Dani Martín habla del duelo por su hermana y de los peores momentos de la fama
El cantante estuvo en ‘Lo de Évole’ y recordó lo mal que lo pasó durante su relación con la actriz Blanca Suárez: “La persecución de los paparazis fue algo ilegal”
Dani Martín (48 años, San Sebastián de los Reyes) ha sido el protagonista del último programa de Jordi Évole, un programa en el que el cantante confesó que es un intenso: “Mi padre me dice que soy un pesado”. También habló hasta de Amaia Montero: “Es más punky que muchos roqueros que he conocido”. Con un disco en solitario recién publicado, El último día de nuestras vidas, y a las puertas de una gira de conciertos con los que celebrará 25 años de carrera artística, el exlíder de El Canto del Loco se fue de camping con el periodista para charlar en un entorno tranquilo.
Dani Martín protagonizó hace meses la portada de El País Semanal. Concedió una entrevista a Manuel Jabois en la que abordó sin filtros cómo ha combatido sus demonios. El artista contó cómo la fama afectó a su relación con la actriz Blanca Suárez, la peor mediáticamente hablando: “Un día los dos nos dimos cuenta de que estábamos exhaustos de bregar con esa situación. Diecisiete coches persiguiéndonos constantemente. La relación se acabó por eso: había demasiada información sobre nosotros todo el rato. Estuvimos a punto de matarnos en el coche un par de veces. Siempre había alguien detrás. Yo necesito vivir una vida normal, natural. A mí me generó un pánico terrible aquello”.
Precisamente, la fama fue uno de los grandes temas que debatió este domingo en Lo de Évole. Martín confesó que quiso huir de ese momento: “Fue fuerte, no poder ir a la playa, ni cenar en Cádiz con mis padres, al final es un agradecimiento de la gente hacia a ti”. Y aunque no le saturó, para las personas que le rodeaban era imposible convivir con esa realidad: “No podías hablar, no podías conversar y la persecución de los paparazis fue algo ilegal”, sentenció en el programa.
Martín también le explicó a Évole cómo vivió la muerte de su hermana, que falleció súbitamente por un derrame cerebral hace 15 años. “Es un bofetón terrorífico. Te coloca en un rol desconocido, empecé a estar atento a mi familia. Dejé de ser el niñato que era en El Canto del Loco para convertirme en un hombre maduro porque mi hermana se había ido”, dijo el madrileño. Ahora, asegura, le gusta hablar de ella y recordarla: “Hubo una época en que no apetecía hablar de Míriam, pero hemos vuelto a celebrar la Navidad. Ahora hablo de ella, la quiero mucho, era una veterinaria maravillosa y una gran tipa. Muy discreta, completamente diferente a mí”. En su día, Martín contó a EL PAÍS que su hermana fue la inspiración de su primer disco en solitario: Pequeño.
El artista también dio su opinión sobre las redes sociales: “Estoy en Instagram [en su cuenta acumula 1,1 millones de seguidores], pero en lo demás no. Prefiero no sentirme condicionado a lo que pueda decir astronauta 135″. A él, aseguró, le importan más otras opiniones: “A mí me importa lo que me diga un neurólogo sobre mi madre ahora mismo o lo que me diga el oncólogo de mi padre, lo que piense Joan Manuel Serrat o que mañana Joaquín Sabina me llame y me diga que no me ha visto bien”, añadió Martín, que confesó que Serrat le había llamado “preocupado” cuando desveló en redes sus problemas de salud mental. “Casi me mandan a un psiquiátrico”, le dijo el madrileño. “Hay que contar menos”, le contestó el catalán.