La supermodelo latina que reina en el mercado inmobiliario de lujo del barrio de Salamanca

Martha Lucía Pereira lleva 24 años trabajando en el sector y ha sido testigo de la transformación que ha vivido la zona con la llegada de la inversión extranjera

Martha Lucía Pereira, empresaria colombiana dedicada a la venta de pisos de lujo, en una vivienda a la venta en el barrio de Chueca de Madrid.Claudio Álvarez

Martha Lucía Pereira, de 52 años, siempre se presenta igual: presentadora, actriz y modelo colombiana. Sin embargo, hace tiempo que dejó las pasarelas y las cámaras. El motivo es que, desde que llegó a vivir a España hace 24 años, se ha convertido en la reina del ...

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Martha Lucía Pereira, de 52 años, siempre se presenta igual: presentadora, actriz y modelo colombiana. Sin embargo, hace tiempo que dejó las pasarelas y las cámaras. El motivo es que, desde que llegó a vivir a España hace 24 años, se ha convertido en la reina del sector inmobiliario de lujo del distrito más rico de Madrid. Hace dos décadas que todo aquel que es alguien en la capital le pregunta a Pereira si tiene un piso de lujo que ofrecerle. “El lujo funciona con el boca a boca”, resume.

No los busquen: sus pisos no figuran en la página web de Idealista ni en ninguna otra inmobiliaria, por mucha categoría que esta tenga. El menú de Pereira siempre está fuera de carta. “Mis mejores adquisiciones son off the market [fuera de mercado, en inglés]”, confiesa. Los precios de sus viviendas oscilan entre los dos y cinco millones de euros. Desde hace tiempo, cuenta, el 99% de sus clientes son latinoamericanos.

No puede dar nombres porque ha firmado acuerdos de confidencialidad que le impiden revelar la identidad de aquellos para los que trabaja. No es difícil imaginar algún que otro nombre: todos sus clientes forman parte de la alta sociedad de países como Colombia, México y Venezuela. A muchos no los ha visto nunca en persona. “Mis clientes son empresarios muy ocupados que resuelven sus negocios en minutos por videollamada. El otro día vendí un piso en calle Lagasca a un mexicano por seis millones de euros en menos de una hora por Zoom”, relata.

Pereira es la consejera delegada de la empresa Presvip Real Estate, una posición desde la que ha podido ver la transformación que ha experimentado el madrileño distrito de Salamanca. Metamorfosis, por cierto, a la que ella misma ha contribuido de manera decisiva: cuenta por decenas los pisos del barrio que ha vendido a grandes fortunas extranjeras. “Todo empezó cuando la alta sociedad hispana empezó a preguntarme dónde podían invertir. Desde hace muchos años, la respuesta es siempre la misma: en el barrio Salamanca”, explica la empresaria.

“A mí me encantaba el barrio porque veías a las señoras elegantes madrileñas sacando a sus perros o con sus familias, pero eso ya no es así. Ahora hay ríos de gente”, afirma Pereira, que tiene hecho casi un estudio sociológico propio de la zona y que considera que ahora está saturado: “Los bares castizos ahora son puestos de empanadas y los almacenes o boutiques se han vuelto cafés de especialidad”.

Lo que realmente cambió todo en el barrio para Pereira fue la pandemia. Los madrileños vendieron, los latinos ricos llegaron y la aristocracia castiza se fue al extrarradio de Madrid, principalmente a zonas como Valdebebas, La Moraleja y Mirasierra, donde pueden gozar de la misma clase de aislamiento que la que han disfrutado siempre en el barrio de Salamanca. “Se fueron en busca de parques, tranquilidad para sus familias y, claro, huyendo de la inversión extranjera”.

Pereira explica que los venezolanos han comprado edificios enteros que ahora están reformando y están vendiendo a precio de oro. Recuerda haberle comprado en 2015 a uno de sus clientes de lujo un piso en donde el metro estaba a 5.000 euros. Ahora, está a 10.000 euros. “En Recoletos estamos vendiendo a 14.000 euros el metro y los colombianos de grandes fortunas se están peleando por esos pisos”, cuenta. Si algo tienen claro estos inversores es que quieren sus pisos para inversión. A ser posible, los quieren con vistas al Parque del Retiro.

“Yo con mis ojos he visto cómo empezó la burbuja inmobiliaria en la capital. Porque aunque el barrio parezca grande, es muy pequeño y sabemos todo lo que se pone a la venta, quién lo compra y por cuánto”, indica. Pereira está viviendo su mejor momento. “El mercado está on fire [ardiendo, en ingles]”, presume. Sus mayores clientes, además de los extranjeros, son los fondos de inversión. “A ellos solo les interesan los números y están 100% enfocados en comprar edificios enteros para hacer viviendas para alquiler turístico”, resume desde el salón de un piso de alquiler turístico que está vendiendo por más de un millón de euros en la calle Hortaleza. No duda de que el piso se va a vender en cuestión de días porque cuenta con licencia de alquiler turístico, algo cada vez es más codiciado en la capital.

La mayoría de sus clientes se ponen en contacto con ella a través de amigos de la farándula colombiana que la recomiendan. Otros, entre vinos, en eventos sociales donde coinciden. “No me gusta la figura del agente inmobiliario. No quiero vivir con la presión de tener que cumplir ciertos objetivos. Eso no funciona cuando vendes lujo”, dice.

Pereira, al no considerarse una agente inmobiliaria, ofrece el paquete completo a sus clientes VIP: avión privado para llegar a Madrid, coches de lujo con chófer para moverse por la capital, selección de los mejores colegios para los hijos de sus clientes, servicios de afamados gestores con los que tratar todo lo referido a sus finanzas personales y el mejor ocio que ofrece la ciudad de moda. Al final del viaje, todo se sella con la firma de una promesa de compraventa de la casa que acaban de adquirir. “Establezco una relación de confianza con mis clientes. Hago este trabajo porque lo disfruto y lo vendo como una experiencia”, aclara.

Pereira huyó de Colombia en 1999, después del Gobierno de Ernesto Samper, marcado por el narcotráfico. “Lo dejé por la inseguridad y nunca volví. Viví en Mallorca y ahí aprendí del mercado del lujo de la mano de Engel & Völkers”, recuerda. Sin embargo, durante sus años en el país latinoamericano hizo una carrera como modelo y ganó el premio Modelo de Ford Latina del Mundo y Super Modelo del Mundo Ford. Ha vivido en Estados Unidos, México y Hong Kong, donde, cuenta, trabajó con los mejores diseñadores del mundo: “Soy la musa del gran diseñador colombiano Hernán Zajar”.

Después trabajó en varias series de televisión como Mascarada y La venganza. Cuando se fue de Colombia, se casó con un español y tuvo tres hijos. “Me convertí en una mujer de negocios, aunque nunca he dejado de lado mi formación como actriz”, cuenta.

Su reconocido nombre en Colombia ha hecho que nunca le falte trabajo en España. “Muchos de mis compradores latinos saben quién soy y por eso vienen especialmente a que yo los atienda. Soy su referente de confianza para invertir en Madrid”, dice, orgullosa. La ciudad, eso sí, le empieza a inquietar: “Me preocupa el tema de la inseguridad, antes muchas cosas no pasaban. La gente viene buscando tranquilidad y eso también ha cambiado”. Mientras piensa su siguiente aventura, Pereira seguirá vendiendo los mejores pisos a los adinerados hispanos que poco a poco conforman la nueva aristocracia de la corte madrileña.

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