El rey de Tailandia quiere tener dos reinas
Rama X estudia conceder el título que ya posee Suthida, su esposa, también a su concubina oficial, Sineenat
Las intrigas palaciegas siempre están envueltas en un halo de misterio, pero en Tailandia aún más. En un país que protege con celo a sus monarcas —por medio de una de las leyes de lesa majestad más punitivas del mundo—, no hay certeza posible sobre lo que ocurre en el seno de la familia real, más allá de lo que se entrevé por los cambios de conducta de sus protagonistas y las filtraciones que llegan a los medios. Las últimas noticias de la agitada vida sentimental ...
Las intrigas palaciegas siempre están envueltas en un halo de misterio, pero en Tailandia aún más. En un país que protege con celo a sus monarcas —por medio de una de las leyes de lesa majestad más punitivas del mundo—, no hay certeza posible sobre lo que ocurre en el seno de la familia real, más allá de lo que se entrevé por los cambios de conducta de sus protagonistas y las filtraciones que llegan a los medios. Las últimas noticias de la agitada vida sentimental del rey Maha Vajiralongkorn apuntan a nuevas tensiones entre la reina Suthida y Sineenat Wongvajirapakdi, su concubina oficial, por los supuestos planes del jefe de Estado de convertirla en segunda reina, tras vodevilescos episodios de repudio y reconciliación.
Aunque la intención del rey no se ha confirmado oficialmente, después de que varios medios de comunicación indicaran que el monarca, que reina como Rama X, la pensaba coronar con ocasión del trigésimo sexto cumpleaños de Sineenat en enero, lo que queda claro es que la joven cuenta de nuevo con los favores del regente. Si en octubre de 2019 fue destituida por “deslealtad” —en principio hacia la reina— y “desobediencia”, ahora parece ser Suthida la que tiene el viento más en contra.
Las historias de amor de ambas con el rey han ido casi en paralelo. Rama X se casó con Suthida por sorpresa poco antes de su coronación en mayo de 2019, y tres meses después hizo público el nombramiento de Sineenat, que se convirtió en la primera concubina tailandesa en casi medio siglo. Tanto la reina como Sineenat habían ocupado puestos en el servicio de seguridad del rey cuando mantenían una relación afectiva con el entonces heredero. Y las dos han ido dándose el relevo en el papel de protagonista femenina de la casa real tailandesa desde que Maha Vajiralongkorn sucedió a su padre, el rey Bhumibol, en las antípodas de su hijo en su vida doméstica, mucho más estable y discreta.
Desde que Sineenat fue perdonada por Rama X el pasado octubre, la concubina ha estado muy presente en la rutina del rey. Le acompañó a Baviera (Alemania), donde éste se refugió los primeros meses de la pandemia de coronavirus, alquilando un hotel que compartió con ella y una veintena de concubinas. Y ya a su regreso a Tailandia a finales del pasado año, tras meses de protestas callejeras que pedían reformas democráticas en el país —también en la institución monárquica, algo inaudito—, ha participado en actos públicos con el rey. Para celebrar sus 36 primaveras, ambos aparecieron luciendo abrigos azules a juego en una ceremonia budista en Bangkok.
En paralelo, la reina Suthida, de quien en su día se dijo que gozaba de especial influencia en un rey conocido por sus desmanes despóticos, habría ido perdiendo su influjo. La ex azafata de Thai Airways ha pasado meses desaparecida de la escena pública, mientras Rama X atendía compromisos oficiales y viajaba con su consorte. Sus últimas imágenes oficiales datan de febrero, publicadas por la casa real con motivo de las festividades de Año Nuevo Chino y en medio de una creciente inquietud por sus ausencias.
Entre las muchas especulaciones sobre los motivos de su desaparición se encuentra una especialmente sórdida: la que le hace responsable de la filtración de más de 1.000 imágenes íntimas de Sineenat meses atrás, enviadas a algunos medios de comunicación y periodistas. Si bien se responsabilizó en principio a piratas informáticos de la divulgación del contenido, instantáneas subidas de tono que invitaban a pensar que habían sido tomadas por la concubina para enviar al rey, las sospechas se trasladaron pronto a la reina Suthida. El anticuado razonamiento que la dibujaba como una esposa dolida buscando humillar a la amante ganó fuerza, alimentado por su misterioso destierro.
Si se trata de una coincidencia o de una reprimenda por los ardides de la reina, probablemente nunca se sepa con seguridad. De momento, Sineenat continúa con su rango de concubina, disfrutando de las atenciones del rey a ojos del público. Aunque su ascenso a la categoría de segunda reina no es descartable, tampoco lo es que Suthida, la cuarta esposa de Rama X, recupere –si es que realmente lo perdió en algún momento- su título de favorita del caprichoso monarca.