Un fin de semana en Mónaco entre relojes, príncipes, ‘influencers’ y coches de carreras
Viajamos hasta la capital monegasca de la mano de la relojera suiza Tag Heuer para vivir en directo el primer Gran Premio de Fórmula 1 con público desde el inicio de la pandemia
El viernes por la noche, Max Verstappen, piloto neerlandés de la escudería Red Bull, bromeaba sobre cómo era posible que él no tuviera un Tag Heuer Monaco Titan, la nueva edición limitada de uno de los emblemas de la relojera suiza, que se presentó en el Principado coincidiendo con la celebración del 78 Gran Premio de Mónaco de Fórmula 1. Sobre el escenario, situado en uno de los salones del H...
El viernes por la noche, Max Verstappen, piloto neerlandés de la escudería Red Bull, bromeaba sobre cómo era posible que él no tuviera un Tag Heuer Monaco Titan, la nueva edición limitada de uno de los emblemas de la relojera suiza, que se presentó en el Principado coincidiendo con la celebración del 78 Gran Premio de Mónaco de Fórmula 1. Sobre el escenario, situado en uno de los salones del Hotel Hermitage de Monte Carlo, Frédéric Arnault, CEO de la firma, prometió arreglar este asunto. Y lo hizo. A su lado, el Príncipe Alberto se mostraba de acuerdo con la promesa de Arnault, pero afirmaba que ni un reloj como este podría evitar la victoria a Charles Lecrec, el piloto monegasco de Ferrari y principal favorito junto al mismo Verstappen. Al día siguiente, Lecrec estampaba su coche contra la valla de protección en los últimos instantes de la clasificación, dejando la pole en manos del neerlandés. En Mónaco, una Pole es media victoria. El domingo, Verstappen se proclamaba vencedor del gran premio, el primero con público desde la pandemia. Ya tenía en su poder un modelo del último lanzamiento de Tag Heuer, uno de los principales actores en el circo de la Fórmula y también uno de los principales patrocinadores de la escudería Red Bull. “Cada año, si preguntas a un piloto y a una escudería qué gran premio desean más ganar, te responden que Mónaco”, apuntaba una semana antes de la carrera Christian Horner, jefe del equipo Red Bull y una de las personalidades más importantes en la Fórmula 1 actual. “Todas las carreras dan los mismos puntos, pero ninguna posee el glamur de esa”.
Llegar al puerto de Mónaco en barco parece mantener la mística de siempre, al menos, la que se le supone por el cine y por todas las veces que se ha visto en televisión hacerlo a los invitados más ilustres del Gran Premio. La única diferencia es que ahora un grupo de policías monegascos están apostados en la bocana y piden a todos los invitados una PCR negativa para poder acceder a las instalaciones del circuito. Dentro, la sensación es de alivio, de vuelta a la normalidad. Lo mismo sucede en la cena a la que acudimos la noche anterior. Tag Heuer ha organizado una velada en el Hotel Hermitage a la que está invitado el Príncipe Alberto. La mascarilla y la distancia de seguridad pasan a segundo plano ante la posibilidad de causar un conflicto diplomático si uno no se levanta cuando exige el protocoilo o se le ocurre hacer una foto a destiempo. Lo raro vuelve a parecer raro, ahora que lo normal ya está a punto de dejar de ser raro.
La noche antes de la carrera, en los momentos previos a la cena, nos encontramos de nuevo con Max Verstappen, quien ha llegado acompañado por Christian Horner y el otro piloto de la escudería, el mexicano Sergio Pérez. Charlan con Frédéric Arnault sobre qué esperan que suceda el domingo en el circuito urbano más célebre del planeta. A la comitiva de invitados se han sumado ya algunos influencers venidos de casi toda Europa, entre ellos Iris Law, la hija del actor Jude Law, quien aparece emocionada tras haber realizado su primer viaje en helicóptero desde el aeropuerto de Niza hasta la capital monegasca.
En la zona VIP de Tag Heuer se respira optimsimo. Quedan pocos minutos para que empeice en Gran Premio y todos saben que, si no se comenten errores, la victoria de Verstappen es casi segura. La carrera discurre sin apenas sobresaltos. El holandés logra una salida limpia y solo el piloto de Mercedes, Valteri Bottas, parece inquietarle. Al menos, hasta que entra a cambiar neumáticos y uno de los mecánicos de su escudería comete un error y no puede volver a la pista. Esto deja al español de Ferrari, Carlos Sainz Jr., como segundo, y al británico de McLaren, Lando Norris, en el tercer puesto del podio. Terminado el Gran Premio, en la zona VIP de Tag Heuer, los influencers junto a actores como Tom Holland o Harrison Osterfield, quien es uno de los mejores amigos de Holland y que antes de convertirse en actor fue asistente de la estrella, sorden spritzs y hablan sobre la carrera, antes de subirse al último barco de vuelta a su hotel.
“Estamos con Red Bull desde 2014”, recuerda Fréderic Arnault. “Es una relación muy buena para todos. Red Bull es una de las mejores escuderías de la F1, muy orientada a la innovación. Su llegada ha aportado muchas novedades y eso nos gusta. Nos sentimos identificados con su manera de hacer las cosas y de entender este universo”. Hormer, que ha estado estos días acompañado de su esposa, la ex Spice Girl Geri Halliwell, sonríe y asiente. Está tremendamente orgulloso de todo lo que ha hecho su escudería. “Hemos agitado este deporte bastante. Somos una marca joven y dinámica. Cuando llegamos, estaba todo dominado por dinosaurios. Le hemos sostenido la mirada a escuderías como McLaren o Ferrari y, además, damos color dentro y fuera de la pista. Mostramos que se pueden conseguir grandes cosas cuando llegas a un sitio con la actitud correcta”.
El Tag Heuer Monaco se lanzó en 1969. Inspirado en el Gran Premio de Monaco, el reloj es una pieza imprescindible para los fieles del automovilismo y los coleccionistas y se distingue por su gran caja de ángulos rectos y su cristal biselado de zafiro. Es el mismo reloj que lució Steve McQueen en la película Le Mans (1971). Aquella pieza original se subastó el pasado año en Nueva York por casi dos millones de euros. Este nuevo Monaco Titan Limited Edition un calibre 11 y tiene un movimiento mecánico de carga automática que conmemora el diseño del modelo original. Su esfera plateada combina con el tono de la caja y ofrece un acabado en rayos de sol sobre el que contrastan las subesferas del cronógrafo en negro. Los toques de color rojo, aguja central e índice rojo a las 12, hacen alusión a los circuitos de carreras, manteniendo así una de las obsesiones de Jack Heuer, fundador de la marca: que todos sus relojes tuvieran elementos que los vincularan al universo de las carreras. Este nuevo Monaco es una edición limitada de 500 piezas.
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