La generación que no puede esperar: por qué los resúmenes triunfan en las redes sociales
Hay medios que resumen noticias, canales de YouTube que resumen películas y, ahora, vídeos de TikTok que resumen otros vídeos de TikTok
El periodista Miguel Ángel Bastenier pidió un día a sus alumnos que escribiesen un breve de la Segunda Guerra Mundial. La lucha del Eje y los Aliados condensada en un solo párrafo. Era una lección de síntesis: todo es infinitamente resumible. 200 palabras de conflicto global se pueden dejar en dos líneas. En un tuit. El propio Bastenier definió este género como “el breve del breve, el torrefacto completo, claro y sencillo, de lo que queremos decir”.
Bastenier falleció en 2017. No vio el auge de TikTok, en cierto sentido, la versión resumida de YouTube. Vídeos de 20 segundos que han sustituido a lo que ya era una pieza en miniatura del formato televisivo tradicional. Nada está a salvo de ser resumido. De hecho, ya han aparecido nuevos “impacientes digitales” a los que incluso un vídeo de TikTok les parece demasiado largo.
Alimatu Sadia es una de esas personas. La gente, en general, le parece “pesada, muy pesada”. Le molestó que Tiktok extendiera la duración de los vídeos, primero a 3 minutos y después hasta 10. Recuerda haber pensado: “Con vídeos tan largos estamos finiquitados”. Un día decidió sacar provecho de esta frustración y empezó a subir resúmenes de vídeos de Tiktok. Ahora es creadora de contenido. Tiene 240.000 seguidores en la red social china, y más de 300.000 en Instagram.
Ignora el tiempo exacto que dedica cada día a consumir vídeos en las plataformas digitales: “No te puedo decir, pero bastante. No sé si es normal, creo que no”. Para elaborar los resúmenes, opta por escuchar el contenido en lugar de verlo. “Si al final ves el vídeo, no es lo mismo que solo escucharlo. Si lo miras, ya estás perdido. Me pierdo con la persona, cómo habla, con sus cosas. Eso es lo que engancha en muchos vídeos”, asegura.
No se considera impaciente, sino alguien directo y eficiente al comunicarse. Esta franqueza le ha traído problemas en alguna ocasión: “Tengo un círculo de amistad un poco reducido. No me gusta estar con gente y pasar horas diciendo cosas que no interesan a nadie. No puedo estar hablando contigo si tengo otras cosas que hacer”, lamenta. Igualmente, espera que los demás sean concisos con sus problemas antes de discutirlos: “Si ya tienes tus quejas organizadas cuéntame. Si no, pues entonces tú ya lloras, haces todas tus cosas, y vuelves”.
Resumir para hacernos más listos
El espíritu resumidor no es completamente nuevo. En la Antigüedad se creaban epítomes, versiones abreviadas de obras extensas. En la Edad Media se compilaban florilegios y antologías con partes esenciales de libros. Antes los resúmenes preservaban y transmitían conocimientos; hoy también combaten la sobrecarga de información. En una era previa a YouTube, Google o Instagram, en España existió una web con excelentes resúmenes: El Rincón del Vago.
Javier Castellanos confundó esta web en 1998, junto a Miguel Ángel Rodero, un compañero de Informática en la Universidad Pontificia de Salamanca. Un día se pusieron a “cacharrear” y se les ocurrió hacer una página de apuntes y trabajos. “En los ordenadores de la biblioteca poníamos de inicio El Rincón del Vago, para fomentar el boca a boca”, recuerda Castellanos. Rápidamente pasó del ámbito local al nacional y luego a Latinoamérica, alcanzando 2 millones de visitas diarias con un equipo de diez personas. “Lo bonito es que era un portal de estudiantes hecho por estudiantes”, afirma.
El proyecto marcó a la generación de jóvenes de 20 a 30 años y se ha convertido en parte de la cultura pop de los inicios de internet. Aunque suscitó dudas éticas, su impacto reflejaba lo que ya ocurría en las universidades. Castellanos asegura que los profesores dedicados podían discernir si un trabajo era original o tomado de internet. Defiende un modelo de educación menos memorístico: “El Rincón del Vago fue una disrupción, como lo es Chat GPT. Los mismos profesores que tenían miedo a nuestra página son lo que ahora temen la Inteligencia Artificial”.
Resumir porque alguien tiene que hacerlo
Con el desarrollo de internet se han multiplicado los formatos de resumen. Hay canales de YouTube dedicados al resumen de películas y series, como Te lo resumo así nomás, con casi 8 millones de suscriptores. También hay resúmenes de cualquier competición deportiva. Formatos como los informativos matinales del cómico Ángel Martín ahorran tiempo al resumir las noticias del día. Sitios web y aplicaciones como Blinkist y getAbstract proporcionan resúmenes de libros.
El creador de Ahorrando Clickbaits, que prefiere mantenerse en el anonimato, ha demostrado que muchas noticias pueden explicarse en un solo tuit. Se dedica a resumir y revelar el contenido de artículos con títulos engañosos o sensacionalistas, conocidos como clickbaits. “Un día estaba leyendo prensa digital y me di cuenta la cantidad de clickbaits que tenía un diario, entré en otro y lo mismo, y otro, y otro... y ya un poco de mala leche hice la cuenta y me puse a destripar los que me iba encontrando por Twitter”, relata.
Durante sus ratos libres, se dedica a buscar “titulares clickbait”. “Cada vez más fácil porque, por desgracia, son una invasión”, se lamenta. Su cuenta oscila entre la denuncia y la comedia. “A veces lees un titular y parece que quieren jugar al trivial; entonces, contesto con la respuesta correcta y ya. Pero otras veces son titulares que frivolizan una muerte o engañan al lector omitiendo la respuesta a la pregunta planteada, y ahí sí hay una gran parte de denuncia”.
Asegura que el éxito de su cuenta se debe a que “a nadie le gusta que le hagan perder el tiempo ni que le tomen por imbécil”. A veces recibe peticiones para resumir noticias, pero suele ignorarlas. No busca desincentivar la lectura, especialmente de “artículos bien elaborados, que valen la pena leer por los que vale la pena pagar”. “Procuro seleccionar noticias cuya respuesta adelantada no te va a quitar el sueño”, afirma. Ya lo dijo Bastenier: “El clickbait no es una técnica periodística discutible, es un engaño que abochornaría a un profesional. La información no es un acertijo”.
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