Maestros en la pericia de lanzar el anzuelo ‘online’
Que sigan, persigan y compren un producto o servicio en una ‘app’ o web depende, y mucho, del trabajo del especialista en experiencia de usuario y diseño de interfaz
Unos 15 segundos tarda un usuario en decidir si continúa o no en una página web o aplicación. Y, al menos, la mitad de ellos solo da tres de margen antes de abandonar, si ve que tarda más en cargarse. Cuestión de todo un conjunto de percepciones, sentimientos e interacciones entre los clientes y los productos o servicios que se ofrecen. Todo queda supeditado a lo que se denomina experiencia de usuario (así lo bautizó Don Norman en 1993, experto en c...
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Unos 15 segundos tarda un usuario en decidir si continúa o no en una página web o aplicación. Y, al menos, la mitad de ellos solo da tres de margen antes de abandonar, si ve que tarda más en cargarse. Cuestión de todo un conjunto de percepciones, sentimientos e interacciones entre los clientes y los productos o servicios que se ofrecen. Todo queda supeditado a lo que se denomina experiencia de usuario (así lo bautizó Don Norman en 1993, experto en ciencia cognitiva y trabajador de Apple), la misma que se tiene al entrar en una tienda física, pero que en lo digital se conoce como UX (user experience).
Y son los UXER quienes se ocupan de ese diseño en pro de la facilidad de uso (usabilidad en la jerga), la accesibilidad y la conveniencia; su objetivo es el cumplimiento de unos requisitos que garanticen el éxito o, como mínimo, eviten que se produzcan esas deserciones comentadas. A la par, y con el mismo fin, trabajan los especialistas en diseño de interfaz de usuario —UI (user interface)—, y aunque las barreras parecen difusas, hay matices técnicos que los diferencian.
Cualquier detalle importa
“Los profesionales de UX atienden el lado más humano, los comportamientos, las preferencias, las necesidades, la parte más psicológica y de pensamiento. Si saben cómo se percibe el valor que se trata de dar al cliente, pueden mejorarlo y afinar, dejando a un lado errores, spam, fricciones, etcétera. Por contra, los de UI se esmeran en lo visual y lo estético, en transmitir la personalidad de la marca y en cómo se comunica con el usuario: colores, animaciones, botones, tipografía”, explica Samuel Hermoso, experto en diseño web y codirector del Máster en UX y UI de la Universidad Europea de Madrid, donde se imparte desde hace cinco años de forma online.
En su primera edición, los alumnos no rebasaban la media docena, sin embargo, ahora lo cursan unos 25. Y cada vez se animan más mujeres y de perfiles variados. “Mientras ellas se interesan más por la especialidad de UX, que exige más empatía y manejo de lo emocional, el perfil de UI atrae sobre todo a los chicos, quizás, porque, como en mi caso, empezamos antes en esto de las páginas web”, indica. Y ojo, los estudiantes provienen de todo tipo de carreras: Psicología, Sociología, Publicidad e incluso Arquitectura, según el docente.
Porque esta temática, tanto en la vertiente más conceptual como en la de capa final, que combina contenidos y formatos, solo se oferta en cursos, másteres y bootcamps (cursos intensivos especializados). “Tres meses de inmersión, dedicando ocho horas al día, permiten especializarse incluso al que parte de cero. Y un año de formación ya puede traducirse en un cambio de vida radical, en cuanto a las salidas profesionales”, opina Hermoso. Por su parte, Javier Rubio, decano del Colegio de Ingenieros Informáticos de Madrid, considera que “lo suyo es tener una buena base tecnológica y conocer bien las tripas de un sistema informático. Es como si se quiere diseñar un volante sin tener Ingeniería Industrial”. Lo cierto es que se rifan a quienes se forman como ingenieros y luego se especializan en UX y UI.
Demanda muy al alza
La demanda no para de crecer. Según datos de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), estos estudiantes tardan entre tres y seis meses en encontrar trabajo. Y su Máster en Diseño de Experiencia de Usuario (UX/UI) “ha incrementado su demanda un 180%”, detalla Judit Criado, su coordinadora. “Se trata de un posgrado que se convoca en dos tandas, la de septiembre, donde se matriculan más jóvenes que lo eligen como primero o segundo estudio, y otra en enero, pensada para trabajadores que quieren evolucionar”, añade. En UNIR trabajan con FIGMA, el programa más puntero de prototipado que existe. También es el que usan en el centro universitario U-tad, como cuenta Natalia Díaz, alumna del último curso del Grado en Diseño Digital, que confiesa su “interés especial por la asignatura de UX/UI, impartida en 3º y 4º, y que es todo un mundo nuevo y una ayuda importante en mi trabajo final, sobre hospitalización en UCI, para facilitar esa situación a pacientes y familiares”, comenta.
Un prototipo de app que condensa “todo aquello útil en un contexto tan hostil, de ahí mi empeño en que a los usuarios les fuese ameno su uso e incluso se animaran con la gama cromática que he elegido”, detalla. Por este tipo de razones, la personalización y la humanización están yendo a más gracias a la inteligencia artificial (IA), que puede aportar mucho para una interacción satisfactoria. Ya no sirve acercarse al cliente por su historial de compras, sino que conviene entender que, según su humor, su entorno, etcétera, sus preferencias variarán. Por eso cada vez adquiere más peso el campo de la investigación: UXR.
“Queda mucho por explorar. El boom que vivimos da respuesta a lo que llevamos sembrando muchos años”, considera Virginia Fernández-Cueto, vocal de la junta directiva de la Asociación para el Desarrollo de la Experiencia Cliente (DEC), a quien el sustantivo usuario se le queda corto “por tratarse de una relación que va más allá e incluye toda la cultura empresarial y de negocio”, precisa. Al hablar de la oferta destaca “la de los grandes”: UCM, EOI, IEBS, Lasalle, IE, entre otros, “y luego, una más de nicho”, donde entraría IEM Business School, escuela valenciana de tamaño pequeño, aunque matona, dados sus galardones. “Hemos sido pioneros en Marketing Digital, por eso ofrecemos ahora una doble titulación que incorpora además UX/UI”, explica su directora, Carmen Tarin. Para ella, es muy importante la presencialidad; “aunque prime lo online, son unos estudios muy experienciales y de equipo. Es mucho más potente aprender en directo”, subraya.
Nielsen Norman Group estima que en 2050 habrá 100 millones de expertos en estas materias, en sintonía con la demanda del mundo digital, en concreto con el diseño.
La banca corre con ventaja
Opinión unánime, todos los entrevistados señalan a la banca como el sector que más ha invertido y mejor ha cuidado la experiencia de usuario y diseño de interfaz (UX y UI). “También las plataformas de entretenimiento, como HBO [ahora Max] y Netflix”, reseña Judit Tarin, de IEM. Y descendiendo al detalle, negocios como Amazon, Uber e Inditex, “con un montón de UX para cada producto”, indica Samuel Hermoso, de la Universidad Europea.
No hay empresa que pueda quedarse al margen. Cada una lo incorpora a su manera. “Las start-ups lo llevan ya en su propio ADN. Las grandes y más tradicionales han creado departamentos específicos para ello, y las pymes suelen desarrollarlo desde áreas de marketing, calidad, etcétera”, opina Virginia Fernández- Cueto, vocal de DEC.