Menú semanal de El Comidista (30 de marzo a 5 de abril)

Esta sopa de espárragos blancos es exageradamente fácil de hacer. Solo tienes que hervir los espárragos, echar un poco de aceite y luego dos huevos sin batir.

La receta de este pollo tiene 275 años, pero no por ello ha perdido vigencia: está igual de rica y se hace con ingredientes tan comunes como ajo, cebolla, vino, perejil o jamón.

Uno de los grandes estandartes de los postres viejunos. La leche merengada nos ha acompañado en numerosas tardes, no la abandonemos ni dejemos que caiga en el olvido viejunista.

Con tres alimentos tan baratos y sencillos de encontrar como el arroz integral, la remolacha y el maíz, te puedes montar una ensalada como la de esta receta.

Los garbanzos, los guisantes y el huevo pueden ser tres de los alimentos más socorridos de la gastronomía española. En un pispás y sin mucha complejidad te puedes montar un platazo como este.

Si solo se te ocurre comerlas solas o con yogur, te estás perdiendo muchas de sus posibilidades.

Si tienes cerveza en la nevera, que sepas que no solo queda genial en un vaso. Esta crema de coliflor y limón, dos productos de temporada, así lo atestigua.

Las alcachofas tienen la suerte de que les queda bien hasta un chándal blanco. Aquí se hacen en una cazuela con y aceite y se acompañan de unas habas y un poco de menta.

Puedes hacer estos rollos de canela en su versión dulce o salada. Lo primordial es que queden esponjositos y tiernos como un cachorro de labrador.

Quizá suena muy atrevido el titular, pero el resultado le da la razón. En serio, prueben a prepararlos en casa y verán que son la representación en la Tierra del Dios de los boquerones en vinagre.

Las caballas están de temporada y suelen tener un precio asequible. En esta receta se aprovechan y se sirven junto a unos espárragos verdes, otro producto también en su fecha ideal.

Las naranjas siguen de temporada y, gracias a la madre naturaleza, siguen estando bien ricas.

Solo por el nombre merece la pena hacerla en casa. No he visto nunca nada que se llame mimoso o mimosa y esté malo o mala, la verdad.

De primeras suena a plato de restaurante caro, pero que no os engañe la rimbombancia: lo puedes cocinar en casa perfectamente. El pesto, eso sí, no es muy canónico, aunque esta versión está de rechupete.

Las fresas están en su fecha ideal, y qué mejor que utilizarlas para hacer esta tarta que no necesita horno. Lleva una base de galletas y un relleno de queso Philadelphia, leche, harina de maíz, yemas de huevo y vainilla.

Pocos platos más reconfortantes para estos días que unas alubias en salsa verde. Una receta tradicional, vegetariana y sin ingredientes grasientos y carnosos.

Pobre pomelo, relegado desde los años ochenta a la categoría de desayuno de dieta por su punto amargo y su ligereza. ¿Lo has probado asado?

Un arroz con mucho sabor y hecho con ingredientes superaccesibles y baratos. En esta receta se incluyen aceitunas, pero si se quiere un sabor más suave se puede prescindir de ellas.

¿Qué puede fallar si mezclas tortitas con sirope de chocolate casero? Absolutamente nada. Las tortitas son tan sencillas de cocinar que corres el riesgo de comerte 34 de un tirón.

En lugar de comprar su versión industrial y más azucarada que Mr. Wonderful, intenta a preparar este refresco de naranja casero. La cosa cambia.