la música desde niño. Los recuerdos más antiguos que tengo tienen que ver con música”, dice. A finales de secundaria, empezó a sentir “la necesidad visceral de cantar”. Se saltaba clases para tocar, y conoció a un grupo de amigos que le descubrieron el regional mexicano. En ese momento el género estaba en declive. “Había una crisis muy cabrona debido al modelo de cómo se manejaba la radio, del rollo de la payola [el soborno que se da para emitir una canción], de toda esa mafia que se hizo alrededor de la música regional mexicana”. Llevaba 50 o 60 años estancada, según León. “Siempre se hacía lo mismo, con los mismos personajes porque no cabías en la radio si no cantabas, tocabas y hablabas de cierta manera”, sostiene.
¿No es raro que alguien como usted se interesara en el regional mexicano? “Sí, desde luego. En ese momento se decía que no era nada más que música del pueblo, mal hecha. Yo empecé a hacer mi versión y durante algunos años no encajé en ningún lado, también porque trataba de hacer algo que casara dentro de ese nicho, algo que era falso”, admite. Desencantado con el sistema y con la mentalidad cerrada de los miembros del Grupo Arranke, su antigua banda, decide jugárselo todo en solitario: “Para el nombre dejamos Carín como esa parte un poquito más gentil, y León más duro y fuerte”. Desde que era pequeño se ha sentido identificado con este animal. “Representa fuerza y liderazgo. Son puntos que con el paso de los años he ido trabajando. Hay que estar más fuerte porque antes estaban los papás o las mamás y de pronto pues te toca a ti ser el líder. No me gusta tener siempre esa carga en los hombros, pero sé que de este trabajo depende mucha gente”.
Comenzó a hacer rancheras con un tono romántico. En 2018, justo antes de dejar su grupo, había grabado una canción, A través del vaso, que había tenido cierto éxito. Un mes después, mientras estaba en la feria de Hermosillo tomando una cerveza, sonó la canción y alguien le pidió que la cantara. Lo grabaron con un móvil y ese video se volvió absolutamente viral en solo un par de días. “Es una canción que nació de las ideas que siempre se me negaron hacer en el grupo, y sirvió para reafirmar mi estilo”. Tuvo la fortuna de que ese momento coincidió con el auge de las plataformas. Su primer álbum en solitario fue Desvelada. Desde entonces, el cantante de música regional mexicana ha lanzado más de 10 álbumes, entre los que destacan Cura Local (En Vivo) y Colmillo de Leche, que alcanzó el puesto número 8 en la lista de Top Latin Albums de Billboard el año pasado. Además, logró posicionar tres de sus temas en el número uno del chart de Regional Mexicano de Billboard. Cuenta con más de 30 millones de oyentes mensuales en Spotify y ha ganado dos Latin Grammy. Este año, se convirtió en el primer artista latino en actuar en el festival Stagecoach, de música country, justo después de haberse presentado en el escenario principal del festival Coachella.
De todos los públicos a los que se ha enfrentado, asegura que el que más respeto le impuso fue el de Nashville, cuna del country. “El norte de México escuchaba country; toda esa mezcla llegó hasta nuestro regional. Hoy en día, nuestra misión es unir estos eslabones para formar un sonido nuevo”. Esta propuesta transformadora ha dividido al público del género. “Hoy es más abierto, pero hay gente que quiere conservar este regional del pasado. Es muy válido querer mantener el género en su forma más pura, pero una parte importante de nosotros quiere romper el molde. Cuando algo es diferente tienes que adquirir el gusto, pero eso ya es trabajo nuestro”. León no cree que exista una fórmula de éxito. “Mucha gente encuentra un sonido que funciona y lo explota hasta desgastarlo, como si fuera un animal de cría. Más que una fórmula, creo que es sentido común. Cuando partimos del arte, el primer impulso que nos mueve —antes de pensar en fama, dinero o números— es hacer música. Cuando haces algo de corazón, no hay ningún plug-in en el estudio que pueda emular eso”