María Barragán, la almeriense que vistió a la reina Letizia: “Volver así tras el confinamiento es como ganar la Lotería”
El 12 de octubre, la Reina rompió con su tradición de llevar un traje de Felipe Varela y eligió uno de la diseñadora andaluza, una valiosa oportunidad de visibilidad y ventas para esta pequeña marca
La reina Letizia rodea el coche oficial antes de colocarse a tiro de cámara y en el salón de María Barragán (Almería, 57 años) toda la familia deja de respirar. Entonces, aparece el vestido que ella ha diseñado para la Reina, uno de los detalles más esperados de cada 12 de octubre. Mientras Letizia Ortiz cumple protocolos enfundada en el traje ligero y celeste, la web de Barragán se colapsa. Luego, su Instagram empieza a sumar seguidores y a acumular mensajes de clientas desesperadas por pedir cita en la firma ...
La reina Letizia rodea el coche oficial antes de colocarse a tiro de cámara y en el salón de María Barragán (Almería, 57 años) toda la familia deja de respirar. Entonces, aparece el vestido que ella ha diseñado para la Reina, uno de los detalles más esperados de cada 12 de octubre. Mientras Letizia Ortiz cumple protocolos enfundada en el traje ligero y celeste, la web de Barragán se colapsa. Luego, su Instagram empieza a sumar seguidores y a acumular mensajes de clientas desesperadas por pedir cita en la firma elegida por la esposa de Felipe VI y por comprar el vestido con el que Letizia ha roto la tradición de estrenar traje de Felipe Varela, su diseñador de cabecera, cada fiesta nacional.
La hija de 24 años de Barragán, también María, que se encarga de la parte técnica de la empresa, tuvo que colgar un mensaje en las redes sociales para calmar a las masas. “Nos esperábamos expectación, pero no esto; no lo teníamos previsto”, comenta la joven entre idas y venidas de su madre, en el atelier de Madrid. “Está siendo caótico, nos han pedido trajes desde todo el mundo, desde Estados Unidos y Latinoamérica”, añade María. La diseñadora almeriense también está desbordada: de la noche a la mañana, todos los medios de comunicación de España quieren entrevistarla. “Sobre todo en Andalucía, allí les ha hecho mucha ilusión”, señala la almeriense.
Las marcas familiares y artesanales como María Barragán son el giro de guion del armario de Letizia, que en los últimos años se ha decantado por vestir con diseños de producción española. Moisés Nieto (Úbeda, 37 años), por ejemplo, creó para ella un exclusivo vestido fucsia que la Reina lució en la ceremonia de entrega de las condecoraciones al Mérito Civil en el Palacio Real este verano. El diseñador, que prefiere no dar detalles, sí confirma que la elección de Letizia “ha tenido una repercusión notable” para su empresa. Otras marcas, como la reciente ganadora del premio Nacional del Diseño, Ana Locking, que vistió a la Reina en la cena de gala en honor al presidente de Portugal hace tres años, se suman al perfil bajo de la Casa Real y solo recalcan “el obvio efecto positivo” que genera el que alguien con repercusión luzca un diseño suyo.
Las apariciones de Letizia repercuten para bien en visibilidad y ventas en las firmas elegidas por ella, más allá de los grandes diseñadores que crean sus trajes en exclusiva. El alcance de un vestido casual exhibido por la Reina en Mallorca, antes de ir a cenar, es irrepetible. O el que lució para visitar el Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo de Vitoria, una verdadera revolución para su diseñadora. Casilda Arizón, al frente de Dear Prudence, la marca española de slow fashion que eligió Letizia en la isla, lo confirma: “Generó mucho interés, mucha gente preguntaba por el vestido que ya estaba agotado cuando ella se lo puso. Nos llamaron hasta de fuera de España, nos sacaron en la prensa internacional”, explica.
Por su parte, Leyre Douel, diseñadora de la firma homónima que vistió la Reina para inaugurar el memorial, aún escucha los ecos de aquel día. “¡La hemos liado!”, recuerda que gritó a su equipo cuando el móvil se llenó de notificaciones tras la aparición de Letizia. Su firma tiene apenas un año de vida, por lo que entrar en el armario real ha supuesto un auténtico terremoto. “Disparó las ventas, la web se colapsó, las redes sociales echaban humo. Aquel día, no era capaz de asimilar el alcance que ha tenido la elección de Letizia”, recuerda.
Dear Prudence o Leyre Douel no viven de aquel tirón, pero casi. “Clientas de todo el mundo se acercaron para comprar el vestido de la Reina y se han quedado, me he ganado su confianza y eso es lo más importante”, afirma la diseñadora vasca. Y en Madrid, lo primero que aparece en la web de Casilda Arizón sigue siendo aquel caftán de color rosa palo bendecido por el efecto Letizia que ha colocado a la marca en el mapa.
Lo mismo le ha ocurrido a Barragán, que abrió su primer taller especializado en la creación artesanal de moda nupcial en Almería en 1992, tras diseñar su propio traje de novia. “Gustó tanto, que muchas invitadas de mi boda me pidieron que hiciera sus vestidos. Así entendí que tenía que montar una empresa”. Su vestido de novia fue, en realidad, el primer hito de su firma familiar, aunque el punto de inflexión lo ha marcado el encargo real, del que Barragán no cuenta detalles por cuestiones de confidencialidad. Lo que sí puede contar: el diseño, realizado expresamente para Letizia, es un vestido de corte midi en tono celeste empolvado con doble falda recogido en la cintura a modo de drapeado y unas mangas con ligero volumen. Además, como detalle principal, lleva un cinturón rematado con doble hebilla. Todo, íntegramente, creado por la diseñadora que es la patronista de cada uno de sus vestidos, la que los diseña y produce el patrón.
Hace una década que Almería se le quedó pequeña e instaló un segundo atelier en la calle de Hortaleza de Madrid. Y lo siguiente, ¿qué será? Aún ha pasado poco tiempo para traducir en números el efecto del protagonismo que le ha otorgado Letizia a su marca, pero eso a la diseñadora no le importa. “Después de esto, ya no quiero nada más”, afirma la almeriense, que recuerda casi como un mal sueño el largo parón durante la pandemia. “Esto es increíble, es un subidón, volver así tras el confinamiento es como ganar la Lotería”, sonríe.