Mel C se sincera sobre sus peores momentos en las Spice Girls: una agresión sexual, anorexia y depresión
La cantante revela en un ‘podcast’ que fue agredida sexualmente antes del primer concierto del grupo, así como el impacto que los medios de la época tuvieron sobre su salud física y mental
“Solo hay cinco personas en el planeta que sepan de verdad lo que significa ser una Spice Girl”, cuenta Melanie Chisholm (de ahí viene la famosa C), de 48 años, en el podcast How To Fail With Elizabeth Day, “pero, al final del día, tan solo somos personas normales, con problemas normales y con cosas que nos han sucedido y hemos superado que nos han convertido en las personas que somos”. Melanie C era —y es, puesto que se ha reconciliado con el hecho de que una es Spice Girl toda la vid...
“Solo hay cinco personas en el planeta que sepan de verdad lo que significa ser una Spice Girl”, cuenta Melanie Chisholm (de ahí viene la famosa C), de 48 años, en el podcast How To Fail With Elizabeth Day, “pero, al final del día, tan solo somos personas normales, con problemas normales y con cosas que nos han sucedido y hemos superado que nos han convertido en las personas que somos”. Melanie C era —y es, puesto que se ha reconciliado con el hecho de que una es Spice Girl toda la vida— la Spice deportista dentro de un grupo de mujeres orquestado para que cada una de ellas tuviera una personalidad y una forma de presentarse al mundo con el que las niñas y las adolescentes de los noventa se pudieran identificar. Su seña de identidad era una patada voladora, su vestuario consistía principalmente en ropa deportiva. Era atlética, tenía una energía arrolladora y se la consideraba la tomboy de las chicas picantes. Junto con Scary Spice (Melanie Brown), Posh Spice (Victoria Beckham), Ginger Spice (Geri Horner) y Baby Spice (Emma Bunton), formaba un producto perfecto, diseñado para triunfar. Y triunfaron.
Chisholm dice ser una persona normal, pese a todo —los 145 millones de discos vendidos en todo el mundo, el número 1 de Wannabe en 41 países, el taquillazo de Spice World The Movie y el antes y el después que supuso la banda de chicas—. Lo asegura al inicio del podcast, cuando le preguntan por las razones que la llevaron a escribir su libro de memorias de reciente publicación, Who I Am (”Quién soy”), en el que se sincera sobre algunos de los episodios más traumáticos de su vida, que sucedieron mientras se convertía en uno de los rostros más famosos del mundo y hacía historia en la industria de la música. Chisholm, que afirma seguir lidiando con la depresión, considera que su persona es más importante que su personaje y que su historia puede hacer que mucha gente se identifique con ella.
Uno de estos episodios sucedió en 1997, la noche antes del primer concierto del grupo, celebrado en Estambul (Turquía), cuando fue agredida sexualmente por el masajista del spa del hotel en el que se alojaban. “Esto me sucedió la noche de antes del primer concierto en directo que íbamos a hacer las Spice Girls. Nunca habíamos dado un concierto completo antes, así que obviamente ensayamos durante semanas, hubo pruebas de vestuario, de peluquería, de maquillaje y todo eso estaba llevándome al lugar en el que siempre había querido estar, y a la persona que siempre había querido ser”, confiesa la cantante. Esa noche, para relajarse antes del concierto, decidió darse un masaje; “y lo que me pasó... prácticamente lo enterré de inmediato, porque tenía otras cosas en las que concentrarme y no quería armar un escándalo. Pero tampoco tenía tiempo para lidiar con ello”. Mel C cuenta que cuando se puso a trabajar en sus memorias, le vino a la mente lo sucedido: “Pensé: ‘Oh, dios mío’. Y también pensé: ‘¿Realmente quiero contar esto?’. Así que llegó el momento en el que tuve que enfrentarme a ello y procesarlo”. La cantante relata que después de aquel episodio se sintió “violada, muy vulnerable, avergonzada y confusa”.
Melanie Chisholm cuenta que escribió sobre ese suceso como parte de su proceso de curación, pero también teniendo en mente a las personas que pudieran leerlo y sentirse acompañadas: “Estoy segura de que muchos hombres y mujeres también entierran estos episodios” porque “estas cosas suceden todo el tiempo”. De manera valiente, la cantante afirma que su situación no fue tan horrible como podría haber llegado a ser, pero que “hay que confiar en el propio instinto”. La artista británica y la podcaster hablan sobre cómo tras el surgimiento del movimiento Me Too, muchas mujeres han sido conscientes de episodios pasados en su vida que no habían identificado como abusos o agresiones sexuales, pero que durante este despertar de conciencia mundial han sido capaces de comprender lo sucedido: “Solo hay una persona que sabe lo que está bien para ti y esa persona eres tú. Y aunque no fuese la intención de la otra persona, te hizo sentir así y tienes que hacérselo saber”, afirma Chisholm.
En una de sus entrevistas más sinceras hasta la fecha, la Spice deportista también relata cómo fue convertirse, de la noche a la mañana, en parte de uno de los grupos más emblemáticos de todos los tiempos, y cómo el papel de los medios jugó en contra de su salud física y mental: “Tenía la autoestima muy baja y existía toda una narrativa creada alrededor de cada una de nosotras, sobre nuestras personalidades, y aquello era difícil de gestionar porque tenía veintipocos años y me preguntaba: ‘¿Quién soy exactamente? ¿Soy quien creo que soy? ¿Soy la persona que los medios dicen que soy? ¿Debería ser esa persona?”. Chisholm reconoce que llegó a sentirse muy sola y tuvo que lidiar con numerosas críticas que no hacían más que alejarla del mundo real: “Criticaban la forma en la que me vestía, criticaban cómo me comportaba, cuestionaban mi sexualidad constantemente... y todo aquello era muy dañino”.
Melanie C reconoce que el escrutinio extremo sobre su físico y su persona la llevaron a desarrollar un trastorno alimenticio: “La imagen personal era muy importante en el mundillo, y de repente estás en una banda, convertida en una estrella del pop, y comencé a eliminar de mi dieta ciertos grupos de comida, al tiempo que hacía cada vez más y más ejercicio de manera obsesiva”, relata, “y aquello duró años”. Chisholm también cuenta que uno de sus mánagers les hacía comentarios sobre su físico y sobre el peso que debía perder. En este punto, Melanie C desarrolló anorexia y cayó en una depresión: “En un momento dado, mi cuerpo dijo basta y volví a comer. Lo peor de todo era el papel de la prensa amarillista: por supuesto, escribieron que había ganado peso”. La cantante explica ahora, entre risas, que en un momento dado llegaron a bautizarla como “Sumo Spice”. Parte de su proceso terapéutico fue enfrentarse de nuevo a los artículos que, en los años noventa, habían publicado sobre ella: “Desgraciadamente, en aquel momento la prensa era muy cruel, y nadie hablaba de ello”. Afirma que las cosas han mejorado y, sobre todo, agradece no haber vivido el fenómeno Spice en tiempos de redes sociales.
Solo hay cinco personas en el mundo que saben realmente cómo fue ser una Spice Girl. Algunas de esas cinco personas, como su compañera Melanie Brown, han hablado públicamente de lo duro que fue sobrellevar la fama, del juicio de la prensa y de las enfermedades mentales que desarrollaron a causa de la presión que sintieron. También, como reconoce Mel C, son conscientes del impacto que tuvieron: miles de jóvenes alrededor del mundo encontraron un espejo en el que mirarse, jugaron a ser otras personas y crecieron con su música. Aprendieron que las chicas tenían poder y que la verdadera amistad nunca termina. Chisholm mira al pasado con cariño, y reconoce que volvería a lanzarse a vivir todo lo que vivió. Ya sabe quién es. Y ya no le importa ser al mismo tiempo Mel C y, para siempre, Sporty Spice.