Buckingham fuerza la dimisión de una asistente de la reina Camila por sus comentarios racistas

Susan Hussey, de 83 años, fue dama de compañía de Isabel II y conservaba ese puesto honorario hasta que mantuvo una conversación improcedente con la directora de una ONG, Ngozi Fulani

La reina Camila, junto a Fortune FitzRoy y Susan Hussey, el 13 de noviembre de 2019 en el acto de apertura del Parlamento británico.PAUL EDWARDS (AFP)

La buena educación es un velo muy fino que a veces logra cubrir el racismo estructural de una sociedad, pero que se rasga a la mínima ocasión. Lo ha podido comprobar Susan Hussey, de 83 años, dama de compañía de Isabel II, madrina del príncipe Guillermo y asistente —companion— de honor de la reina consorte Camila. La casa real británica ha forzado de inmediato su renuncia al puesto, después de que se hicieran públicos sus comen...

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La buena educación es un velo muy fino que a veces logra cubrir el racismo estructural de una sociedad, pero que se rasga a la mínima ocasión. Lo ha podido comprobar Susan Hussey, de 83 años, dama de compañía de Isabel II, madrina del príncipe Guillermo y asistente —companion— de honor de la reina consorte Camila. La casa real británica ha forzado de inmediato su renuncia al puesto, después de que se hicieran públicos sus comentarios racistas a una de las invitadas en un evento oficial que se celebró el lunes.

Ocurrió en el palacio de Buckingham. Con la reina como principal anfitriona, se querían remarcar los 16 días de activismo contra la violencia de género impulsados por Naciones Unidas. Asistió al evento Ngozi Fulani, de 61 años, que dirige desde hace décadas —en el barrio londinense de Hackney— Sistah Space (Espacio para Hermanas), un centro de asistencia y apoyo para mujeres y niñas de ascendencia africana y caribeña, víctimas de abusos sexuales o violencia machista.

La asistente de honor de la reina, Hussey, siempre según el relato de Fulani, apartó algunas de las trenzas de la invitada para poder ver la etiqueta con su nombre que llevaba en la solapa, y le preguntó a continuación “de qué parte de África” procedía. La activista ha relatado en Twitter la “mezcla de sentimientos” que le provocó su visita a Buckingham, y su recuerdo de una conversación perturbadora que conviene reproducir tal y como ella misma ha escrito en la red social:

- Susan Hussey: “¿De dónde eres?”

- Yo [Ngozi Fulani]: “Sistah Space”.

- No, de dónde vienes.

- Nuestra sede está en Hackney.

- No, ¿de qué parte de África vienes TÚ?

- No sé, no dejaron documentos registrales.

- Pero sabrás de dónde procedes. Por ejemplo, yo viví un tiempo en Francia. ¿Tú de dónde eres?

- De aquí, del Reino Unido.

- ¿Pero cuál es tu nacionalidad?

- Nací aquí y soy británica.

- Me refiero a de dónde vienes realmente, de dónde viene tu gente.

- ¿'Mi gente’, señora? ¿Eso qué quiere decir?

- Oh, ya veo que me va a suponer todo un reto lograr que me digas de dónde eres. ¿Cuándo llegaste aquí por primera vez?

- ¡Señora! Soy ciudadana británica, mis padres llegaron aquí en la década de los cincuenta, cuando...

- ¡Sabía que al final daría con ello! ¡Eres caribeña! [en esa década llegó al Reino Unido, para aportar mano de obra, la llamada Generación Windrush, de las colonias caribeñas del Imperio].

- No, señora. Tengo herencia africana, ascendencia caribeña y ciudadanía británica.

- Ya, pero entonces eres...

Ese fue el desafortunado diálogo, que el palacio de Buckingham ni se ha esforzado en desmentir. Ha abierto una investigación, ante “unos comentarios inaceptables y profundamente lamentables” y ha dejado claro que Hussey ha abandonado su posición honoraria de asistente de la reina Camila: “Nos hemos puesto en contacto con Ngozi Fulani para invitarla a tratar en persona, si así lo desea, todos los elementos de su reciente experiencia”, ha dicho un portavoz del palacio. “Mientras, la persona a la que concierne este asunto [Hussey] desea expresar sus profundas disculpas por el daño causado, y ha dimitido con efecto inmediato de su posición honoraria. Y se ha recordado a todos los que forman parte de la casa real de las políticas de diversidad e inclusividad que deben respetar en todo momento”, ha añadido.

Cualquier incidente que levante la sospecha de racismo en el entorno de la familia real británica se maneja ahora con cautela extrema, después de la crisis que provocó, en marzo de 2021, la famosa entrevista de los duques de Sussex, el príncipe Enrique y Mehghan Markle, a la periodista y presentadora estadounidense Oprah Winfrey. Markle sugirió que un miembro de la familia real —a quien nunca puso nombre— se había preguntado en voz alta qué color de piel tendría el primer hijo de la pareja, Archie. La actriz estadounidense es hija de padre blanco y madre negra. También acusó directamente al entorno palaciego de tener contra ella una actitud racista. Las acusaciones provocaron mucha polvareda en la opinión pública —más en la estadounidense que en la británica— y gran irritación entre los miembros de la familia Windsor. El príncipe Guillermo llegó a romper la norma y encararse ante las cámaras de la televisión, durante un acto público en el que participaba, para asegurar que su familia “no era racista ni de lejos”, pero Buckingham decidió abrir una investigación cuyas conclusiones nunca se conocieron.

La reina Camila charla con un grupo de invitadas al palacio de Buckingham; entre ellas, detrás, Ngozi Fulani, directora de Sistah Space, el 29 de noviembre de 2022.Kin Cheung (AP)

Un portavoz del príncipe de Gales se ha apresurado a asegurar, conocido el episodio del lunes, que “el racismo no tiene cabida en la sociedad actual”.

“Fue tal conmoción para mí y para las otras dos mujeres que me acompañaban”, ha explicado este martes la fundadora de Sistah Space, “que nos quedamos un buen rato en silencio. Me quedé allí, en una esquina del salón, sonriendo e intentando entablar conversación con los que a mí se dirigían hasta que decidí irme”, ha dicho Fulani.

El incidente coincide con la visita de tres días a Estados Unidos de los príncipes de Gales, Guillermo y Catalina, que ha comenzado esta semana, donde muy previsiblemente las acusaciones de racismo volverán a estar en boca de los medios que sigan a la pareja.

Omid Scobie, el periodista de cabecera y amigo de Markle, autor del libro sobre la pareja Meghan y Harry. En libertad (editorial HarperCollins), se ha apresurado a condenar lo sucedido: “El evento de ayer [lunes] debería haber sido una ocasión para animar y apoyar. El hecho de que una asistente senior de palacio hiciera sentir de ese modo a Fulani —una personalidad relevante que facilita el único espacio seguro en el Reino Unido para supervivientes negras de la violencia doméstica— es imperdonable”, ha escrito Scobie en Twitter.









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