Del restaurante a casa: por qué causan furor las cocinas de acero inoxidable
Desde que en los ochenta la estética industrial impactara en el ámbito doméstico, las cocinas de este material nunca han dejado de tener su punto, pero ahora están experimentando un auge que va más allá de este estilo
Quizá aún es difícil sacarlo de nuestro archivo mental, porque es ver una cocina de acero inoxidable y automáticamente asignarle un estilo industrial, incluso austero o minimal, al espacio en el que se encuentra. Pero esta asociación está empezando a cambiar, no tanto porque estemos ante una revisión de este estilo sino porque la concepción espacial de nuestros entornos domésticos ha empezado a diluirse. El diseño modular y duradero que permite este material, así como sus superficies espejadas, resultan perfectas para romper con las heredadas distribuciones restrictivas y la obsoleta estética de su equipamiento.
Para comprender de qué va este cambio no hay más que ver la cocina Reflect, un diseño del arquitecto Jean Nouvel para la firma danesa Reform. Sus módulos están diseñados para funcionar casi más como muebles que como una cocina, buscando que su (hasta ahora) carácter predominante y su función se diluyan en el interiorismo de un espacio.
Esta capacidad de enmascararse es una evolución hacia las necesidades estéticas que a nivel de equipamiento requieren los nuevos entornos domésticos, mucho más abiertos y con funciones de lo más diversas, ocurriendo todas a la vez en un mismo espacio. Por lo que no parece que tenga mucho sentido que una cocina siga pareciendo una cocina.
A nivel de efecto estético, lo que Jean Nouvel quería conseguir lo dice ya en el nombre: Reflect. Con su mezcla de perfiles de aluminio, frentes metálicos estriados y encimeras de acero inoxidable, los tonos de las superficies espejadas de los módulos se van transformando a medida que la luz del día va cambiando, absorbiendo y proyectando los colores del entorno, proporcionando un encuentro y una fusión entre los materiales y el espacio.
Este doble impacto, espacial y estético, es lo que el estudio madrileño Hanghar busca conseguir con la inclusión de estos mismos materiales en muchos de sus proyectos, a los que habría que sumar el acero galvanizado. En su Casa Lara o Casa Gloria, donde las distribuciones son totalmente flexibles, interconectadas y carecen de funciones, las cocinas de acero inoxidable o galvanizado sirven más para generar una referencia visual, que un espacio asignado. Sus superficies reflectantes proyectan los matices de los colores de alrededor, así como la luz cambiante durante el día.
“Prestamos una atención especial a la cocina en nuestros proyectos, porque ha sido siempre un espacio muy politizado, en el que han confluido históricamente muchas connotaciones de clases y género. Con el empleo de estos materiales, nuestra intención es, por un lado, hacerla desaparecer: que la cocina no sea una pieza presente en el espacio y que, por lo tanto, no sea protagonista. Por otro, conseguir un mueble reflectante que absorba los colores y materiales del espacio y se funda con todo lo demás”, explica Eduardo Mediero, del estudio Hanghar.
Algo parecido buscaban el estudio Lucas y Hernández-Gil | Kresta Design con la inclusión de estas superficies en su proyecto Casa JJ, donde la cocina mezcla zonas de acero inoxidable con miméticos frentes lacados en un gris marengo mate y un plano de trabajo en la isla de baquelita negra. Resulta chocante que casi adquieran más predominancia otras tonalidades de alrededor que las de la propia cocina.
“El acero inoxidable es un material técnico, muy funcional, preciso, durable e higiénico, que, en este caso, funcionaba muy bien por contraste con el estilo clásico de la vivienda original. Lo elegimos también por ser un material que refleja la luz, pues la cocina se encuentra en uno de los espacios más oscuros de la casa. Queríamos un prisma metálico que fuera sutil y refinado. Más una pieza abstracta que industrial”, señalan desde el estudio de Cristina Domínguez Lucas y Fernando Hernández-Gil.
Así que el auge de este tipo de cocinas es mucho más complejo y rico que sencillamente un revival del estilo industrial. Pero aún hay algo más. Aunque arquitectos y diseñadores las suelen proyectar a medida, muchos de los fabricantes de este tipo de cocinas ofrecen programas modulares, fácilmente configurables y con la capacidad de que sus unidades puedan ser tratadas como elementos exentos.
Es el caso de las cocinas de la firma alemana Termino o de la italiana Very Simple Kitchen. Las primeras, de estilo elegante y racionalista, con sus finas y etéreas patitas, mezclan acero inoxidable y aluminio. Las segundas tienen un estilo más rotundo e industrial, que recuerda a las cocinas de restauración (aparte de en acero inoxidable, también están disponibles en múltiples colores).
Con sus estilos bien distintos, en ambos casos su planteamiento permite que, si las necesidades de tu cocina crecen, puedas añadir módulos o elementos para completarla. Aparte, como se trata de unidades a base de módulos que, a su vez, pueden funcionar de un modo exento, su diseño no solo se puede reconfigurar, sino que también se pueden cambiar de sitio (en aquellos casos en que no sea necesario que estén fijos por un tema de instalaciones de agua o de potencia eléctrica). Son cocinas que pueden evolucionar con nosotros, que permiten modificar tanto su diseño como el del espacio si se necesita. Lo segundo supone, por otro lado, la liberación del equipamiento de cocina de su vetusto matrimonio con la pared.
Pero lo más interesante es que, precisamente por su naturaleza exenta, son propuestas que están planteando ya desde el punto de partida que la cocina pueda tener un carácter nómada, tanto dentro del espacio en el que está como fuera. Es decir, que te la puedas llevar de una casa a otra. Esto sí que es toda una revolución en la que lo de menos es si son de aluminio o acero inoxidable, si reflejan o absorben los colores del entorno. Comprarte la cocina de tus sueños y además poder llevártela de un lugar a otro es una fantasía hecha realidad. Quizá por la naturaleza industrial que tuvieron en su origen, han sido precisamente los fabricantes de este tipo de cocinas los que han desarrollado esta capacidad, mucho más que los fabricantes de cocinas de otros estilos.