Raven-Symoné, la niña de ‘La hora de Bill Cosby’, se hizo una reducción de estómago y pechos antes de los 18 por consejo de su padre
La exestrella infantil protagonizó diversas series durante su adolescencia que la convirtieron en una de las caras más conocidas de Disney Channel. Ahora reconoce que vivió bajo una presión extrema a causa de su físico, lo que la llevó a someterse a varias operaciones estéticas
“Me hice dos reducciones de pecho y una liposucción antes de cumplir los 18 años. Mi padre me recomendó encarecidamente la reducción mamaria”, ha confesado la actriz y cantante Raven-Symoné, de 37 años, en un reciente episodio de su pódcast, titulado The Best Podcast Ever with Raven and Miranda. “Mi padre me preguntó: ‘¿Hay algo que podamos hacer para que no te sientas tan mal?’. Y yo le dije: ‘Si me hago una lipo, ¿la gente dejará de llamarme gorda?”.
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“Me hice dos reducciones de pecho y una liposucción antes de cumplir los 18 años. Mi padre me recomendó encarecidamente la reducción mamaria”, ha confesado la actriz y cantante Raven-Symoné, de 37 años, en un reciente episodio de su pódcast, titulado The Best Podcast Ever with Raven and Miranda. “Mi padre me preguntó: ‘¿Hay algo que podamos hacer para que no te sientas tan mal?’. Y yo le dije: ‘Si me hago una lipo, ¿la gente dejará de llamarme gorda?”.
A sus 18 años, Raven-Symoné era un rostro muy popular en Estados Unidos. Y lo era desde los cuatro, cuando consiguió el papel de Olivia, la nieta de Bill Cosby en el exitoso programa La hora de Bill Cosby. El desparpajo de la pequeña actriz le llevó a seguir consiguiendo papeles en la pequeña pantalla, y del show de Cosby pasó a la comedia de situación Vivir con Mr. Cooper, donde también interpretaba a la pequeña de la familia. De ahí al cine, convirtiéndose en la hija de Eddie Murphy en las películas del Dr. Dolittle. Cuando llegó a la adolescencia, Raven-Symoné hizo una audición para una comedia sobrenatural de Disney Channel sobre una adolescente con poderes psíquicos cuyo título original era Absolutely Psychic, sin embargo, después de su casting, los ejecutivos de la cadena dieron luz verde al proyecto y pasó a llamarse, simplemente, Es tan Raven, que, a día de hoy, sigue considerándose una de las series más exitosas de la cadena. La actriz tenía entonces 17 años. Tan solo un año más tarde, conseguiría uno de los papeles protagonistas en la comedia musical Chicas Guepardo: Todo por un sueño, la primera película musical de la cadena Disney Channel, que abriría las puertas a otras producciones como la saga High School Musical.
Todo esto sucedía a principios del milenio, cuando ni medios de comunicación ni audiencias estaban concienciados con temas sobre salud mental y los cuerpos de las mujeres eran juzgados bajo el canon de belleza imperante, ese heroin chic cuyo máximo exponente era la modelo británica Kate Moss, y cuyo influjo empezaba a perfilarse en otras estrellas infantiles como las hermanas Olsen o Lindsay Lohan. Raven-Symoné fue víctima de este escrutinio, como tantas otras: la joven llegó a aparecer en listas que hoy serían impensables, como las de adolescentes más sexis. Sin embargo, su cuerpo estaba cambiando, y pronto comenzó a recibir críticas porque estaba ganando peso.
En el pódcast, Raven-Symoné recuerda el proceso de pasar por el quirófano como algo, cuanto menos, traumático: “Fue un desastre. Ser tan joven y pasar por tanto dolor”. Después de la primera operación, la actriz se sometió a una segunda a pesar de la experiencia, porque sus pechos “todavía eran demasiado grandes” para la televisión. Aunque no se arrepiente de su operación de reducción de pecho, ya que considera que, tarde o temprano, la hubiese llevado a cabo igualmente, sí que cree que ningún adolescente debería someterse a un procedimiento como el suyo, puesto que deberían esperar a que sus cuerpos se desarrollasen por completo para tomar esa decisión.
Curiosamente, el periodo en el que se sometió a esas intervenciones quirúrgicas coincidió con el momento en el que la actriz y cantante tuvo su etapa de mayor éxito profesional. La película de las Cheetah Girls tuvo también su secuela, que Raven-Symoné también produjo, y que fue un gran éxito comercial. La noche del estreno, tuvo a 8,1 millones de espectadores pegados a la pantalla, convirtiéndose en la película más vista, hasta la fecha, de Disney Channel. La banda sonora también fue un enorme éxito. Sin embargo, en el año 2008, y a pesar de su enorme éxito comercial, la intérprete decidió no participar en la tercera película de la saga. Se especuló mucho sobre los motivos y la propia Raven reconoció que las chicas no se llevaban tan bien como aparentaban en pantalla. Pero, más que eso, ella se estaba despegando de su imagen de estrella infantil y buscando su propio lugar dentro de la industria, como actriz y también como cantante.
Raven-Symoné ha participado desde entonces en distintas producciones, como la serie de televisión dramática Empire, que narra la historia de un exnarcotraficante y actual magnate del hip hop cuya vida da un giro cuando es diagnosticado con ELA. La actriz también se ha intentado hacer un hueco en la industria de la música, llegando a grabar hasta cinco álbumes de estudio que, sin embargo, no han cosechado el éxito deseado. De hecho, recientemente ha surgido un vídeo que se ha vuelto viral de una entrevista donde Raven pregunta: “¿No estamos siempre en el estudio trabajando en música que luego nadie compra?”.
La carrera de Raven-Symoné ha seguido muy vinculada a la factoría Disney. De hecho, en 2017 se estrenó Raven’s Home, una secuela de la serie que la catapultó a la fama de adolescente, y que ya lleva seis temporadas en antena. La serie continúa con el espíritu de la comedia original, pero ahora Raven y su mejor amiga, Chelsea, son dos mujeres divorciadas que comparten piso en Chicago. Un día, descubren que uno de los hijos de Raven tiene sus mismos poderes psíquicos.
En una entrevista con el medio Insider en 2022, la actriz habló sobre el hecho de crecer delante de las cámaras. No se arrepiente, pero prefiere ser quien es ahora: “Hasta que cumplí los 20 años, la gente me decía todo el rato cómo debía ser y cómo me debía ver. Pero ahora me siento empoderada para ser quien soy yo delante de la cámara y sentirme cómoda en mi piel. Me puedo presentar como Raven-Symoné”.