Ayuso acusa a los socios de Sánchez de “pedir guillotinas” y Más Madrid le dice que es “la jefa de las amenazas a periodistas”
Los partidos de la Asamblea chocan en un bronco pleno alrededor de los bulos y la regulación de los medios
Se evocan las cabezas cortadas durante la Revolución Francesa. Se invoca a un virus destructor. Y se menciona la sangre, la muerte, el dolor. Todo eso pasa este martes en el arranque del pleno de la Asamblea de Madrid, donde los políticos apuestan por la descripción de escenarios apocalípticos, en los que el de enfrente lo hace todo mal, sin dedicarle ni un minuto a las leyes que marcan el día a día de los ciudadanos. Horas después de que el presidente del gobierno, Pedro Sánchez, pida ...
Se evocan las cabezas cortadas durante la Revolución Francesa. Se invoca a un virus destructor. Y se menciona la sangre, la muerte, el dolor. Todo eso pasa este martes en el arranque del pleno de la Asamblea de Madrid, donde los políticos apuestan por la descripción de escenarios apocalípticos, en los que el de enfrente lo hace todo mal, sin dedicarle ni un minuto a las leyes que marcan el día a día de los ciudadanos. Horas después de que el presidente del gobierno, Pedro Sánchez, pida abrir un debate sobre los bulos y las noticias falsas, y la toxicidad del debate público, nada cambia en el Parlamento madrileño. Es un y tú más continuo, en el que la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, acusa a la oposición de “estar pidiendo guillotinas” tras escuchar cómo Manuela Bergerot, la líder de Más Madrid, la tilda de “virus para la democracia”. Dicho de otra forma: el “punto y aparte” que anuncia Sánchez el martes es un punto y seguido en la Asamblea. Todo sigue igual.
Ayuso vuelve al pleno igual que la última vez que estuvo: cargando contra Sánchez. Cuando se felicita de la actitud de su gobierno ante los informadores (”No perseguimos a los medios de comunicación que nos son incómodos como hacen los señores de la izquierda”, dice), encuentra la respuesta de Bergerot, que la tilda de “jefa de las amenazas a periodistas”.
Esa referencia es un recuerdo al papel jugado por el jefe de gabinete de Díaz Ayuso, Miguel Ángel Rodríguez, en la crisis política y reputacional abierta por la denuncia por fraude fiscal y falsedad en documento mercantil contra la pareja de la líder, Alberto González Amador. MAR, como se conoce a este alto cargo, presionó a una informadora de eldiario.es (”Os vamos a triturar, vais a tener que cerrar”); distribuyó un bulo contra dos periodistas de EL PAÍS, a los que acusó falsamente de acosar a menores mientras investigaban una derivada de la polémica; y afirmó que dos redactores de eldiario.es intentaron entrar encapuchados en la casa de la presidenta, extremo que este medio ha negado repetidamente.
En consecuencia, la frase de Bergerot pone de relieve una contradicción de Díaz Ayuso, cuyas intervenciones están estos días preñadas de paradojas. Así, en días previos, al igual que este martes, la baronesa afea a Sánchez que gobierne sin Presupuestos (lo que hizo ella durante la mayor parte de sus tres mandatos); que sea poco transparente (cuando el gobierno de Madrid acaba de reformar el consejo de transparencia regional para controlarlo); que supuestamente domine con mano de hierro los medios de comunicación públicos (la ley que más veces ha reformado Ayuso es la de Telemadrid); o que use las ruedas de prensa del consejo de ministros para criticar a sus rivales (como hace ella con las del Consejo de Gobierno).
Sin embargo, ni Bergerot, ni Juan Lobato (PSOE), ni Rocío Monasterio (Vox) se detienen en todos esos hechos concretos. Es un día volcánico en la Asamblea, con las emociones a flor de piel, y eso es lo que transmiten las intervenciones.
Monasterio acusa de Ayuso de utilizar la propaganda para “atacar a sus adversarios”, fijando el tono grueso de los siguientes portavoces.
“Su máquina del lodo no lo puede todo, las denuncias fake no tumban al Gobierno”, arranca Bergerot, en referencia a que un juez haya decidido la apertura de diligencias para investigar a Begoña Gómez, la pareja de Sánchez, por “recomendar o avalar con su firma a empresarios que se presentaban a licitaciones públicas”, “prevaliéndose de su estatus personal de esposa del presidente del Gobierno”.
“Rabien, señorías del PP, porque hay Gobierno para rato, rabien porque el pueblo progresista tiene hoy más motivos para el cambio. Vamos a responder”, sigue Bergerot. “Los del que te vote Txapote y me gusta la fruta van a tener que aprender las leyes de la democracia”, avisa. Y le espeta a Ayuso: “Es usted la patrona de la mordaza parlamentaria, un virus para la democracia, la jefa de las amenazas a periodistas”.
Con un tono distinto, pero igualmente crítico, se expresa Lobato. “¿No le parece poco coherente estar todo el día con Venezuela y hacer lo que hace con Telemadrid, el Consejo de Transparencia, la Cámara de Cuentas...?”, le pregunta a la presidenta sobre la ley con la que ha controlado esos organismos, y que el PSOE ha recurrido ante el Tribunal Constitucional. “La gente está harta de forofismos, de frentismos, hay que subir el nivel. Yo, con mis errores, que son muchos, voy a seguir siendo un activista del respeto y la educación en política”, sigue, tras acusar a Díaz Ayuso de mentir por decir que Sánchez goza de cuatro palacios como presidente del Gobierno.
Sin embargo, la presidenta insiste. “Las Marismillas, La Mareta, La Moncloa y Doñana”, enumera, cometiendo un error, pues el primer edificio es la residencia oficial del presidente en el parque andaluz y se olvida la residencia de Quintos de Mora, precisa posteriormente su equipo. “Lo único a lo que están es a hacer más campaña utilizando el dolor de las víctimas de las residencias, se han quedado en retorcer, en el dolor, en la víctima, en la sangre, en la muerte, en el a ver cómo intentamos erosionar a un gobierno que, este sí, ha ganado legítimamente en las urnas de una el poder”.
Y a Bergerot, le lanza: “Las únicas trazas de fascismo están en sus manuales de resistencia. Son ustedes cada vez mucho más dictatoriales, ya están pidiendo guillotinas, listas negras contra los jueces, ¿Cuánto tiempo van a tardar en perseguir al juez que ha pedido información acerca de la mujer del presidente del Gobierno? Que es de lo que se trata todo esto”.
Acabado el rifirrafe, Ayuso se marcha. Tras los cinco días de reflexión de Sánchez, con España entera conteniendo el aliento, nada ha cambiado en la Asamblea: bronca, bronca y más bronca.
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