Allariz, la perla verde jardinera de Ourense gracias a su festival de vergeles efímeros
El concurso internacional del municipio gallego celebrará en febrero su decimosegunda edición con una temática renovada. Miles de visitantes serán los encargados de decidir la ganadora entre las 10 propuestas de paisajismo
Hay vida fuera de las ciudades. Y mucha valentía para afrontar retos cuando hay ganas, ilusión y una cultura del esfuerzo y del trabajo. Cuando realmente se quiere mejorar la vida de una sociedad de forma honesta, cuando solo se piensa en el bien común, surgen apuestas como la de Allariz (Ourense) y su Festival Internacional de Jardines. A la belleza de su casco histórico y de su paisaje, así como a la amabilidad de su gente, se le suma un encuentro anual donde la jardinería brilla a orillas del río...
Hay vida fuera de las ciudades. Y mucha valentía para afrontar retos cuando hay ganas, ilusión y una cultura del esfuerzo y del trabajo. Cuando realmente se quiere mejorar la vida de una sociedad de forma honesta, cuando solo se piensa en el bien común, surgen apuestas como la de Allariz (Ourense) y su Festival Internacional de Jardines. A la belleza de su casco histórico y de su paisaje, así como a la amabilidad de su gente, se le suma un encuentro anual donde la jardinería brilla a orillas del río Arnoia. Allí, desde el año 2010, un recinto de casi 40.000 metros cuadrados acoge 12 jardines efímeros, de los cuales 10 optan a llevarse un primer premio.
En cada edición se escoge un tema, sobre el que los concursantes harán girar sus apuestas de paisajismo. En las 11 ediciones pasadas se seleccionaron temáticas tan variopintas como la moda, la música, el erotismo, el cine o la poesía, lo que convierte a cada jardín presentado en un auténtico tour de force para los participantes. Esta semana, un jurado ha elegido los 10 jardines efímeros que se empezarán a construir en febrero de 2023. De esta forma, entre mayo y noviembre estarán abiertos al público. Alrededor de 40.000 visitas recibirán estos pequeños paraísos y serán los propios visitantes los que voten por el vergel ganador durante todos esos meses. Este jardín no se desmontará al finalizar el certamen, y permanecerá un año más junto a los de la siguiente edición.
Cristina Cid, alcaldesa de Allariz, glosa los beneficios de este concurso: “El festival aporta muchas cosas al pueblo. Nació para hacer del vicio una virtud, y se instaló en una zona donde el río se desbordaba y para crear una zona verde en sus márgenes, lo que da una mayor calidad de vida a todos los vecinos. Pero no solo eso, sino que también es un revulsivo económico”. Lo han conseguido con creces, si nos atenemos a los miles de personas que visitan cada año el recinto del festival. Cid apunta que para los vecinos “es un orgullo”, porque pone a Allariz “en el mapa del paisajismo internacional”.
Este festival bebe de las fuentes de otros certámenes que ya se venían realizando en países como Francia o Portugal. Paco García, su actual director y exalcalde de la localidad, descubre cuál fue el germen: “Allariz fue declarado Reserva de la Biosfera por la Unesco, y el río Arnoia es un espacio de identidad del pueblo. Se trataba de tener una zona singular para desarrollar un festival que aprovechara las experiencias de otros lugares como Ponte de Lima [Portugal] y que pusiera en valor nuestra jardinería”.
Unos espacios ajardinados que en el pueblo tienen una importancia mayúscula, como apunta con pasión Bernardo Varela, concejal de Medio Ambiente: “Allariz dispone de más de 14 hectáreas de zonas verdes, lo que hace que el número de metros cuadrados de jardines por habitante sea elevadísimo”. Varela reconoce que no es una labor sencilla, ya que organizar un certamen como este es “todo un reto para un concello tan pequeño” como el suyo, lo que demuestra la valentía de su propuesta anual.
Celestino Feijóo, técnico municipal de Allariz, es el encargado junto a su equipo de trasladar los proyectos del plano a la realidad, de hacer florecer lo que antes estaba solo sobre el papel: “Además de los 10 jardines, construimos uno más, que es el que se destina para que los colegios e institutos de Allariz hagan sus diseños y elaboren propuestas”. Algo que predispone aún más a los chavales a apreciar el valor de los jardines. Quién sabe si de todos ellos no saldrán algunos futuros paisajistas que contribuyan con su trabajo a este capital verde por todo el mundo. Precisamente, la presentación de los diseños no solo proviene de España, sino que es internacional, con participantes de escuelas de paisajismo, o incluso de particulares, de lugares como México, Polonia, Reino Unido o Colombia.
“Mucha de la planta se reutiliza en los jardines del pueblo, así como ciertos elementos constructivos de metal o de madera que pasan a decorar los parques”, recalca Feijóo. Este técnico se sorprende al ver, año tras año, a más y más gente adepta al festival que convierte la visita en un hábito: “Llaman para preguntar por la inauguración, no quieren perdérselo”.
Francisco Manuel Caldeira Cabral, reputado paisajista portugués, ha presidido desde su origen el jurado que elige las mejores propuestas del festival. Caldeira tiene clara la idea principal de estos festivales: “Transmitir que el jardín tiene un concepto, un origen intelectual, lo que da una diversidad creativa enorme. Así, a la gente que los vea le encanta sacar ideas para construir en sus propios jardines. Se crea una cultura fuera del ámbito más académico o de la élite paisajista”.
Este espíritu de “seducir al público con el arte del jardín”, en palabras de Caldeira, es el porqué de la manera de elegir al ganador. María López, concejala de Turismo de Allariz, se complace de ver el interés: “La gente del pueblo espera con impaciencia los nuevos diseños, los niños de Allariz preparan su parcela y pueden trabajar otros temas a lo largo del curso escolar. Además, el festival ayuda a que haya más visitantes fuera de las épocas de mayor turismo”.
Las plantas provienen, además, de viveros de la zona, lo que provoca otro efecto dinamizador más en la región. El futuro del festival está asegurado, para alegría del pueblo. Cid propone que “sería bueno poder formalizar una red de festivales de jardines” por toda Europa, a través de una asociación, y trabajar en red. Allariz, la perla verde jardinera de Orense, el arte del jardín hecho pueblo.