Maribel Verdú llega a los 50: “Soy muy disfrutona y cumplir años es siempre un regalo”
La actriz huye de los tópicos y se queja de la pregunta recurrente de por qué no ha tenido hijos, algo que a un actor no le preguntan
Maribel Verdú podría prescindir de presentaciones. Desde los 13 años aparece en pantalla. A los 15 dejó los spots publicitarios y los catálogos de moda por el cine de la mano de Vicente Aranda. Desde entonces, ha trabajado en más de 90 producciones entre cine, series y teatro y ha obtenido el Premio Nacional de Cine y dos Goya entre otros muchos galardones. Ahora, con 50 años cumplidos este viernes, siente que aún le queda mucho camino por explorar y que es una privilegiada. “Estoy feliz de cumplir años, porque tengo...
Maribel Verdú podría prescindir de presentaciones. Desde los 13 años aparece en pantalla. A los 15 dejó los spots publicitarios y los catálogos de moda por el cine de la mano de Vicente Aranda. Desde entonces, ha trabajado en más de 90 producciones entre cine, series y teatro y ha obtenido el Premio Nacional de Cine y dos Goya entre otros muchos galardones. Ahora, con 50 años cumplidos este viernes, siente que aún le queda mucho camino por explorar y que es una privilegiada. “Estoy feliz de cumplir años, porque tengo que agradecerle mucho a la vida, soy una mujer agradecida desde que me levanto hasta que me acuesto”, afirma la intérprete a EL PAÍS.
Desde hace cuatro meses Verdú está inmersa en el rodaje de la serie Ana Tramel, El juego, basada en la novela de Roberto Santiago, un thriller de investigación judicial que se adentra en el mundo del juego. A la actriz le quedan dos semanas intensas de rodaje entre interrogatorios y alegatos y en medio del estudio del guion encuentra un hueco sin perder el buen ánimo. “Mañana me meto ya en la Audiencia Provincial y mi cabeza va a estallar”, reconoce con un deje de agobio que no disipa el entusiasmo por el proyecto, que la covid-19 estuvo a punto de tumbar. “Se retrasó la serie, se iba a empezar en marzo, yo justo pillé el virus, estuve malita 10 días y ya todo fue decayendo. Nos encerraron a todos, el rodaje se retrasó y yo ya pensé francamente que no se iba a hacer”.
Se equivocó, y este viernes celebró su aniversario rodando en Collado Villalba, al norte de Madrid. Y se muestra contenta por ello. “Soy una mujer muy disfrutona de la vida y de cada cosa que me da la vida y cumplir años es siempre un regalo. Me encanta, me encanta cumplirlos”, comenta. Pero no será la grabación de la serie lo que evite una gran fiesta. “La pena este año es no poder celebrarlo, porque dado los acontecimientos no se puede, obviamente, eventos grandes ni nada. Así que he decidido que este año me voy a quedar en los 49, el próximo año los celebraré”, resuelve decidida.
La actriz vivió una segunda etapa en la profesión a raíz de El laberinto del fauno (2006). “Fue otra vez como volver a trabajar a tope después de un tiempo que estuve un poco, digamos, en el ostracismo”, admite ahora riendo. Ella superó este bache a los 36 años, pero las carreras de otras muchas mujeres corren el peligro de estancarse y no recuperarse. “Es verdad que pasa, lo sé por mis compañeras. Tengo muchas amigas actrices y lo comentamos. De repente somos tres las afortunadas que con esta edad seguimos, ya no trabajando, sino haciendo protagonistas”, denuncia.
“Nos queda mucho camino todavía”, continúa Verdú sobre el doble rasero que aún tienen que sufrir las mujeres. “Pero no solo en esta industria”, matiza. “Las preguntas que nos hacen a las mujeres no se las hacen jamás a los hombres. Yo lo he contado toda la vida”, alude a las recurrentes preguntas sobre los hijos, o la falta de ellos, a las que ha tenido que hacer frente en los últimos años. “Yo no he conocido a ningún actor que no haya sido padre que le hayan preguntado: 'Oye y por qué no eres padre”.
Tras más de 30 años en la industria da la sensación de que Verdú ya lo ha hecho todo, y de la mano de directores como Fernando Trueba, Eloy de la Iglesia, Bigas Luna, Alfonso Cuarón, Guillermo del Toro y Francis Ford Coppola. Pero ella no duda que aún le queda mucho por hacer. “Ahora es la primera vez que hago de abogada. El año pasado fue la primera vez que hice de policía, e imagínate, ya con mis años pues es lo que toca realmente, y mola porque son papeles con una fuerza y una impronta importante”, declara. Nunca pierde la ilusión, pero reconoce que disfruta una vez tiene el proyecto. “No vivo pensando en sueños que a lo mejor son irrealizables, o no, pero por si acaso no quiero frustrarme. Así que cojo las cosas cuando llegan, y ahí ya sí que me lanzo a saco, me emociono. Pero mientras, no estoy soñando despierta. Soy demasiado pragmática como para eso, me lo impide mi carácter”.
Cine, televisión, teatro... “Tengo la suerte de compaginarlo todo. En este caso hacía 17 años que no hacía tele y no te puedes imaginar cómo lo estoy disfrutando”. El pasado año estrenó la serie No te puedes esconder, una producción de Telemundo donde interpretaba un papel secundario. Ahora vuelve con el primer protagonista tras Código Fuego, que hizo Antena 3 en 2003. “Empecé con mucho miedo, yo no sabía qué iba a pasar ahora con esto de la tele, las prisas…”, reconoce. “Y la verdad es que lo estoy disfrutando que no te puedes ni imaginar, voy todos los días feliz al rodaje y eso no siempre pasa”.
A pesar de este currículo la actriz se ve muy alejada de un perfil de “it girl, cantante o actriz de telenovela famosísima”. “No es mi caso”, sentencia. La intérprete afirma que no sufre la exposición que a menudo conlleva la profesión. “A mí nadie me sigue, yo estoy con mi chico desde hace 21 años, trabajo y tengo una vida normal”. Verdú se casó en 1999 con Pedro Larrañaga, productor, empresario y gestor del teatro Maravillas de Madrid. Con esta unión entró a formar parte de una larga saga de actores. Sus cuñados son la actriz Amparo Larrañaga y el actor Luis Merlo y sus suegros los intérpretes María Luisa Merlo y Carlos Larrañaga. Además, el abuelo materno, Ismael Merlo, fue un actor de teatro, cine y televisión, quien ya nació en el seno de una familia de artistas que posee una larga lista de nombres. ¿El truco para una larga relación? “Eso son los secretos de cada uno”, zanja sin más.
La clave, según Verdú, está en relativizar y naturalizar una vida que ella considera “muy normal”. E Instagram es la red social que ha elegido para mostrarla a sus más de 325.000 seguidores, donde ha creado “como una casita, donde hay un respeto, un cariño, una incondicionalidad”. “Lo hago porque me divierte, me gusta mucho y veo que mis seguidores agradecen mucho que les informe sobre la vida, los proyectos, lo que estoy haciendo, las fotos de los rodajes. Y si un día esto se da la vuelta por lo que sea no tengo la menor duda de que digo mira, paso y ya está, y me quedo tan ancha”.