Artesanía modernista para la renovada ‘boutique’ barcelonesa de Cartier

Expertos en restauración de interiores de Gaudí o Domènech i Montaner se han encargado de los mosaicos y las vidrieras de los nuevos interiores de la joyería francesa en el Paseo de Gracia

El nuevo espacio de Cartier tiene 450 metros cuadrados y un jardín interior.

Una vez concluidas las obras de renovación de su boutique barcelonesa, la joyería francesa Cartier ha abandonado su estancia temporal en la Casa Battló de Gaudí, pero su corazón sigue siendo modernista. El local al que regresó el pasado junio...

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Una vez concluidas las obras de renovación de su boutique barcelonesa, la joyería francesa Cartier ha abandonado su estancia temporal en la Casa Battló de Gaudí, pero su corazón sigue siendo modernista. El local al que regresó el pasado junio es el mismo en el que lleva desde 2014, en el número 82 del Passeig de Gracia, en el tramo del bulevar condal más codiciado por las enseñas de lujo, pero sus detalles lo hacen más barcelonés que nunca. Por ejemplo, los suelos son una muestra de la pericia de Lívia Garreta, la gran dama del mosaico contemporáneo, que ha restaurado los de templos modernistas como el Hospital de Sant Pau o el Mercat de la Boquería. En los que ha elaborado para Cartier mezcla el vidrio y el trencadís con detalles en oro cuyas líneas onduladas remiten al mar y, por qué no, también a la alergia de Gaudí —ahí están la citada Casa Battló o la monumental Casa Milá para atestiguarlo— a las líneas rectas. Nada que ver con la asepsia transnacional de otras marcas de lujo.

Cúpula con vidrieras inspiradas en las del Parque de la Ciutadella y los del Palau de la Música de Domènech i Montaner.

En Cartier, cuentan sus responsables, cada boutique se construye equilibrando el legado de la casa con el de la ciudad donde se encuentra, tal y como demostró su otra gran apertura de este año, en Canalejas (Madrid). Así lo explica Nicolas Helly, director de Cartier Iberia. “Para la Maison Cartier, Barcelona siempre ha sido un referente a nivel artístico y cultural y por ello queremos rendirle un cálido homenaje en nuestro espacio del Paseo de Gracia que constituirá un punto de encuentro para todos los barceloneses y visitantes de la ciudad”.

Esa mezcla de lujo y cultura se traslada a otro de los puntos clave de este nuevo espacio de 450 metros cuadrados: su jardín interior, coronado por una cúpula con vidrieras inspiradas en las del Parque de la Ciutadella y los del Palau de la Música de Domènech i Montaner. Su autor es otro artesano curtido en la conservación del patrimonio modernista: el argentino (pero afincado en Barcelona desde hace décadas) Jorge Aragone, por cuyas manos han pasado las vidrieras de la Casa Battló o la Casa Lleó i Morera, ambas en el Paseo de Gràcia. No es la única intervención en el espacio de Aragone, que también ha creado vidrieras interiores que dan la bienvenida a los visitantes y que mezclan los dos universos entre los que oscila el proyecto: los elegantes interiores barceloneses de principios del siglo XX, y un broche que Louis Cartier creó en esa misma época.

La boutique combina zonas de exposición con otras más privadas para descubrir las colecciones sin prisas.

Todo ello es visible desde dentro y, gracias a la nueva fachada acristalada, también parcialmente desde el exterior, que vierte luz natural en el espacio. La boutique combina zonas de exposición con otras más privadas para descubrir las colecciones sin prisas. Y hay mucho que descubrir: líneas de relojería como Pasha, Tank, Santosde Certier o Ballon Bleu, y joyas como Love, Juste Un Clou o Trinity, pasando por Panthère, emblema de la casa. De hecho, una de las piezas fundamentales de esta nueva boutique es un gran bajorrelieve que muestra a una pantera contemplando Barcelona desde los bancos ondulantes del Parc Güell, una síntesis visual del espíritu de la sede de Cartier en el Paseo de Gracia.