Barbijaputa, ante el juez: “La ultraderecha sacó tuits de contexto haciéndolos pasar como si fuera nazi”

La activista y escritora es juzgada por un delito de odio por publicaciones sobre el Holocausto y Hitler en su cuenta de X en 2011, que fueron recuperadas en una campaña contra ella en redes sociales cuatro años después

La tuitera conocida como Barbijaputa, al inicio de la vista oral por unos tuits sobre Hitler que publicó en 2011, este martes en la Audiencia Provincial de Madrid.EL PAÍS

La tuitera María P. B., conocida como Barbijaputa, ha asegurado este martes ante el juez que muchas de las publicaciones en la red social X que se le atribuyen sobre Hitler y los nazis son falsas y creadas por la ultraderecha y que las pocas ciertas se enmarcan dentro de ...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

La tuitera María P. B., conocida como Barbijaputa, ha asegurado este martes ante el juez que muchas de las publicaciones en la red social X que se le atribuyen sobre Hitler y los nazis son falsas y creadas por la ultraderecha y que las pocas ciertas se enmarcan dentro de un debate sobre los límites del humor. “La ultraderecha sacó tuits de contexto, haciéndolos pasar como si fuera nazi”, ha afirmado. La también columnista y escritora ha comparecido en la Audiencia Provincial de Madrid acusada de un delito de odio por unos tuits presuntamente publicados en su cuenta en 2011 referentes al nazismo y al Holocausto. Entre los mensajes que incluye la Fiscalía en su escrito de acusación están “Hitler era un cabrón por cargarse a los judíos y un cutre por no acabar el trabajo. Ahora mira lo que pasa” y “¿qué sería más apropiado: eliminar todo Israel o solo a los judíos?”. El ministerio público solicita una pena de prisión de un año y nueve meses.

María P. B. ha asegurado que en 2015, coincidiendo con la victoria electoral de Manuela Carmena en las elecciones municipales, la ultraderecha se organizó para atacar a “personajes que tenían relevancia” y ese fue el momento en el que fueron recuperados tuits de 2011 y, según ella, fabricaron muchos otros mediante capturas de pantalla manipuladas o con cuentas falsas que imitaban a la suya. Barbijaputa cuenta ahora mismo con más de 265.000 seguidores en X, pero ha asegurado que en el momento de las publicaciones reales no llegaba a los 10.000.

Como consecuencia de su actividad tuitera, la acusada fue sometida en 2015 a una campaña de acoso en redes agrupada con el hashtag #barbiholocausto y se llegaron a cancelar algunas de sus presentaciones literarias. La acusada también ha destacado que esta campaña no iba contra ella específicamente, sino contra Ignacio Escolar, el director del medio con el que colaboraba entonces, elDiario.es. “Yo no era solo una columnista, era la más leída cada día y todos los titulares que salieron fueron: ‘La columnista estrella de Escolar...”. Y después ha añadido: “Para la ultraderecha siempre he sido la niña pequeña de Escolar”.

El propio Ignacio Escolar ha comparecido como testigo y ha remarcado que Barbijaputa era una articulista muy polémica que recibía amenazas por su actividad feminista, pero que nunca escribió ningún artículo sobre el Holocausto. Escolar también ha enmarcado los tuits que están en el centro de la causa como parte de un debate surgido en el año 2011 sobre los límites del humor, a raíz de la polémica generada por los tuits sobre el Holocausto del director Nacho Vigalondo. “Barbijaputa estuvo participando en el debate en esa época”, ha indicado Escolar.

María B. P. ha afirmado que, dentro de este debate sobre el humor, todos los que defendían “la libertad de expresión” se dedicaron a hacer chistes en la misma línea. La acusada sostiene, incluso, que algunos de los tuits han sido manipulados por la propia acusación. “Ha sido un juego muy sucio para hacer creer que yo he dicho cosas que no he dicho. Nadie entiende que se me acuse de ser hitleriana”, ha aseverado la columnista.

Entre los testigos, la directora de la publicación La Marea, Magda Bandera, ha declarado que fue ella la que abrió hace más de 10 años un “dominio seguro” para albergar la web de Barbijaputa, ante las “continuas amenazas” que recibía en aquella época por su labor feminista y que le provocaban temor a que se desvelara su identidad. Este martes, la mujer detrás del personaje tuitero ha acudido al tribunal con la cara tapada con una mascarilla y acompañada por un nutrido grupo de amigas y compañeras del ámbito feminista vestidas de negro y se ha mostrado preocupada por la posible toma de imágenes. “Si querían castigarme lo han conseguido, porque mi anonimato, que era mi protección, hoy se ha terminado”, ha afirmado la acusada.

La acusación ha llamado a varios miembros de la comunidad judía y otros sin relación con ella, como ejemplo de la ofensa que supusieron estos tuits. Entre estos últimos, el eurodiputado de Vox Juan Carlos Girauta, llamado por la acusación popular, ejercida por una asociación llamada Comité legal para la lucha contra la discriminación. Su intervención ha consistido en exponer ampliamente su labor en el Parlamento Europeo contra el antisemitismo y el contexto de “humor judeófobo” que, según él, en su día contribuyó al Holocausto. Girauta no está relacionado con los tuits directamente de ninguna manera, más allá de asegurar que conoce a judíos que se sintieron ofendidos por los tuits. La acusada ha indicado que el eurodiputado fue uno de los que participó en la campaña de odio en su contra.

Fernando Múgica, hijo del dirigente socialista del mismo nombre asesinado por ETA en 1996 y descendiente de judíos, ha sido otro de los comparecientes llamados por la acusación popular, como ejemplo de alguien al que hirieron esas publicaciones. “Fueron tuits muy comentados que debieron de tener una audiencia enorme que comentaban mis amigos y mis hermanos”, ha señalado en una breve intervención.

El expresidente de la comunidad judía en Madrid y actual presidente de la Fundación Hispano-judía, David Hatchwell, hoy más conocido por ser socio de Nacho Cano en Malinche, ha señalado que mensajes como los que son objeto de esta causa le generaron “indignación”. Para él, existe un caldo de cultivo contra un “colectivo español” como es la comunidad judía. “Es inaceptable que se estigmatice a un colectivo y que se use un lenguaje que es el principio de lo que pueden acabar siendo medidas físicas. Todo lo que incita al odio nos preocupa sobremanera”, ha expresado.

Sobre la firma

Más información

Archivado En