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Cayetano Martínez de Irujo y Bárbara Mirjan y la exclusiva sobre su boda: el original regalo de Eugenia, la presencia constante de Cayetana y los dos trajes del novio

Los duques de Arjona han hablado para la revista ‘¡Hola!’ sobre los pormenores del enlace, una ceremonia con unos 300 invitados celebrada en el pasado fin de semana en Sevilla

El pasado sábado 4 de octubre, en la iglesia del Cristo de los Gitanos, en Sevilla, Cayetano Martínez de Irujo (Madrid, 62 años) y Bárbara Mirjan (Madrid, 29 años) se casaron ante los cerca de 300 invitados que acudieron a su enlace. Tras casi una década de relación, la pareja se dio el “sí, quiero” en un escenario lleno de significado para la familia Alba: en el templo sevillano descansan parte de las cenizas de la duquesa de Alba y allí, cada año, su hijo organiza una misa de recuerdo desde que Cayetana falleciera en noviembre de 2014, con 88 años. Los medios de comunicación y decenas de curiosos que se acercaron al lugar de la ceremonia religiosa al mediodía de ese sábado pudieron ver a los protagonistas del día entrar al templo por separado y salir del brazo ya como marido y mujer. Pero, como era de esperar, ha sido este miércoles cuando la revista ¡Hola! ha revelado todos los detalles en una exclusiva ofrecida por el nuevo matrimonio, desde lo que sucedió en el interior del templo hasta la fiesta posterior en la finca del duque de Arjona y conde de Salvatierra.

En la revista, a la que los duques de Arjona han cedido en exclusiva y “de forma desinteresada” su álbum de boda —asegura el medio—, la novia cuenta que ofrendó su ramo de flores en la capilla donde están los restos de Cayetana de Alba como una sorpresa para su ahora marido: “Lo hice de corazón. Además, no se lo dije a Cayetano hasta el día antes porque no sabía nada. Lo hice porque salió del alma. Su madre era la única persona que no estaba y que nos hubiese encantado que estuviera ahí. Pero bueno, estuvo presente de esta forma. Soy creyente, creo mucho en las energías y estoy segura de que ella, desde el cielo, nos estaba viendo y estaba muy contenta, estoy segura”, ha dicho Mirjan a ¡Hola!, donde se puede ver una foto de ambos frente al monumento que honra la memoria de la duquesa de Alba.

La esposa de Cayetano Martínez de Irujo, que no hereda los títulos nobiliarios —son de titularidad exclusiva de quien los recibe por sucesión— pero sí será duquesa y condesa consorte, asegura en sus declaraciones en exclusiva estar tremendamente feliz después del enlace: “Cayetano es el amor de mi vida”, ha asegurado a la revista, en la que también ha confesado que cuál fue para ella el momento más emotivo de la boda: “La llegada a la iglesia y ver a Cayetano en el altar, esperándome con esa sonrisa, con esa alegría. Eso fue increíble para mí“.

Todos vieron que para la ceremonia eligió un vestido de la firma Navascués de inspiración medieval, con cola de tres metros y medio de largo y un velo de cuatro, el único vestido que la novia lució en la boda, aunque en las fotos de la revista se puede ver su versatilidad para los diferentes momentos del día, hasta parecer uno diferente. Como explica ¡Hola!, el traje nupcial, confeccionado en crep con cortes en godets, se fue desmontando para dar un efecto distinto según la ocasión. La clave era un fajín desmontable que estaba bordado en hilos de seda, haciendo referencia a la saya que engalanó a la Virgen de las Angustias de la Hermandad de los Gitanos durante la pasada Semana Santa. Mirjan no lució en cambio ninguna de las tiaras de la Casa de Alba ni ninguna otra pieza del joyero familiar. Eligió una pulsera de oro blanco y diamantes montada en forma de diadema de la firma Grassy, unos pendientes de inspiración art déco (regalo del novio para la boda y de la misma firma de joyería), y una pulsera de diamantes prestada, según la tradición.

En la crónica con los detalles de la boda se desvelan otras anécdotas del enlace. Como cuando el padre Ignacio Jimé­nez Sánchez-Dalp, encargado de oficiar la boda, le dijo al novio: “Tú, con tus cosas, con todo lo que tú montas…”, lo que, según la revista, despertó las risas de los invitados presentes en la iglesia del Cristo de los Gitanos. El encargado de oficiar la ceremonia, que estaba prevista para las 13.30 horas y que finalmente comenzó con retraso debido a otras bodas que tuvieron lugar antes, ya había estado presente en otras citas importantes para la familia Alba, como la boda de la duquesa de Alba con Alfonso Díez, en octubre de 2011, o la de Fernando Fitz-James Stuart con Sofía Palazuelo, en octubre de 2018.

Precisamente la acumulación de bodas ese sábado de octubre en el templo sevillano fue otra de las anécdotas de la jornada según ¡Hola!, que relata que Alfonso Martínez de Irujo, duque de Híjar, a su llegada y sin ser consciente del retraso de la ceremonia de su hermano Cayetano, entró en el templo cuando todavía se estaba oficiando la anterior. Eugenia Martínez de Irujo, la única mujer de la familia Alba, se encargó de hacer el regalo más original a la pareja. Si otro hermano del novio, Fernando Martínez de Irujo, marqués de San Vicente del Barco, les obsequió con una enorme tarta rosa procedente de Marbella y un reloj de alto valor emocional, la duquesa de Montoro y su marido, Narcís Rebollo, les regalaron una moto con sidecar de época: un modelo BMW de mediados de los años cincuenta del siglo pasado, completamente restaurando, que les dieron a los novios el mismo día de la boda, como se muestra también en otra foto de la publicación.

De los hermanos de Cayetano Martínez de Irujo el único que no estuvo en la boda fue Jacobo Fitz-James Stuart, que por medio de una carta dio motivos profesionales para no poder estar presente. En cuanto a las polémicas del pasado con su hermano Carlos, actual duque de Alba, el abrazo que ambos se dieron a la puerta de la iglesia el día del enlace parecía dejar claro que han firmado la paz. Que las rencillas familiares quedaron a un lado para mostrar una imagen de familia feliz quedó inmortalizado en una foto en la que los protagonistas del día posan con la familia de él, y sentados solo están el novio y el duque de Alba.

Por supuesto, no faltan fotos de la fiesta celebrada en la finca Las Arroyuelas, que Cayetano heredó de su madre. Una celebración para la que el novio abandonó el uniforme de gala de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla —el mismo con el que se casó por primera vez— y se cambió por un traje sin corbata. Y más allá del tradicional baile de los novios, este estuvo marcado por el momento en el que ambos bailaron con los dos hijos de él: los mellizos Luis y Amina —quien ejerció de madrina—, fruto del matrimonio de Cayetano Martínez de Irujo con la empresaria Genoveva Casanova.

Algo que no se perdieron los invitados, entre los que estaban Alfonso Díez —viudo de la duquesa de Alba—, Bertín Osborne, Susanna Griso, Carmen Tello y Curro Romero —quien hace pocos días estuvo en el hospital por una neumonía—, Emilio Butragueño, Carmen Lomana, Olivia de Borbón y su marido Julián Porras, el príncipe Hubertus von Hohenlohe junto a su esposa, la diseñadora Simona Gandolfi —quienes presentaron a la pareja en una fiesta en Marbella en 2015— o Begoña Villacís.

Cayetano Martínez de Irujo y Bárbara Mirjan, desde el 4 de octubre de 2025 ambos duques de Arjona, han demostrado mantener una relación estable, incluso dada su diferencia de edad (ella tenía 19 años cuando se conocieron y él, 52) y a pesar de los problemas de salud de él, quien ha tenido que pasar hasta 11 veces por quirófano desde 2024 por sus problemas de espalda.

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