Por qué los nombres más influyentes de la moda española presentan sus colecciones en Madrid es Moda
Más de 40 diseñadores han expuesto sus colecciones durante cuatro días en distintos lugares de la capital española. La iniciativa, que en 2025 cumple una década, es ya el mayor evento del diseño nacional
Alrededor de 40 diseñadores han presentado sus colecciones durante cuatro días en el marco de Madrid es Moda. “Y pensar que empezamos interviniendo escaparates…”, rememora Pepa Bueno, directora ejecutiva de la Asociación Creadores de Moda de España (ACME) e impulsora de un proyecto que, el próximo 2025, cumplirá una década. La apuesta, respaldada por el Ayuntamiento de Madrid, se ha ido reforzando edición tras edic...
Alrededor de 40 diseñadores han presentado sus colecciones durante cuatro días en el marco de Madrid es Moda. “Y pensar que empezamos interviniendo escaparates…”, rememora Pepa Bueno, directora ejecutiva de la Asociación Creadores de Moda de España (ACME) e impulsora de un proyecto que, el próximo 2025, cumplirá una década. La apuesta, respaldada por el Ayuntamiento de Madrid, se ha ido reforzando edición tras edición.
Durante los últimos años, la sede central para la mayoría de las presentaciones era la Serrería Belga (antiguo Medialab Prado), pero esta ha sido la primera edición en la que los diseñadores han elegido espacio. Algunos, como Juan Vidal, Carlota Barrera, Spastor o Tíscar Espadas, han abierto las puertas de su estudio para que, además de ver las nuevas colecciones, los invitados pudieran acercarse a su espacio de trabajo. Otros han optado por lugares emblemáticos de la ciudad: Duyos presentó un fashion filme protagonizado por Brianda Fitz-James Stuart en el edificio de la SGAE; María Lafuente desfiló en la Cuesta de Moyano y Maison Mesa en el parque del Retiro. “Nuestra misión siempre ha sido acercar la moda de autor a la ciudad. Imagina lo que significa para un diseñador poder desfilar en pleno parque del Retiro”, comenta Bueno en declaraciones a EL PAÍS. El Retiro, de hecho, fue la primera sede, en los años ochenta, de la pasarela antes conocida como Cibeles, que desde hace más de dos décadas se celebra en el recinto ferial Ifema, lejos del centro de Madrid, y que este jueves 12 de septiembre toma el relevo a Madrid es Moda con la primera jornada de su 80ª edición.
La apuesta por los símbolos nacionales fue absolutamente explícita durante la inauguración de Madrid es Moda. El evento siempre comienza con un desfile en la calle al que pueden acceder los transeúntes, pero esta vez lograron celebrarlo en la mismísima Puerta de Alcalá ante 400 invitados y todos los curiosos que quisieron pararse a verlo. “Nuestra idea es crear una imagen potente no solo para los madrileños, también para la industria internacional”, explica Bueno. Una treintena de diseñadores cedieron algunas de sus creaciones para el show, concebido con prendas negras, blancas y rojas casi en su totalidad que se combinaban con sombreros cordobeses, madroñeras y otros emblemas literales de lo español.
La influencia de Madrid es Moda en el calendario de la moda nacional se ha ido afianzando con los años, pero fue tras la pandemia, que afectó duramente al diseño de autor (un sector que vive principalmente de las prendas para eventos), cuando los nombres más conocidos decidieron cambiar la Mercedes Benz Madrid Fashion Week por esta iniciativa que, como cuenta el diseñador Moisés Nieto —desvinculado desde hace años de la pasarela madrileña—, “permite a los diseñadores presentar en el formato que prefieran”. Tanto en una como en otra, las marcas reciben ayudas institucionales; en Madrid es Moda, se les devuelve la cuantía que han invertido en su presentación. Algunos de los creadores, como Nieto —que presentó un desfile en el estudio fotográfico Nueva Carolina para un centenar de asistentes—, Leandro Cano —que ofreció un desayuno— o Malne —una cena—, decidieron acotar la convocatoria a unos pocos. Otros, como Juan Vidal o Carlota Barrera, abrieron las puertas de su estudio a todos los interesados en conocer sus nuevas colecciones. Miguel Becer, de ManéMané, presentó junto a la ONG Ayuda en Acción dos diseños (una camiseta y un vestido) cuyas ventas irán destinadas al apoyo a personas en riesgo de exclusión.
La oferta actual de Madrid es Moda es tan amplia que mezcla a los nombres de toda la vida (Verino, Torretta, Duyos, Juanjo Oliva…) con los más reconocidos dentro del sector actual (Barrera, Vidal, Nieto, Helbig) y con nuevos talentos emergentes (Daniel Chong, CoconutscanKill, Montenegro o Tíscar Espadas). Aunque predominan los diseños pensados para eventos (a fin de cuentas, en España la moda de autor sigue encontrando una salida económica en bodas, bautizos y comuniones), cada vez hay más propuestas ajenas a los vestidos de noche o los trajes de invitada.
Está la ya histórica (y acertada) apuesta de Roberto Verino por el uniforme diario, funcional, minimalista y de buena calidad; la deconstrucción material (y social) de los códigos clásicos de la moda masculina que tan bien ejecuta Carlota Barrera; el regreso de Spastor, que se instalan en Madrid, y han confeccionado a mano una serie de prendas blancas de tejidos innovadores con la sexualidad, e incluso la perversión, como leit motiv (citaban las películas Funny games o American Psycho como fuentes de inspiración). También el increíble ejercicio de construcción de prendas con referencias históricas que ha convertido a la joven Tíscar Espadas en uno de los proyectos más excitantes de los últimos años o el enfoque comercial y de oficio de Moisés Nieto. Su colección, inspirada en la obra de Giorgio Morandi y trabajada con tejidos italianos ligeros y muy funcionales (muchas de las piezas ni siquiera necesitan planchado), juega también a ser un uniforme minimalista que tiene a su clienta en el centro. “Para mí la moda no debe ser una novedad que cambie cada seis meses, sino una evolución de los códigos propios hacia la excelencia”, comentaba a EL PAÍS el diseñador.
La propuesta de Juan Vidal tampoco es estacional. Hace un par de años, el diseñador alicantino decidió lanzar drops, es decir, pequeñas colecciones cápsula, a través de su página web: “Es una forma de centrarme en una propuesta muy concreta que represente mi proceso creativo”, explica. Tan concreta como unas láminas antiguas de flores que encontró en una tienda de París y que ha convertido en los estampados que decoran una decena de vestidos para todos los gustos y siluetas que, sin embargo, conservan su seña de identidad.
Aunque el hecho a medida sigue siendo la principal fuente de subsistencia de muchos diseñadores nacionales, existen otros modelos de negocio como el drop digital, la tienda física de toda la vida o la colaboración con la plataforma de moda española Es Fascinante. Juanjo Oliva, que tiene tienda en París, presentaba en un trunk show (un desfile privado en el que el diseñador va comentando cada prenda) una colección que él ha definido como “prêt-à-porter de lujo”: prendas de tejidos nobles con patrones cuidadosamente pensados y orientados a una clienta que viste diseño en su vida diaria.
También se nota, al fin, el apoyo mutuo entre diseñadores, como ya se vio durante los primeros Premios de la Moda Española el pasado mes de junio, también impulsados por ACME y la Academia de la Moda Española. El manido dicho de “la unión hace la fuerza” es una realidad necesaria en este sector, como demuestra el éxito reciente de la semana de la moda de Copenhague o el clásico de la de Londres, que ahora cumple 40 años. Madrid es Moda (y, por supuesto, todos los implicados) ha logrado crear ese sentimiento de comunidad, la única forma de que esta industria siga adelante. Sin embargo, dado el número de diseñadores que se están apuntando a la cita, quizás sean necesarios más días (ha habido hasta una decena de presentaciones diarias) y una agenda más estructurada para que todo transcurra con fluidez.