La importancia del apoyo institucional a la educación pública

Por qué se defienden políticas fiscales que benefician a los que más tienen, mientras se tienen que elaborar presupuestos que reducen la inversión en educación, sanidad o infraestructuras esenciales

Estudiantes que se presentan a la EvAU, a las puertas de la Facultad de Farmacia de la Universidad Complutense, el 5 de junio de 2023.Europa Press News (Europa Press via Getty Images)
Sara Hernández

La educación pública es uno de los pilares fundamentales de la construcción de una sociedad más justa con espacios de pensamiento crítico y convivencia. Los servicios públicos permiten reducir las desigualdades, ofreciendo las mismas oportunidades y favoreciendo el ascensor social.

Por eso, cuando veo noticias sobre la financiación de las universidades públicas o de la Formación Profe...

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La educación pública es uno de los pilares fundamentales de la construcción de una sociedad más justa con espacios de pensamiento crítico y convivencia. Los servicios públicos permiten reducir las desigualdades, ofreciendo las mismas oportunidades y favoreciendo el ascensor social.

Por eso, cuando veo noticias sobre la financiación de las universidades públicas o de la Formación Profesional siento la necesidad de poner el foco en la visión ideológica de esta medida. En los últimos años, las universidades públicas, en especial las de la Comunidad de Madrid, reclaman más fondos para poder ofrecer una enseñanza de calidad, mantener sus programas de investigación y ofrecer una oferta educativa competitiva a la altura del prestigio de instituciones que, en algunos casos, llevan siglos siendo centros de desarrollo intelectual y social.

No es el caso de la universidad en la que estudié, que es un pilar fundamental de la ciudad de la que soy alcaldesa. La Universidad Carlos III de Madrid (UC3M) no tiene una trayectoria de siglos. Sin embargo, en las decenas de años que tiene, es una de las universidades más prestigiosas de nuestro país, con campus donde la excelencia académica y la investigación están al máximo nivel.

Cuando veo que los rectores reclaman mayor inversión y que proliferan proyectos de universidades privadas, pienso en los vecinos y vecinas de Getafe que, ante la imposibilidad de llegar a las universidades públicas, optan por las privadas, donde no existen notas de corte y solo la solvencia económica permite llegar a sus aulas. Unos podrán y otros no y eso es injusto.

Como alcaldesa no tengo las competencias para decidir sobre la financiación de la universidad pública, sin embargo, en Getafe siempre hemos apoyado a la Carlos III en lo que ha estado en nuestra mano. Con la adquisición con presupuesto municipal de los terrenos del ACAR, donde se desarrollará el nuevo barrio de La Aviación, hemos cedido un gran espacio para que la UC3M desarrolle allí un nuevo campus y un nuevo centro de innovación, lo que permitirá a la ciudad seguir aprovechando el valor de tener una universidad, al mismo tiempo que hay una transferencia mayor de conocimiento de los centros de investigación a las industrias.

No comprendo cómo desde los centros de decisión política no apoyamos sin fisuras los servicios públicos, que son garantía de progreso, de equidad y crecimiento social. No comprendo cómo se defienden políticas fiscales que benefician a los que más tienen, mientras se tienen que elaborar presupuestos que reducen la inversión en educación, sanidad o infraestructuras esenciales, que al final merman las posibilidades de los que menos poseen.

Bueno, sí lo entiendo. Son modelos sociales diferentes, que obtienen resultados distintos en la lucha contra la desigualdad social.

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