Un viaje de 7.000 kilómetros para votar este domingo contra Maduro

Venezolanos residentes en Madrid están tomando vuelos desde Barajas, pagando en algunos casos hasta 2.200 euros, para participar en las presidenciales de su país, después de múltiples denuncias por las trabas del régimen chavista al voto exterior

José Alberto Pérez, Dehy Baptista y el hijo de ambos, antes de tomar su vuelo para Caracas, este jueves en el aeropuerto de Madrid-Barajas.Inma Flores

El camino a la urna comenzó para Dehy Baptista y su marido este jueves a casi 7.000 kilómetros de distancia. En Madrid tomaron un vuelo con destino Caracas, Venezuela, donde este domingo se celebran elecciones presidenciales. Será su primera visita a su país de origen tras años viviendo en España y la han programado a conciencia para que el viaje coincidiera con los comicios. Él planea votar a primera hora del domingo en la capital venezolana. Luego, tomarán la carretera para que ella lo haga en otra ciudad a 124 kilómetros, Villa de Cura. Por 800 euros cada pasaje, sus votos serán de los más ...

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El camino a la urna comenzó para Dehy Baptista y su marido este jueves a casi 7.000 kilómetros de distancia. En Madrid tomaron un vuelo con destino Caracas, Venezuela, donde este domingo se celebran elecciones presidenciales. Será su primera visita a su país de origen tras años viviendo en España y la han programado a conciencia para que el viaje coincidiera con los comicios. Él planea votar a primera hora del domingo en la capital venezolana. Luego, tomarán la carretera para que ella lo haga en otra ciudad a 124 kilómetros, Villa de Cura. Por 800 euros cada pasaje, sus votos serán de los más caros de la contienda. Sin embargo, ese precio les parecerá una ganga si finalmente se produce el resultado que desean, el que pronostican las encuestas: el fin a 25 años de chavismo.

“Te da un poco de miedo creértelo, porque hemos pasado por tanto...”, dice ella, una periodista de 32 años que emigró a España hace ocho años. Durante el cuarto de siglo de régimen chavista, los venezolanos opositores del exterior han visto de forma recurrente cómo se abría una ventana con la promesa de cambio, para que luego se cerrara de nuevo. Pero esta vez, creen, será la definitiva porque el candidato opositor, Edmundo González, tiene una alta popularidad entre las clases humildes que han sostenido al régimen. Baptista y muchos otros se han contagiado de optimismo: “Sentimos una ola de esperanza”.

Para esta pareja y muchos otros venezolanos en España, este viaje se explica por las restricciones al voto que han sido denunciadas por la oposición al presidente Nicolás Maduro. A pesar de que en España viven 440.992 personas nacidas en Venezuela, solo 22.467 figuran como registrados para votar, según datos de la plataforma que agrupa a 11 partidos de la oposición. Más de 7,7 millones de venezolanos componen la diáspora global, según la ONU, pero solo 69.211 están inscritos para votar el domingo desde el extranjero.

En España, los opositores denuncian que cuando los consulados venezolanos abrieron un breve plazo de inscripción en primavera, los consulados exigieron requisitos inconstitucionales que discriminaban a los venezolanos en función de su situación migratoria en España (fueron excluidos por ejemplo quienes carecían de residencia permanente). Una joven venezolana de 28 años, Lorena Lima, se declaró en huelga de hambre durante cinco días de marzo debido a que el consulado en Madrid no abría el registro. Una vez que comenzaron las inscripciones, se formaron unas colas enormes durante tres semanas y fue imposible atender a todo el mundo antes de que acabara el plazo, el 16 de abril.

Hacer un viaje a Venezuela supone un esfuerzo económico considerable para la gran mayoría de venezolanos en España, procedentes de las clases medias. Aunque el tópico asocia a los venezolanos de Madrid con el pudiente distrito de Salamanca, solo 5.472 de los 130.073 venezolanos de la Comunidad de Madrid viven en esa zona privilegiada de la capital. Muchos, que ganan sueldos muy limitados como riders, camareros o cuidadores de personas mayores, apenas pueden reunir los medios para regresar de visita a su país de origen.

Baptista trabaja de auxiliar en una clínica dental y su marido, José Alberto Pérez, de informático. Ella fue a su país por última vez hace seis años; él, hace 11. Si la elección no sale como esperan, al menos podrán conformarse con pasar las vacaciones de agosto en familia y los abuelos conocerán por fin a su nieto de tres años, que viaja con ellos.

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Quizás por impaciencia o tal vez por precaución, se presentaron cinco horas antes de la salida en la T-4 de Barajas. “Sentimos una mezcla de muchas emociones”, decía Pérez antes de la partida, con el anhelo de que coincidan la alegría de los reencuentros familiares y un triunfo opositor histórico.

Con todo, muchos de los que viajan para votar son venezolanos con recursos. El doctor venezolano Manuel Lorenzo Fernández, que dirige en Chamberí la clínica Salus Madrid, donde trabajan 40 médicos, estima que “siendo conservador” un tercio de sus clientes van a votar en Venezuela. “Muchos van a aprovechar que este jueves comienza un puente en Madrid y saldrán en vuelo directo”, cuenta. “Quien tenga vacaciones, pasará el mes de agosto allí”.

Manuel Lorenzo Fernández, medico y dueño de la clínica Salus Madrid, afirma que un tercio de sus clientes van a viajar a Venezuela para votar.INMA FLORES

Un empresario residente en el distrito de Salamanca, que pide anonimato porque teme represalias, muestra a este periódico su pasaje en clase business por 2.487 dólares (2.288 euros). Voló este martes desde Barajas y tiene billete de vuelta para el martes de la semana que viene. Como otros pasajeros electorales, ha verificado en la web del Consejo Nacional Electoral que sus datos aparecen en la mesa de Venezuela donde votó por última vez, antes de emigrar.

“En elecciones anteriores no hubiera hecho este viaje”, cuenta este empresario, “pero esta es nuestra última oportunidad para recuperar el país. Me sentiría muy mal si no apoyo a la gente que lo está pasando mal”.

Resulta difícil medir este fenómeno de los viajeros votantes. Las aerolíneas incrementan su oferta en respuesta a picos de demanda y este julio van a salir de Barajas 84 vuelos comerciales de pasajeros con destino Maiquetía, el aeropuerto internacional de Caracas, frente a los 50 de julio de 2023, según datos del gestor de aeropuertos españoles, Aena. Sin embargo, el aumento de los vuelos ya se venía observando en meses anteriores y puede responder a una reactivación de la economía venezolana tras años de ruina (crecerá un 4,2% en 2024) y al crecimiento del tráfico aéreo global, que batió récords el año pasado y se espera vuelva a hacerlo este.

Noche electoral larga

Los opositores venezolanos en Madrid se dividen entre los optimistas y los escépticos. A pesar de que algunas encuestas dan ventajas de hasta 30 puntos al opositor González, se ha extendido la idea de que el régimen chavista, apoyado por los militares, buscará algún modo de aferrarse al poder. “Llevamos 25 años con lo de que va a caer, que va a caer...”, cuenta David Placer, periodista especializado en la comunidad venezolana de Madrid. Placer añade que aún así, esta vez se ven señales inéditas que apuntan a un cambio incontenible. “González se ha dado baños de multitudes en barrios donde (el expresidente Hugo) Chávez arrasaba con un 80% de los votos”.

El problema, agrega Placer, es que nadie cree que Maduro juegue limpio a la vista de las trabas al voto en el exterior y de otras medidas contra la oposición, como la inhabilitación a la candidata que ganó las primarias, María Corina Machado. “El fraude está cantado”, predice.

David Placer, periodista y 'youtuber' de origen venezolano, es escéptico sobre la posibilidad de un cambio.INMA FLORES

Quizás por estas dudas no se han producido grandes manifestaciones antichavistas en Madrid, como en anteriores momentos críticos para el chavismo. El domingo circularon por la Gran Vía 1.000 personas, según delegación del Gobierno (la plataforma unitaria de la oposición no ha dado cifras). Este domingo, los venezolanos en la capital española deberán votar en un centro cultural del suroeste, en Aluche. Cuando cierre la urna, están llamados a una concentración en la plaza de Colón a las 20.00. Después, muchos se prepararán para una noche muy larga, esperando el resultado con familia y amigos hasta las tres o las cuatro de la mañana.

El director del diario El Nacional, que se exilió en Madrid en 2015 a raíz de medidas legales de naturaleza política, será un mero espectador. No se inscribió en el consulado ni tampoco puede regresar por temor a que lo apresen. Pero como muchos otros venezolanos en el exterior que no podrán votar el domingo, el resultado puede cambiar su vida. Quiere retornar para volver a lanzar su periódico impreso, que ahora dirige él como una web desde la capital española. “Si esto cambia yo regreso en cuestión de días”.

Miguel Henrique Otero, director del diario El Nacional, y su esposa Antonieta Jurado, en su residencia madrileña.INMA FLORES

Escriba al autor a fpeinado@elpais.es o fernandopeinado@protonmail.com

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