El plan inicial de Ayuso para el colegio internacional dentro del Ramiro de Maeztu: 100 alumnos y un gasto de 1,5 millones
La documentación registrada por el Gobierno para explicar el proyecto, y luego retirada, da detalles sobre una apuesta que provoca las quejas de familias y docentes del centro público
El Gobierno de la Comunidad de Madrid, que preside Isabel Díaz Ayuso, planea invertir 1,5 millones de euros en meter un colegio dentro de otro colegio: eso es lo que costaría ofrecer el próximo curso 100 plazas para los nuevos alumnos de la Escuela Europea Acreditada (EEA); dotarlas de maestros (cinco) y profesores (12, a tiempo parcial); y adaptar las instalaciones del centro público Ramiro de Maeztu para que este nuevo centro se incruste en su interior. Así consta en la documentación oficial obtenida por CC OO, que fue posteriormente retirada del sistema de información del Consejo Escolar, y que acompañaba a un proyecto que ha despertado la inquietud de familias, alumnos y docentes. ¿La razón? Que temen que, en el futuro, haya un recorte de plazas públicas como resultado de compartir unas instalaciones “abarrotadas” con un proyecto que consideran “segregador”, pues los hijos de funcionarios de la Unión Europea tendrán derecho de inscripción preferente. La Comunidad dice que los documentos han sido retirados porque su contenido va a cambiar, aunque no detalla en qué, y recuerda que los dos centros son públicos.
“Nuestra principal preocupación es que no hay espacio suficiente ni siquiera haciendo obras, y hay espacios que son imposibles de ampliar, como los actuales patios del colegio e instituto”, argumentan en un manifiesto algunas de las familias afectadas. “Se ha planteado la construcción de varias aulas para acoger a este alumnado en espacios comunes y además, se ha ofrecido la posibilidad de emplear espacios polivalentes (bibliotecas, salón de actos…), lo cual implicaría la pérdida de estos espacios para el resto de la comunidad educativa”, añaden. “Parece previsible que la falta de espacio acabe repercutiendo en una reducción de la oferta de plazas públicas para los centros adscritos”, opinan.
La preocupación por la masificación y las infraestructuras inadecuadas se basa en hechos. En el Ramiro de Maeztu llevan desde enero de 2021 esperando a que se reconstruya su pabellón deportivo, La Nevera, destruido hace ya tres años por la nieve de la borrasca Filomena, junto a sus tres aulas. La Comunidad y el Ayuntamiento prometieron actuar de urgencia. Sin embargo, el Gobierno regional acaba de desistir del concurso que había convocado para adjudicar las obras de reconstrucción. Un precedente que dificulta que las familias crean ahora en la promesa de que habrá grandes inversiones para acoger a los nuevos estudiantes. De hecho, la preocupación por la falta de espacio es compartida por docentes de la institución, un referente de la educación pública en Madrid.
“Existe una legítima preocupación sobre una ampliación de enseñanzas sin resolver el aspecto fundamental del espacio”, afirma un comunicado de la Asamblea de docentes del instituto Ramiro de Maeztu. “Esto puede desembocar en la supresión de unidades de enseñanza pública a medida que se extienden los nuevos estudios”, añade. Y pregunta: “¿Por qué, con todas las necesidades que tiene la escuela pública en Madrid, se va a gastar el dinero de todos en financiar la educación a un sector de población con alto poder adquisitivo y unas características muy específicas?”.
Para hacer frente a las necesarias reformas, que empezaron a diseñarse en noviembre de 2023, la Comunidad de Madrid ha presupuestado 952.245,50 euros, según la documentación pública que acompañaba inicialmente al proyecto. El equipamiento necesario con el que dotar al colegio público de Educación Infantil y Primaria Ramiro de Maeztu costará 80.000.
A ello se añaden, para el curso 2024-2025, un total de cinco cupos de maestros y de tres cupos de profesores de enseñanza secundaria, que suman un coste de 361.003,82 euros; los complementos asociados a la enseñanza bilingüe (19.602,80 euros) y al incremento de alumnos, que en este caso recibirán el director, el secretario y el jefe de estudios (1.688,96 euros); y el gasto en contratar a un auxiliar administrativo (27.684,30 euros). Para costes de funcionamiento se reserva una partida de 15.000 euros. En total, casi 1,5 millones de euros para el arranque de la EEA. La inversión se aumentará con los años: cuando la nueva escuela esté a pleno rendimiento, el Ramiro de Maeztu ofrecerá el currículum europeo hasta los 18 años, finalizando con el Bachillerato Europeo, que permite el acceso a universidades en toda la Unión.
“En la práctica, durante el curso 2024/2025 en el CEIP Ramiro de Maeztu convivirán dos sistemas educativos: el sistema educativo español, que incluye las enseñanzas de segundo ciclo de Educación Infantil y Educación Primaria y el correspondiente a las Escuelas Europeas”, se lee en la documentación oficial con la que se justificaba el proyecto, y que fue retirada. “Posteriormente, en cursos sucesivos, se procederá gradualmente a la implantación en el CEIP Ramiro de Maeztu de las enseñanzas de Nursery y el resto de Primary”.
CC OO ha puesto la lupa sobre este proceso y ha pedido una reunión urgente con la Consejería de Educación para abordar el tema en la mesa sectorial. La semana pasada, el sindicato obtuvo parte la documentación del proyecto que, ahora, ha sido retirada del sistema. En paralelo, fue suspendida la comisión de dictámenes convocada en el Consejo Escolar para informar de este asunto, según explicó Mari Carmen Morrillas, de la FAPA Francisco Giner de los Ríos.
Tres escalones de ingreso
“Cuanto más profundizo, más me parece un experimento”, asegura la secretaria general de la Federación de Enseñanza de CC OO, Isabel Galvín, que también critica la falta de información a las familias y al profesorado del Ramiro Maeztu, los primeros afectados. “El proceso se está haciendo sin transparencia. No se ha informado al profesorado ni a las familias con claridad y no se están siguiendo los procesos de trámite que marca la ley ni en materia de negociación colectiva ni de procedimiento”, opina Galvín, que expresa su preocupación porque la incorporación del Instituto Europeo signifique el cierre de aulas en un colegio con alta demanda de plazas.
Para acceder a la EEA habrá tres niveles de prioridad, según el borrador del proyecto del Gobierno. En el primero están los hijos del personal al servicio de las instituciones comunitarias, y del personal docente, administrativo y auxiliar de las Escuelas Europeas y de la Oficina del Representante del Consejo Superior. En el segundo, los hijos de funcionarios nacionales destinados en representaciones diplomáticas, en la Representación de la OTAN y en los consulados de los Estados miembros, o alumnos cuya lengua materna o de educación anterior no sea lengua de enseñanza en el sistema educativo nacional. Y en el tercero, el resto de solicitantes.
“La Escuela Europea será una línea educativa más dentro del funcionamiento de nuestro centro, con dos vías, una sección en español y otra sección en inglés”, ha detallado la dirección del Ramiro de Maeztu en una comunicación fechado este lunes. “Este tipo de escuelas se crearon para hijos de funcionarios de la Unión Europea, siendo estos alumnos los que tendrán prioridad en el acceso, pero podrán acceder otros alumnos cuyos padres estén interesados en este tipo de estudios para sus hijos, hasta cubrir las plazas disponibles”, ha recordado. “Dichos estudios serán gratuitos para todos los alumnos que los cursen y compartirán con el resto de los alumnos del centro actividades, espacios, instalaciones, recursos...”.
La Consejería de Educación ha añadido a lo dicho por la dirección del centro: “Será una sección dentro del centro público, como las que ya hay de inglés, alemán o bachillerato internacional en el Ramiro”. Sin embargo, las secciones de inglés, alemán o bachillerato internacional están en el instituto, no en el colegio. En esta etapa educativa no hay secciones, todos los alumnos tienen las mismas actividades, por lo que los de los dos centros quedarán separados (y, por tanto, segregados) salvo en las extraescolares.
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