Tallulah, hija de Bruce Willis: “Mientras yo hacía alarde de mi dismorfia, mi padre luchaba silenciosamente con la demencia frontotemporal”
La menor de las hijas del actor y Demi Moore comparte su experiencia lidiando con la enfermedad de su padre y repasa las dificultades de crecer en una de las familias más famosas de Hollywood
La familia de Bruce Willis (Idar-Oberstein, Alemania, 68 años) anunció en marzo de 2022 que el actor sufría de afasia, una enfermedad cerebral que afecta al habla, lo que le obligó a abandonar su carrera en Hollywood. Un año después, sus seres queridos ...
La familia de Bruce Willis (Idar-Oberstein, Alemania, 68 años) anunció en marzo de 2022 que el actor sufría de afasia, una enfermedad cerebral que afecta al habla, lo que le obligó a abandonar su carrera en Hollywood. Un año después, sus seres queridos hicieron público que ese síntoma era una característica de la demencia frontotemporal que realmente padecía, un trastorno neurológico progresivo que socava su cognición y comportamiento día a día, según relata ahora su hija Tallulah Willis (Los Ángeles, 29 años) en un texto que escrito para la revista Vogue. “He sabido que algo andaba mal desde hace mucho tiempo”, reconoce la menor de las tres hijas fruto de la relación de Willis con Demi Moore. “Comenzó con una vaga falta de respuesta que la familia atribuyó a la pérdida auditiva. Más tarde, esa falta de respuesta se amplió y a veces lo tomé como algo personal. Había tenido dos bebés con mi madrastra, Emma Heming Willis, y pensé que había perdido interés en mí”, explica la también actriz.
Tallulah se abre en canal en su escrito, y admite que ha “conocido el declive de Bruce en los últimos años con una parte de evitación y negación” de la no se siente orgullosa. “La verdad es que yo estaba demasiado enferma para manejarlo”, se justifica antes de enumerar los diferentes trastornos que ha padecido a lo largo de su vida, entre los que se encuentran la anorexia nerviosa, la depresión o el TDAH. “Mientras estaba envuelta en mi dismorfia corporal, haciendo alarde de ella en Instagram, mi padre luchaba silenciosamente. Se estaban realizando todo tipo de pruebas cognitivas, pero aún no teníamos un diagnóstico”, cuenta en la publicación, donde también recuerda el primer momento en el que la realidad de la enfermedad del actor la “golpeó dolorosamente”. “Estaba en una boda en el verano de 2021 en Martha’s Vineyard y el padre de la novia pronunció un discurso conmovedor. De repente, me di cuenta de que nunca tendría ese momento, mi padre nunca hablará de mí en mi boda. Fue devastador. Dejé la mesa, salí y lloré entre los arbustos”, confiesa Tallulah, que en junio del año pasado rompió su compromiso con el director de cine Dillon Buss.
Después de pasar por varios centros de rehabilitación y probar diferentes terapias para tratar sus trastornos alimenticios y mentales, la pequeña de la familia Willis-Moore considera que ahora tiene las herramientas para estar presente en todas las facetas de su vida. “Y especialmente en mi relación con mi padre”, asegura. “En el pasado tenía mucho miedo de que la tristeza me destruyera, pero finalmente siento que puedo saborear ese tiempo, tomar la mano de mi padre y sentir que es maravilloso”, escribe.
Ahora, confiesa que toma “toneladas de fotos” cada vez que va a casa de Bruce ―”soy como un arqueólogo, buscando tesoros en cosas a las que nunca solía prestar atención”― y guarda todos sus mensajes de voz en un disco duro. “Trato de construir un registro para el día en que él no esté allí, para recordarlo a él y a nosotros”, explica.
Más allá del estado de salud de su padre, Tallulah también aprovecha la publicación para sincerarse sobre las dificultades de crecer en una familia famosa, “luchando para encontrar un parche de luz a través de las largas sombras” que proyectaban sus padres. Según relata, su mundo cambió por completo cuando tenía 11 años, después de acudir a un evento en Nueva York con su madre, Demi Moore, y quien era su pareja entonces, el actor Ashton Kutcher. “Me sentía terriblemente adulta y estaba muy contenta conmigo misma, así que quería ver si mi atuendo había aparecido en las páginas de fiesta de los sitios web de estilo. Abrí mi portátil y allí estaba yo en mi torpeza de preadolescencia, de pie junto a mi famosa y hermosa madre. Luego encontré los comentarios, cientos de ellos, y las palabras simplemente quemaban en la pantalla. ‘Wow, se ve deforme. Mira su mandíbula de hombre, es como una versión fea de su padre. Su madre debe estar tan decepcionada’. Recuerdo lo mortalmente silenciosa que era la habitación. Me senté a leer durante dos horas, creyendo que había tropezado con una verdad sobre mí misma que nadie me había dicho porque estaban tratando de protegerme. Y durante años después, protegiendo a la gente de vuelta, no se lo dije a nadie. Simplemente, viví con la certeza silenciosa de mi propia fealdad”, revela.
Aun así, la actriz también rememora los buenos momentos que ha vivido junto a su familia, como el reciente nacimiento de su sobrina Louetta, hija de su hermana Rummer, que ha convertido en abuelos a quienes durante 11 años fueron una de las parejas más queridas y famosas del cine. “Hay una pequeña criatura que cambia cada hora y, al mismo tiempo, está sucediendo algo con mi padre que puede cambiar tan rápida e impredeciblemente. Se siente como un momento único y especial en mi familia, y estoy muy contenta de estar aquí para ello”, reconoce. En estos días, advierte, se puede encontrar a su padre en el primer piso de la casa, en algún lugar del gran espacio abierto que ocupan la cocina, el comedor y el salón, o en su oficina. “Afortunadamente, la demencia no ha afectado a su movilidad”, celebra. La ventaja de la demencia frontotemporal frente al alzhéimer, según explica, es que se caracteriza por déficits de lenguaje en vez de pérdidas de memoria. “Todavía sabe quién soy y se ilumina cuando entro en la habitación”, reconoce.
La tercera hija del actor alterna los tiempos verbales presentes y pasados para referirse a Bruce: “Era genial y encantador y hábil y elegante y dulce y un poco loco, y abrazo todo eso. Esos son los genes que heredé de él”. Lo atribuye a la esperanza que todavía deposita en él y a que es reacia a dejarlo ir. “Siempre he reconocido elementos de su personalidad en mí”, asegura, “y sé que seríamos muy buenos amigos si hubiera más tiempo”.