Carlos Sainz Jr., atrevido en la pista y familiar fuera de ella
El piloto, fichado por Ferrari para 2021, ha heredado de su padre su afán por ganar y la discreción en su vida personal que comparte con la periodista Isabel Hernáez
Carlos Sainz Jr., 25 años, tiene hambre de triunfo y sangre de ganador. De casta le viene al galgo. Su padre, el piloto de rallies Carlos Sainz, consiguió su tercer Dakar el pasado 18 de enero y se convirtió, con 57 años, en el piloto más veterano en ganar esta carrera. El hijo ha heredado el espíritu persistente del padre y también su afán por ganar. Lleva años demostrando que quiere hacerlo en su terreno, en la Fó...
Carlos Sainz Jr., 25 años, tiene hambre de triunfo y sangre de ganador. De casta le viene al galgo. Su padre, el piloto de rallies Carlos Sainz, consiguió su tercer Dakar el pasado 18 de enero y se convirtió, con 57 años, en el piloto más veterano en ganar esta carrera. El hijo ha heredado el espíritu persistente del padre y también su afán por ganar. Lleva años demostrando que quiere hacerlo en su terreno, en la Fórmula 1, donde acaba de alcanzar un sueño que solo rozan unos pocos: fichar con Ferrari para la próxima temporada.
No va de cabeza de equipo, pero sus compañeros conocen la pasta de la que está hecho y por eso Jenson Button, campeón de Fórmula 1 en 2009, no ha dudado en elogiarlo con unas palabras que han dejado pensando a más de uno: “Binotto [en referencia a Mattia Binotto, director de la escudería roja] ha ido a por Carlos porque cree que tiene buenas manos y era una buena oportunidad, pero yo creo que se ha equivocado, porque Carlos es un ganador, es como su padre”, dijo durante una entrevista en el canal de televisión Sky Sports.
Su familia está de acuerdo en que la sombra del padre planea en el vuelo libre que desde hace años ha elegido su hijo, que hace ya unos cuantos dejó de ser Carlitos para ganarse ser conocido por él mismo. Ahora a su nombre y apellido le acompaña el calificativo de júnior, porque hay dos Carlos Sainz ilustres en el mundo del deporte. Con él es con quien el bicampeón del mundo y tricampeón del Dakar ha sido más duro. El niño quería ser piloto desde pequeño y su progenitor no estaba dispuesto a ponérselo fácil. Para correr, sus notas tenían que ser buenas, y con estas primeras exigencias el padre le trasladó las que se imponía a sí mismo. Su madre, más tranquila, más dulce y “con un corazón inmenso”, como la ha descrito su propio marido, dijo que Carlos padre enseñó al hijo a aguantar la presión inherente a la profesión que ha escogido. Los dos son competitivos entre ellos y, como buenos deportistas, cuando se enfrentan en cualquier tipo de disciplina ninguno da su brazo a torcer con facilidad. Rivalizan corriendo, jugando al golf, al pádel, y el senior aún mantiene cierta ventaja al squash, donde fue campeón de España en 1979. Los dos son del Real Madrid y el más joven admira a Sergio Ramos, Luka Modric, Courtois y a Cristiano Ronaldo. Y a Messi, pero solo cuando no juega contra su equipo.
Quienes le conocen afirman que a Carlos Sainz Jr. le gusta la vida sencilla y está acostumbrado a la disciplina. Practica natación, pesas, bicicleta y sigue una dieta estricta que se salta pocas veces pero en la que tienen cabida las hamburguesas y las pizzas, su comida favorita que también afirma cocinar bien. De espíritu familiar, siempre ha vivido junto a sus padres y sus dos hermanas, Blanca y Ana, en la casa que tienen en la localidad madrileña de Pozuelo de Alarcón, pero a principios de 2019 se trasladó a Londres por exigencias de su contrato como piloto de McLaren, un objetivo que perseguía desde hace mucho tiempo, según dijo él mismo en sus redes sociales. La pandemia le hizo volver a casa, a su refugio familiar, donde comparte con su padre horas de entrenamientos en el completo gimnasio que tienen en su casa mientras espera que los circuitos vuelvan a rugir. Allí también, según ha confesado a medios especializados, se empapa viendo carreras históricas y analizando muchas de las propias. Y allí ha recibido la noticia de que la escudería de il cavallino rampante, le quería entre los suyos.
Para unos el apellido le ha facilitado el camino; otros, la mayoría, opinan que nadie le ha regalado nada y que el niño ha trabajado duro durante años, cuando su nombre no estaba bajo la lupa y la escasa presión le permitía ganar experiencia libremente. Según han comentado periodistas deportivos, Sainz era muchas veces de los últimos en abandonar los circuitos donde había competido primero con Toro Rosso y luego con MacLaren. Siempre quedaba trabajo por hacer, una característica que también le atribuyen a su padre los que han corrido junto a él.
Si en la vida profesional a Carlos Sainz Jr. le va el riesgo inherente a la Fórmula 1, en la personal apuesta por la estabilidad que le proporciona su relación sentimental con la periodista Isabel Hernáez, que tras graduarse en la Universidad Carlos III trabaja en el departamento de comunicación de la marca Scalpers, donde comenzó como becaria. La joven, que antes fue novia de Antón Carreño, componente del grupo musical Taburete, mantiene una relación cercana con la familia Sainz y se lleva muy bien con las hermanas del piloto, especialmente con la menor de ellas, Ana. Pero ambos son discretos con este noviazgo que se remonta a principios de 2017 y del que, aunque es público, evitan hacer ostentación ante los medios de comunicación. Ni se prodigan en actos sociales ni comparten fotos juntos en sus respectivas redes sociales.
La nueva etapa profesional con Ferrari traerá cambios para Carlos Sainz Jr. más allá del lugar en el que deba establecer su cuartel general cuando se incorpore a su nuevo equipo el próximo año. De momento, su imagen como personaje público ha subido varios enteros y eso se notará a corto plazo en los contratos publicitarios y en los patrocinadores que verán en él un reclamo digno de acuerdos mucho mejor remunerados. Sainz tiene planta, tranquilidad y educación para ofrecer esa imagen de ídolo a imitar que tanto gusta a las marcas a la hora de escoger embajadores y estar dispuestas a pagar por ellos. El circo que mueve la Fórmula 1 también ha acusado su cambio de escudería, y la negociación de los derechos de retransmisión de las carreras en televisión para España no parece que vayan a notar la crisis. Después de Fernando Alonso, otro español llega a primera línea y eso añade interés a la F1. Según El periódico de Cataluña el fichaje del madrileño está moviendo las cifras y quien quiera quedarse con esos codiciados derechos deberá abonar una cantidad más próxima a los 100 millones de euros que a los 65 que se pagan actualmente.
Ya solo queda que el niño bien saque las garras y, como vaticina Button, no se conforme con ir a la cola de su compañero, el monegasco Charles Leclerc, y sitúe en los podios el número 55 que luce en su dorsal. El mismo que eligió cuando al llegar a la Fórmula 1, el 5, el que siempre le gustó desde niño, estaba en posesión de Sebastian Vettle, el mismo piloto que le ha abierto la puerta para llegar a Ferrari.