El imparable efecto mariposa de Claudia Schiffer
Exmodelo, comisaria, actriz y, ahora, diseñadora. En su segunda colaboración con la firma portuguesa Vista Alegre, la alemana presenta Cloudy Butterflies, una colección de loza y vidrio soplado para una mesa a lo ‘Downton Abbey’
Modelos hay muchas. Top models, y que figuren en el libro Guinness de los récords por batir el suyo propio, solo una. Claudia Schiffer es la mujer que más portadas ha facturado en la historia de la moda desde que la ficharon a las tantas de la noche en una discoteca de Dusseldorf con 17 años. A sus 50 –los ha cumplido este verano-, el hito se le queda corto: la alemana es embajadora de Unicef en Reino Unido, ha aparecido en películas como Love Actually o Zoolander, y ahora está comisariando un...
Modelos hay muchas. Top models, y que figuren en el libro Guinness de los récords por batir el suyo propio, solo una. Claudia Schiffer es la mujer que más portadas ha facturado en la historia de la moda desde que la ficharon a las tantas de la noche en una discoteca de Dusseldorf con 17 años. A sus 50 –los ha cumplido este verano-, el hito se le queda corto: la alemana es embajadora de Unicef en Reino Unido, ha aparecido en películas como Love Actually o Zoolander, y ahora está comisariando una exposición de fotografía de moda de los años noventa que incluirá figuras con las que en su momento trabajó, desde Helmut Newton a Herb Ritts.
Además, Schiffer invierte en decoración: “Me interesa el interiorismo. Llevo años coleccionando cristalería, cerámica y porcelanas”. Lo confesó hace unas semanas en una entrevista de 50 preguntas que le hizo la revista inglesa AnOther Magazine, a colación de su cumpleaños de oro.
Más que un comentario anecdótico, el dato ayuda a aclarar por qué la modelo diseñó varias piezas para la feria Maison & Objet de París durante el pasado mes de enero, de la mano de la firma portuguesa Vista Alegre y la de su hermana pequeña, Bordallo Pinheiro, a la que siempre ha recurrido a la hora de ampliar su recopilatorio de reliquias de cerámica.
De esa primera colaboración parece que Schiffer salió contenta, hasta el punto de que no ha tardado ni siquiera un año en sacar dos líneas más, tituladas Cloudy Butterflies (mariposas nubladas), de nuevo junto a ambas marcas. Se llaman así por lo mucho que a la alemana le gusta lo rupestre: de pequeña se crio muy cerca del río Rin. Ahora vive en una casa inglesa del siglo XVI, entre dibujos de la campiña firmados en el iPad por David Hockney, murales que recrean huertos y, afuera, jardines igualitos a los que aparecen en las series The Crown y Downton Abbey.
De hecho, las últimas piezas de la modelo tampoco desencajarían en la ficción. Para Vista Alegre ha ideado tres en vidrio soplado –un centro de mesa y dos floreros, uno alto y uno bajo-, que los maestros de esta firma centenaria producen sin moldes y con la técnica ancestral del incalmo. Es lo que permite que, sobre la superficie de cristal, los diferentes colores se extiendan sin llegar a mezclarse.
En el caso de Bordallo Pinheiro, la colección se resuelve con 11 diseños de loza, todos pintados a mano, o bien con la forma de una mariposa o integrándola en varios colores a lo largo del objeto. Hay una pieza grande de pared a modo de escultura, dos más pequeñas, un vide poche –pensado para dejar las llaves, el smartphone, monedas sueltas o cualquier artilugio que acostumbre a guardarse en los bolsillos-, un plato de pastas de confitería, dos floreros, un frutero, una caja y dos ensaladeras.
Escuchándola hablar, queda claro que Claudia Schiffer ha tenido en cuenta lo que le gustaría colocar en su cocina o salón. “¡No puedo esperar a verlo todo en mi casa!”, admitía durante la presentación de Cloudy Butterflies, disponible desde el pasado 21 de septiembre en tiendas y online. A excepción de los tres modelos de Vista Alegre, la pieza grande de pared de Bordallo Pinheiro y su florero grande, que hay que pedir con antelación: cada uno se confecciona de manera exclusiva, siguiendo los ritmos de la artesanía de toda la vida.