Kate Winslet tacha a Hollywood de tratar con “prejuicios, discriminación y homofobia” a los homosexuales

La actriz afirma que conoce a multitud de actores que no quieren revelar su condición sexual “por miedo” y cree que es necesario un movimiento similar al Me Too

Kate Winslet, en un acto benéfico contra el cáncer de ovario en septiembre de 2018.Matt Crossick (Cordon)

Aunque Hollywood pueda parecer un lugar liberal, adelantado a otros muchos ámbitos sociales y culturales en cuanto a eliminar tabúes, no es oro todo lo que reluce. En la meca del cine estadounidense siguen existiendo cortapisas a la hora de expresar aspectos de la vida privada como la tendencia sexual, que muchos todavía tratan de ocultar. Así lo ha dado a conocer la actriz británica Kate Winslet en una entrevista que ha concedido este fin de semana.

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Aunque Hollywood pueda parecer un lugar liberal, adelantado a otros muchos ámbitos sociales y culturales en cuanto a eliminar tabúes, no es oro todo lo que reluce. En la meca del cine estadounidense siguen existiendo cortapisas a la hora de expresar aspectos de la vida privada como la tendencia sexual, que muchos todavía tratan de ocultar. Así lo ha dado a conocer la actriz británica Kate Winslet en una entrevista que ha concedido este fin de semana.

En una charla con la revista dominical del diario The Times, la protagonista de películas de fama mundial como Titanic y Revolutionary Road ha explicado que para muchos intérpretes todavía es inviable dar a conocer que son homosexuales, porque piensan que desvelarlo les haría perder papeles de personajes heterosexuales. Winslet ha dicho que conoce a “al menos cuatro actores” que quieren mantener su condición bajo secreto, y ha calificado a su industria como un lugar de “prejuicios, discriminación y homofobia”.

“No podría decirte la cantidad de jóvenes intérpretes a los que conozco —algunos muy conocidos, otros que están empezando ahora— que están aterrorizados por el hecho de que su sexualidad sea revelada y de que eso se interponga en su camino a la hora de ser escogidos para papeles heterosexuales”, contaba la actriz en el suplemento cultural de la revista. Winslet puso como ejemplo a un conocido actor, cuyo nombre evitó, que acababa de conseguir un nuevo representante en EE UU: “Su agente le dijo: ‘Por lo que sé eres bisexual; yo no lo haría público”, rememoraba Winslet sobre alguien que ella misma conocía. “Resulta algo doloroso, tienen miedo de ser descubiertos. Y eso mismo dicen ellos: ‘No quiero que me descubran”.

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Winslet ha hablado sobre la cuestión al charlar sobre el que es su último papel, el de la película Ammonite, donde interpreta a la aclamada paleontóloga Mary Anning en la Inglaterra de 1840, que comienza a mantener una intensa relación con Charlotte Murchison (interpretada por Saoirse Ronan). Ese rol le ha hecho darse cuenta de que aunque cada vez hay más presiones “a favor de una mayor diversidad en los premios de la industria del cine, donde predominan actores y directores blancos, se debate poco sobre la representación de personas homosexuales y bisexuales”.

Según ella, durante la promoción de Ammonite y a causa de ese papel le han hecho multitud de preguntas sobre las escenas lésbicas que protagoniza en la cinta junto a Ronan, y afirma que ha sido mucho más cuestionada por ellas que cuando ha tenido escenas de sexo con hombres. Ella defiende que los actores pueden hacer cualquier papel independientemente de su condición sexual, algo que aplica especialmente a los hombres. “Hollywood tendría que dejar de lado toda esa mierda tan anticuada acerca de si alguien puede hacer un papel heterosexual cuando es gay. Debería ser prácticamente ilegal, y no sabes lo extendido que está”, revelaba Winslet. “En algunas ocasiones, los actores deciden no salir del armario por cuestiones personales. A nadie le importa. Quizá es por privacidad, pero quizá por vergüenza”.

La actriz explica que su intención no es “intimidar ni enfrentarse” a Hollywood, pero que para ella en la industria hay “una cultura de señalar con el dedo” y que “manda la corrección política” más que la franqueza. Por eso, para la siete veces nominada al Oscar ―un galardón que ganó en 2009 por El lector― entre el sector LGTB debería producirse un nuevo movimiento similar al Me Too, que sacudió a la industria del entretenimiento cuando decenas de mujeres hicieron públicos los abusos sexuales a los que se habían visto sometidas, pero referente a la liberación sexual.


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