Cientos de carpas muertas en el lago del parque de Juan Carlos I de Madrid

El área de Medio Ambiente del Ayuntamiento de la capital analiza tanto el agua como los ejemplares para conocer la causa de esta mortandad masiva

Carpas muertas, el jueves en el lago del parque de Juan Carlos I de Madrid.Asociación Vecinal

La imagen da dolor de corazón. Cientos de peces muertos, flotando de medio lado en un agua verdusca, algunos de ellos todavía agonizando y con la boca muy abierta e intentando respirar. Ha ocurrido estos días del puente de agosto en el parque Juan Carlos I de Madrid, una superficie verde de 220 hectáreas, el doble del Retiro, situada en la zona de Ifema, en el noroeste de la capital, como ha denunciado la asociación de vecinos La Unión Hortaleza en un vídeo publicado el jueves 15 de agosto en X (antiguo Twitter). El Ayuntamiento de la capital ha reconocido la situación, pero, de momento, no se la explica y está a la espera de los resultados de los análisis tanto del agua como de algunos ejemplares para conocer la causa de la muerte.

“El vídeo lo grabó un miembro de la asociación que suele ir a refrescarse por allí y avisamos Línea Madrid y al Ayuntamiento y esa misma tarde los estaban retirando en camiones”, cuenta Sonia San Andrés, vicepresidenta de la asociación, que reclama al consistorio un “mantenimiento y una vigilancia más eficaz” de estas instalaciones, donde se practica la pesca y se hace piragüismo. San Andrés denuncia que no es la primera vez que ocurre: “En 2020 pasó lo mismo y fue por una mala calidad del agua, proliferaron las algas y se comieron todo el oxígeno. Una vez puede ocurrir, pero que pase una segunda ya...”. La asociación apunta al aumento de las algas, al calor o a la falta de renovación del agua como posibles causas de la muerte masiva de peces.

El Ayuntamiento admite que han muerto cientos de peces, pero no sabe la razón. Según detalla un portavoz del área de Medio Ambiente, los primeros peces muertos empezaron a aparecer la mañana del miércoles, por la tarde afloraron más ejemplares y también la mañana del jueves. Todos los peces muertos son carpas, una especie muy popular en la pesca, que mide de 60 a 90 centímetros y ronda los nueve kilos de peso. Son omnívoras y todoterreno, ya que resisten a una gran variedad de condiciones climáticas.

Los trabajadores del parque han retirado los especímenes muertos, cuyo número desconoce el Ayuntamiento, pero en las imágenes se aprecian varios cientos. “Este viernes se han recogido muestras de agua para remitirlas a un laboratorio y también se han llevado a analizar carpas muertas para tratar de averiguar la causa de la muerte”, añade el portavoz. Los resultados no se esperan hasta la semana que viene, ya que hay que realizar cultivos.

De momento, no hay pistas. La temperatura del agua del lago, asegura el consistorio, es la correcta, “de entre 26 y 28 grados, un poco más cálida de lo habitual, pero dentro de lo normal en verano” y también el PH ―su nivel de acidez o alcalinidad― es “el correcto”. “Los sistemas de aireación del lago, que contribuyen al mantenimiento de una buena calidad del agua, funcionaban y funcionan bien”, añade el portavoz.

Y lo extraño es que, sea cual sea la causa de la muerte, no ha afectado ni a otros peces ni a las tortugas ni a las aves que habitan el mismo espacio. Tampoco a carpas que viven en otras láminas de agua del mismo parque ―hay una ría para practicar deportes de agua, un canal y dos estanques―. “Ha pasado solo en el lago del parque de Juan Carlos I”, reitera el Ayuntamiento, que niega que exista el mismo problema en otros espacios verdes de Madrid, como se denuncia en los comentarios del vídeo. Tampoco recuerdan que haya sucedido en el mismo lugar en el pasado.

Se desconoce cómo llegaron las carpas al lago, ya que no se trata de una especie que el Ayuntamiento haya introducido en el lago. Como no son sus peces, tampoco se encarga de su mantenimiento. “Es una zona autorizada para la pesca sin muerte, la gente las lleva y las suelta”, concluye el portavoz. Según la web del Ayuntamiento, el lago, que data de 1992 como el resto del parque, está hecho de hormigón. Su profundidad es variable, tiene forma similar a un rectángulo de 315 x 175 metros y una superficie total de 30.000 metros cuadrados. En su interior el agua, que procede de diversas canalizaciones subterráneas, no circula.

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