La lámpara portátil de diseño que encaja en cualquier momento y lugar

Lo nuevo de la casa catalana de iluminación es Chispa, una lámpara portátil que se inspira en los faroles de los garajes y que lleva la firma de Joan Gaspar

Las nuevas lámparas de Marset son portátiles, sin cables de por medio, con una batería recargable a partir de una entrada micro USB y luces LED.

De entre los tantos méritos que a estas alturas se le pueden atribuir a la casa catalana nacida en 1976, hay uno que explica todos los demás: los nietos de su fundador dirigen a día de hoy Marset. Lo cual significa que, a pesar de los años, ha habido entre generaciones el compromiso y entendimiento suficiente como para avanzar en sintonía. Y eso se nota, sin ir más lejos, viendo la lámpara de mesa FollowMe que su equipo empezó a editar en 2014. Fue la pionera; con ella se abrió la veda mundial de las luminarias autónomas –...

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De entre los tantos méritos que a estas alturas se le pueden atribuir a la casa catalana nacida en 1976, hay uno que explica todos los demás: los nietos de su fundador dirigen a día de hoy Marset. Lo cual significa que, a pesar de los años, ha habido entre generaciones el compromiso y entendimiento suficiente como para avanzar en sintonía. Y eso se nota, sin ir más lejos, viendo la lámpara de mesa FollowMe que su equipo empezó a editar en 2014. Fue la pionera; con ella se abrió la veda mundial de las luminarias autónomas –la FollowMe se ingenió para llevarla en la mano como si fuera un farolillo–, aunque muy pocas han sabido añadir ingredientes propios al de la movilidad.

La nueva lámpara de Marset, también portátil, sin cables de por medio, con una batería recargable a partir de una entrada micro USB y luces LED, sí lo ha conseguido. En gran parte, porque su autor, el barcelonés Joan Gaspar, le ha aplicado la estética industrial de muchas de las luminarias que ha ideado para la marca –es uno de sus diseñadores estrella desde el año 1996–, creando un modelo similar a los que podría haber en el taller de cualquier mecánico. De ahí que le haya puesto de nombre Chispa, y que además haya protegido la bombilla con una reja.

Hay más detalles. La lámpara ilumina de manera cálida en tres posiciones distintas –de pie, tumbada o boca abajo–, hay cuatro colores a elegir –naranja, azul, verde y negro– y viene con un accesorio de quita y pon –con cuerda y gancho incluidos–, que permite colgarla a varias alturas, dentro o fuera de casa, durante una cena de amigos en la terraza o leyendo en el balcón al caer la tarde. Aquí, el lugar y el contexto importan tan poco como el tiempo que haga: Chispa cumple el grado de protección IP44. Es decir, que aunque caiga el diluvio universal seguirá funcionando sin cortocircuitos, porque, para colmo, es impermeable.

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