El Gobierno de Ayuso desconoce cuántos colegios de Madrid tienen aire acondicionado

La Comunidad de Madrid carece de un listado con los recursos contra el calor en los centros educativos de la región

Una profesora de inglés de un colegio de Madrid se las arregla para dar clase este jueves, a 31 grados de temperatura, con un ventilador.Santi Burgos

Llega el calor y con él las denuncias por cómo afecta a los escolares madrileños, pero la Comunidad de Madrid ignora un dato básico para luchar contra este problema: en una respuesta a EL PAÍS, el director general de Infraestructuras educativas, Ignacio García Rodríguez, reconoce que no tienen a mano información para contestar a la pregunta sobre cuántos centros educativos públicos o privados concertados (sostenidos con fondos autonómicos) disponen de aire acondicionado. Esa contestación la ha dado como parte de un proceso regulado por la Ley de Transparencia para que la ciudadanía, incluidos los periodistas, accedan a información de interés público. Ese alto cargo ha enviado un escrito declarando inadmitida la solicitud de este periódico. Alega que la petición excede de una información que pueda obtenerse mediante un tratamiento informativo de uso corriente y supondría una reelaboración, haciendo uso de diversas fuentes de información.

“El derecho a la información no puede confundirse con el derecho a la confección de un informe por un órgano público a instancias de un particular”, dice en su respuesta, que cita las palabras que usó la Audiencia Nacional para desestimar un caso de 2017. Esto supone un reconocimiento indirecto de que el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso, la administración con las principales competencias educativas, no ha elaborado un mapa con los recursos para el calor disponibles en cada centro.

Además, el director de infraestructuras educativas precisa que no exigen esta información a los colegios o institutos concertados porque “los sistemas de refrigeración de aire acondicionado no son un requisito de las instalaciones para la autorización de centros docentes privados”.

Muy pocos de los 2.264 colegios e institutos sostenidos con fondos autonómicos en Madrid disponen de aire acondicionado, según fuentes del sector. Ante la falta de actuación autonómica, las asociaciones de familias de algunos colegios han comprado estos aparatos, según la Federación Giner de los Ríos, que agrupa a este colectivo. El problema es más amplio porque carecemos de un listado que nos permita conocer cuántos centros madrileños disfrutan de soluciones contra el calor (por ejemplo, aislamiento de fachadas, toldos y pérgolas o climatización por suelo radiante).

La falta de datos indigna en el sector en Madrid, que lo ve como un primer paso imprescindible para hacer realidad una reivindicación que el cambio climático ha hecho urgente. “Es muy grave que sea socialmente razonable la falta de aire acondicionado en un centro educativo y que al mismo tiempo sí lo haya en un despacho donde están los profesionales de la Consejería de Educación o en otro tipo de trabajos”, dice la secretaria de educación de Comisiones Obreras en Madrid, Isabel Galvín.

Tampoco el Ayuntamiento de Madrid o el Gobierno central disponen de datos sobre estas infraestructuras. Existe una confusión sobre esta competencia porque los colegios, hasta primaria, son responsables del mantenimiento de esas infraestructuras, y de hecho, el Ayuntamiento de Barcelona anunció en enero un plan para que en 2029 todas las escuelas tengan aire acondicionado. Sin embargo, una portavoz del Ayuntamiento de José Luis Martínez-Almeida, responde que ese mantenimiento “no implica ni refrigeración ni colocación de toldos”. Añade que “eso es de la Comunidad”.

Es voluntad de las administraciones hacer los diagnósticos de infraestructuras. Por ejemplo, el Ayuntamiento de Barcelona hizo ese examen recientemente, antes de su anuncio de inversión en aire acondicionado. En la web municipal se puede consultar esa información.

Clases en mayo a 32 grados

Ni siquiera ha comenzado junio y las aulas madrileñas ya sobrepasan la temperatura de 27 grados considerada como inapropiada, según el Real Decreto sobre salud en el entorno de trabajo. Los sindicatos han distribuido fotos de termómetros que llegan en un caso a 32 grados dentro de un aula.

Tres fotos muestran la subida del termómetro en un aula del sur de la región de Madrid este jueves hasta la hora del recreo. Foto cedida por el sindicato CSIF.

El martes, los 25 alumnos de inglés de tercero de la ESO (14-15 años) del instituto Menéndez Pelayo de Getafe recibieron clase a 29,7 grados, según la foto que tomó su profesora, Alicia Enríquez, a las 14.15. “Venían de educación física, así que imagínate meterte así en un aula con casi 30 grados”, cuenta. “Baja muchísimo su capacidad de concentración porque estaban abatidos. Estaban todos con abanicos improvisados, me pedían salir a beber agua a cada poco, pero aguantaron como campeones”.

Foto de un termómetro tomada por la profesora de inglés del IES Menéndez Pelayo de Getafe, Alicia Enríquez, durante una clase este martes a las 14.15.

La foto la tomó Enríquez para enviarla a CC OO, que ha lanzado su campaña “Necesitamos aulas, no saunas” por la que recoge denuncias de altas temperaturas. En ese instituto de Getafe no cuentan con ventiladores ni aire acondicionado. “No he estado aún en un centro con aire acondicionado y mira que he estado en muchos porque he sido profesora interina”, dice Enríquez, de 54 años. “Sí que los he visto en salas de profesores y despachos, pero jamás en aulas. Que yo sepa no existen. Ni tampoco ventiladores de techo o de pie”.

David del Olmo, director en Rivas Vaciamadrid del colegio Jarama, de educación infantil y primaria, también ha enviado evidencias de que han alcanzado los 27 grados el martes y el miércoles. “Es horrible. Ves a los niños en el patio buscando sombra”, cuenta del Olmo, que tiene planeado ir a comprar este viernes unas pérgolas en el Leroy Merlin. “En otra tienda nos han dado un presupuesto de 76.000 euros, pero no lo podemos asumir. Solo tenemos 17.000 euros al año que nos da la Comunidad de Madrid para funcionamiento y algo más que recaudamos con el comedor escolar”, describe el director. Apretando el cinturón, el año pasado consiguieron instalar, con su propio presupuesto, dos ventiladores de pared en las aulas y toldos en los patios. Pero a su colegio, por lo menos, no le ha tocado nada de los 3,1 millones de euros que ha invertido la Comunidad de Madrid para realizar 337 actuaciones en centros educativos. Es un 0,04% del presupuesto de 6.419 millones de la Consejería de Educación.

Un portavoz de esa Consejería se niega a hacer comentarios sobre la respuesta que dio el director de Infraestructuras a EL PAÍS porque explica que los departamentos de prensa autonómicos no participan en las respuestas que da el Gobierno por la vía de la Ley de transparencia. Sí recalca que este año han hecho 337 actuaciones, que incluyen instalación de unidades enfriadoras en suelo radiante, unidades de refrigeración evaporativas, toldos y pérgolas, así como cambio de ventanas.

Añade que este verano instalarán unidades de aerotermia para climatización por suelo radiante (frío-calor) en otras 20 escuelas infantiles, con una dotación de alrededor de otro millón de euros.

Además, recuerda que la Comunidad de Madrid publicó a mediados de mayo un plan con recomendaciones contra el calor que incluye la flexibilidad del horario de entrada y salida o la impartición de clases fuera del aula.

Familias y profesores critican que el Gobierno de Ayuso no ha promocionado estas actuaciones. Los directores se han enterado por el boca a boca. “Hace dos meses yo misma se lo recomendé a un director de colegio que las desconocía”, dice la presidenta de la Federación de Asociaciones de Padres y Madres Giner de los Ríos, Mari Carmen Morillas.

En la comunidad escolar todavía se recuerdan las declaraciones en 2017 del entonces consejero de Sanidad de la presidenta Cristina Cifuentes, Jesús Martos, que recomendó a los niños hacer abanicos contra el calor. Para que el Gobierno de Ayuso se tome en serio el problema, cuatro grupos que representan a familias y docentes promueven una Iniciativa Legislativa Popular (ILP), un mecanismo que en Madrid requiere de 50.000 firmas. El texto, impulsado por la FAPA Giner de los Ríos, los sindicatos CC OO y UGT y la Federación Regional de Asociaciones Vecinales, ordena regular las condiciones mínimas para dar y recibir clases en los colegios, implementar soluciones que –a diferencia del aire acondicionado convencional– consuman menos energía y generen menos emisiones y hacer auditorías energéticas para detectar qué falta en los centros. Todo lo que se vaya a hacer se debe planificar con presupuestos anuales y esa información debe ser pública, por cuestiones de transparencia.

Las organizaciones están repartiendo pliegos en algunos colegios para que cualquier mayor de 18 años respalde la medida. Tienen hasta el 21 de junio para conseguir el apoyo necesario.

La oposición a Ayuso ve la ausencia de información sobre las infraestructuras contra el calor como prueba de su falta de interés. “Tienen un descontrol total”, critica María Pastor, diputada de Más Madrid. “Para hacer un plan contra el calor hace falta saber lo que tienes”.

“No hay una auditoría de temperaturas en los centros educativos”, dice Esteban Álvarez, diputado del PSOE. “La Comunidad podría tomar la iniciativa, de forma oficial, para fijar unos parámetros y pedir esa información a los directores de cada uno de los centros. Con eso se pueden tomar decisiones, analizar cada caso, invertir donde sea urgente. Pero eso no se ha hecho”.

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