Jim Carrey triunfa como Joe Biden tras huir de la garra de Hollywood
El actor, que encarna al candidato a la presidencia de Estados Unidos en el programa ‘Saturday Night Live’, se alejó del cine y se centró en la pintura agobiado por las consecuencias de la fama
Jim Carrey ha vuelto y lo ha hecho a lo grande. Después de triunfar con títulos como Dos tontos muy tontos, La máscara, Ace Ventura, El show de Truman o El Grinch, el actor ha seguido trabajando pero se podría decir que sus elecciones no han sido tan acertadas durante casi los últimos 20 años. Desde los primeros años de la década de los 2000 su estrella ha continuado viviendo de las rentas pero ahora vuelve a ser centro de excelentes críticas dando vida en el programa Saturday Night Live a ...
Jim Carrey ha vuelto y lo ha hecho a lo grande. Después de triunfar con títulos como Dos tontos muy tontos, La máscara, Ace Ventura, El show de Truman o El Grinch, el actor ha seguido trabajando pero se podría decir que sus elecciones no han sido tan acertadas durante casi los últimos 20 años. Desde los primeros años de la década de los 2000 su estrella ha continuado viviendo de las rentas pero ahora vuelve a ser centro de excelentes críticas dando vida en el programa Saturday Night Live a Joe Biden, el candidato que disputa a Donald Trump la presidencia de Estados Unidos en las próximas elecciones generales de noviembre.
En el primer programa en el que ha participado, emitido el pasado sábado, un delicioso Carrey-Biden –tal y como lo han calificado muchas críticas en Estados Unidos– se enfrentó con ácido humor y dotes interpretativas a Donald Trump, encarnado por Alec Baldwin, que también ha encontrado en este programa y con este personaje un nuevo relanzamiento de su carrera. Tras el agrio debate que tuvieron frente a las cámaras los dos candidatos reales, Biden y Trump volvieron a enfrentarse esta vez en clave de humor y un Jim Carrey-Joe Biden extraordinario consiguió hacer callar a Alec Baldwin-Donald Trump, poniéndolo en pausa utilizando un mando de control remoto. Humor inteligente para tiempos políticos convulsos.
Tras la interpretación que suponía el regreso a televisión de Jim Carrey por la puerta grande, la interpretación del actor conquistó las redes sociales y para muchos su imitación superó todas las expectativas que había generado su colaboración en el que es uno de los programas de humor más importantes de la televisión americana. El momento más comentado en redes sociales fue cuando Carrey, ataviado con gafas de aviador y cinta métrica en mano, soltó una frase mordaz hacia su contrincante: “Podéis confiar en mí, porque yo creo en la ciencia y el karma. Imagínense que la ciencia y el karma pudieran unirse de alguna manera para enviarnos un mensaje sobre lo peligroso que puede llegar a ser este virus”, dijo Biden (Jim Carrey) mientras miraba a Trump (Baldwin), en un momento en el que el presidente de verdad permanecía hospitalizado a causa de su infección por coronavirus.
Política y humor aparte, el caso es que interpretar a Biden ha proporcionado aire a la carrera de Jim Carrey, en otro tiempo la primera estrella que llegó a cobrar 20 millones de dólares por película. Lo cierto es que algo así ya se esperaba o se deseaba. En los Globo de Oro de 2014 su aparición en el escenario provocó una sonora tanda de aplausos al nivel de la leyenda que representó en la década de los noventa y él mismo bromeó diciendo: “Tenéis razón. Tenéis razón. No puedo discutíroslo”. En 2017 fue Jimmy Kimmel quien le entrevistó y su entrada en el plató provocó también gran entusiasmo y millones de visualizaciones en YouTube.
Su carrera ha tenido altos y bajos, pero quizá su leyenda se labró cuando habló sin tapujos sobre Hollywood y manifestó que prefería la tranquilidad que le proporcionaba la pintura frente a la inquietud que llegaron a generarle el destello de los flashes estreno tras estreno. “No me gustaba lo que estaba pasando. Las corporaciones haciéndose con todo y demás. Quizá fue porque me sentí atraído por una salida creativa diferente y me gustaba de verdad el control que me permitía tener la pintura, el no tener a un comité de por medio diciéndome a qué idea debía aspirar para ser atractivo", dijo Carrey sobre el motivo que le llevó a mantenerse alejado de Hollywood durante años. Y añadió: “No he vuelto de la misma manera. Ya no creo que sea el pequeño Jim que trata de aguantar colgado de algún lugar en la estratosfera”.
Muchos recuerdan sus principios como monologuista en los años ochenta como una noria de aciertos y errores que él terminaba arreglando no se sabe ni cómo. “Algunas veces triunfaba para momentos después pifiarla como nunca antes has visto a alguien pifiarla. Y luego, de alguna forma, encontraba una manera de ganarse a la audiencia de nuevo. Era algo espontáneo, valiente y peligroso. Jim es una de esas personas de las que los cómicos hablan como si estuviera en otra industria distinta al resto de nosotros”, dijo de él el director Judd Apatow en una entrevista.
Mientras compañeros del cine le miraban con condescendencia por embarcarse en la película Ace Ventura, un detective diferente, él decía: “Mi plan no era unirme a Hollywood, sino destruirlo. Coger un martillo gigante y cargarme al actor protagonista clásico y toda su seriedad”. El filme le costó a Warner Bros 15 millones y recaudó 100. Su sueldo subió como la espuma pero la fama que lo acompañaba nunca volvió loco a Jim Carrey: “Sueñas y cuando lo consigues te das cuenta que no es un sitio demasiado cómodo como para estar mucho tiempo”, explicó más tarde.
Dos hechos concretos contribuyeron a generar ese rechazo a la fama que le perseguía y afectaba. Por un lado que el interés mediático que despertaba afectara a su hija Jane Carrey. Por otro, el suicidio de su exnovia Catrhiona White en 2015. Sobre su hija dijo: “Pienso en ello y en cómo terriblemente difícil debió ser para ella encontrarse a sí misma... estando definida por su padre de esa manera”. Sobre White es el único tema que vetó en algunas entrevistas. La muerte de su exnovia ocupó cientos de artículos de la prensa rosa cuando sus familiares iniciaron una batalla legal para responsabilizarle del suicidio, un caso que se desestimó en enero de 2018.
Su nuevo triunfo en la televisión vuelve a ponerle en la picota y volverá esa fama que en otros momentos le costó gestionar. Ahora parece más breado en esa batalla y posiblemente tendrá bien presente sus propias manifestaciones cuando decidió firmar un contrato de cinco años para interpretar a Jeff, un icono de la televisión para niños, en Kidding: “He sufrido grandes pérdidas y de alguna manera he terminado en el otro lado, en un lugar en el que puedo mirar a quien sea a los ojos y sentir que estoy en la misma página. Entiendo cómo el río del dolor te puede agarrar en algún punto de tu vida y simplemente estrangularte. [...] Pero escucho las voces. Escucho a la gente decir ‘¿por qué [Jim Carrey] no es divertido y ya está?’. Pero eso nunca me interesó. Para mí, este es el experimento de la noche. Si lo disfrutas, genial; si no, también. Habrá uno nuevo mañana”.