Ethan Hawke, el ‘nepo dad’ definitivo, estrena película con su hija Maya
La actriz protagoniza ‘Wildcat’, una original biografía sobre la escritora maldita Flannery O’Connor. El actor, que se coloca esta vez tras la cámara, nos habla de su relación padre-hija y cómo ha sido dirigirla en este proyecto
Cuando se habla de nepo babies, los retoños de las estrellas del cine, la música o la moda que aprovechan su privilegio para seguir los pasos de sus progenitores, ...
Cuando se habla de nepo babies, los retoños de las estrellas del cine, la música o la moda que aprovechan su privilegio para seguir los pasos de sus progenitores, surge a menudo el nombre de Maya Hawke. La hija de 25 años de Ethan Hawke y Uma Thurman, cuyo amor surgió en el rodaje de la película de culto Gattaca en el año 1997, es una de las actrices de moda desde que se incorporó a la tercera temporada a la exitosa serie Stranger Things. Este año ha rodado una película junto a su padre, Wildcat, un biopic de bajo presupuesto sobre la escritora Flannery O’Connor en el que él se coloca tras la cámara, pero el actor puntualiza: “El que se beneficia de esta pareja soy yo, yo soy el nepo dad [padre del nepotismo]”, defiende cada vez que tiene oportunidad, dando un giro de tuerca a uno de los términos del momento.
El protagonista de películas como Antes del amanecer, de 52 años, expone sus argumentos. Su nuevo proyecto es idea de Maya y ha sido su triunfo global en la serie de ciencia ficción de Netflix lo que ha hecho que la propuesta encontrara financiación. “Desde muy pequeña, Maya demostró ser una enamorada del arte”, recuerda Hawke en conversación con EL PAÍS en el festival de cine de Zúrich, donde acaba de presentar la película. “Los dos compartimos esa visión de la vida y eso nos une en algunos aspectos. Compartir mesa en la cena de Acción de Gracias puede traer algunas peleas, como en todas las familias, pero trabajar juntos en un rodaje nunca va a ser problemático. Me encanta cómo funciona su cabeza cuando se trata de contar una historia, aunque también soy su crítico más duro”, defiende.
Ethan Hawke descubrió que su hija iba a seguir sus pasos cuando le tocó llevársela al ensayo general del montaje teatral Cuento de invierno, adaptación de un relato de William Shakespeare dirigida por Sam Mendes. Ella por entonces tenía poco más de 10 años, pero se tragó los dos largos pases de la obra sin rechistar. “No sé exactamente el secreto de haber construido una relación padre-hija tan sana. Quizá sea el haber aceptado que los niños nacen con su propia personalidad, son como son y tienen su propia relación con el mundo sin que, en muchos casos, tú puedas hacer nada al respecto más que aceptarlos tal y como llegan. Por fortuna, Maya es un ser lleno de amor. Es muy difícil llevarse mal con ella, porque ella no quiere llevarse mal con la gente”, dice en la ciudad suiza el intérprete, cuyo segundo hijo con Thurman, Levon, de 21 años, también se dedica a la actuación.
Uno de los sueños de Maya Hawke era el de interpretar en pantalla a una de sus heroínas: la escritora de los años cincuenta y sesenta Flannery O’Connor. Se trata de un icono de la literatura estadounidense, considerada una autora maldita y a quien la actriz dedicó su audición cuando entró en la prestigiosa escuela de artes Juilliard de Nueva York. Hace un par de años, Maya escribió una propuesta cinematográfica y convenció a su padre para que la dirigiera. En las últimas semanas, se está proyectando en festivales de cine de todo el mundo. El actor, además de ser una de las grandes estrellas del cine independiente, se ha labrado desde hace años una discreta carrera como director, casi siempre abordando originales biografías de otros artistas, como el icono de la música country Blaze Foley, los actores Joanne Woodward y Paul Newman y el pianista Seymour Bernstein.
La escritora Flannery O’Connor, de profundas creencias religiosas y con pocas habilidades sociales, supo desde muy joven que iba a morir de lupus. Eso hizo que nunca se preocupara por si su literatura gustaba a las masas. En un momento de la película, a la mujer interpretada por Maya Hawke le preguntan: “¿Por qué no te da por hacer algo que le guste a todo el mundo, como Lo que el viento se llevó?”. La autora solía contestar a esa propuesta: “Prefiero tener un solo lector durante los próximos 100 años que 100 lectores ahora mismo”, rememora el actor y director. “A mí me han dicho muchas veces algo parecido”, admite Ethan Hawke. “Lo escuchas de boca de tus padres y de gente cercana. Entiendes que lo dicen porque te quieren, pero es difícil no echarse a llorar. Es algo que yo jamás recomendé a mis hijos”, continúa quien acumula 1,4 millones de seguidores en su cuenta de Instagram —su hija le supera en nueve millones en su perfil—.
Uno de los consejos que sí que les da es que intenten alejarse del espíritu competitivo que rodea a la industria del cine y la televisión. “Me aburre ese deseo humano de convertirlo todo en una carrera. Cuando un joven se acerca al mundo de las artes es precisamente para huir de eso. Pero los medios de comunicación empezaron a informar sobre qué estreno recaudaba más dinero que el resto. Y luego comenzaron a puntuar las películas con estrellas, cuando son un arte subjetivo. Eso no era así cuando yo era un crío”, lamenta. Por eso, Ethan Hawke advierte a su hija: “Es mejor establecer un diálogo con un tipo de espectador muy específico antes que intentar agradar a todo el mundo”.