Shakira se despide de su vida anterior en ‘Las mujeres ya no lloran’: adiós, Piqué; hola, punto G
En las ocho canciones inéditas de su nuevo álbum, la cantante colombiana apenas hace referencias a su expareja o sus hijos, mirando hacia adelante con temas donde habla de sexo y nuevas relaciones
Sobre las cinco de la madrugada de este viernes 22 de marzo, Shakira ha lanzado su 12º álbum de estudio, casi siete años después de El Dorado, con 17 esperadas canciones (10 de ellas nuevas; en realidad ocho, más dos versiones). La expectación no viene solo de la cuestión musical, al ser una artista que ha sufrido una enorme evolución a lo largo de su carrera, sino de la personal. En el último par de años, la artista colombiana ha vivido toda una revolución personal: ...
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Sobre las cinco de la madrugada de este viernes 22 de marzo, Shakira ha lanzado su 12º álbum de estudio, casi siete años después de El Dorado, con 17 esperadas canciones (10 de ellas nuevas; en realidad ocho, más dos versiones). La expectación no viene solo de la cuestión musical, al ser una artista que ha sufrido una enorme evolución a lo largo de su carrera, sino de la personal. En el último par de años, la artista colombiana ha vivido toda una revolución personal: se ha separado de Gerard Piqué tras una década, después de que este empezara una relación con otra mujer 22 años menor que ella. Además, Shakira ha abandonado Barcelona con sus dos hijos, Sasha y Milan, para establecerse en Miami (Florida). Todo ello lo ha expresado de manera catártica a través de algunas de sus canciones, tremendamente personales, sobre todo en la archifamosa Session 53, que lanzó con Bizarrap en enero de 2023 y en la que dejó en evidencia su (mala) relación con el exfutbolista catalán.
“Se me perdió el amor a mitad de camino, ¿cómo es que te cansaste de algo tan genuino? No trates de convencerme, te lo pido, quе ya está decidido, nos queda lo aprendido”, canta Shakira, para continuar: “Tú querías salir y yo quedar contigo en casa, tú comerte el mundo y yo solo quería tenerte. Ya ni tus amigos con los míos combinaban, más fácil era mezclar el agua y el aceite. Dices que te hacía sentir que nunca nada me alcanzaba y que para mí todo era poco, insuficiente. Así que te fuiste y me dejaste un hueco aquí en mi cama”. Pero estas no son las referencias de la antigua Session 53. Las alusiones no son para él, tampoco para sus hijos, son para una nueva Shakira divertida, ligera, que mira al futuro, colabora con amigos y tantea nuevos sonidos y letras. Si hay una canción en la que se puede intuir a Piqué y su vida pasada, sería en la última de las nuevas, precisamente titulado Última.
Las mujeres no lloran es una mirada hacia delante. Shakira se arranca con Cardi B en Puntería, un tema veraniego, popero, donde roza las letras más subidas de tono de, probablemente, toda su carrera: “Tus bíceps me ponen a cien, a ti nunca te dirijo, siempre llegas fijo hasta mi punto G”. Y otra colaboración es el segundo tema, La Fuerte, en el que repite con Bizarrap y que, por tanto, es de los más esperados de este nuevo disco. La artista colombiana reparte frases como “Te mentiría si digo que ver mis fotos contigo no me hace daño” o “Borré tu número, ¿y pá qué? Si ya me lo sé, no te olvido por más que aparente”. Pero no, el tono, la forma, la música... no parecen para nada dirigidas a su expareja, sino más bien estar muy lejos de él, pasando página.
Ocurre igual con colaboraciones como la de Rauw Alejandro, la cuarta pista, Cohete, un clásico dúo confrontado y más popero que latino. “Baby, solo anhelo estar contigo, amarnos en algún rincón y comernos sin ninguna complicación, no hay mayor placer que el de tocarte, nadie como tú me hace fluir. No quiero la Luna, ni ir a Marte, solo quiero hacerte venir por mí”. En la quinta siguen las uniones, ahora con la banda texana de regional mexicano Grupo Frontera, llamada (Entre Paréntesis), otra de las canciones más personales de la cantante: “Se nota cuando se quiere, pero cuando no, se nota más. Ya no hace falta que aparentes si pusiste el final entre paréntesis. Esto ya no da más”. Cuando el grupo la presenta al final del tema, la llama “la loba, Shakira”, y ella cierra con su clásico aullido.
Ocurre igual con sus canciones sola, como en Tiempo sin verte —“Dime si cometí quizá alguna torpeza, tú, que eres un hombre de cierta delicadeza y jamás tomaste bien mis reclamos y te exigí un poco más de la cuenta”— y en Cómo, Dónde y Cuándo, la que más recuerda a la antigua y añorada Shakira. En ella habla de que el tiempo “se va volando cuando se pasa bien”, y que “lo que importa es con quién”: “Ya no queda nadie honesto, solo los borrachos en los bares. Ya vi que el pasado es un cero a la izquierda, solo es el futuro lo que se recuerda, me quité lo que me pesaba y ya me siento con fuerzas”. Nassau es un ligero canto a un nuevo amor con el que perderse “en una isla sin señal”: “Tengo miedo a otra decepción, no me quiero lastimar, pero ya me abriste el corazón”. Letras en la línea de las que lleva cantando la colombiana más de 30 años, pero con la mirada puesta hacia el futuro. Shakira ha tenido ocho canciones para dejarlo muy claro: las mujeres ya no lloran.