Carla Antonelli acusa a PP y Vox de “mancharse las manos de sangre” al apoyar la reforma de la ley trans y contra la LGTBIfobia en Madrid

El partido ultra celebra imponer su agenda ideológica a Ayuso en el recorte de las normas al apoyar los cambios en la Asamblea

Diputados regionales del PSOE y Más Madrid, este jueves en la entrega de 40.000 firmas en la Asamblea de Madrid contra la modificación de las leyes LGTBI y Trans.Chema Moya (EFE)

Para cuando Carla Antonelli (Más Madrid) toma la palabra este jueves en la Asamblea de Madrid, y advierte a los diputados de PP y Vox de que van a “mancharse las manos de sangre” al apoyar la reforma de las leyes trans y contra la LGTBIfobia, la extrema derecha ya ha triunfado. Lo dice así, sin matices, sin sonrojos, sin paños calientes, uno de sus representantes, José Antonio Fuster. Encaramado en la tribuna, el represente de Vox describe a Isabel Díaz Ayuso como la presidenta de un gobierno sometido a los postulados d...

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Para cuando Carla Antonelli (Más Madrid) toma la palabra este jueves en la Asamblea de Madrid, y advierte a los diputados de PP y Vox de que van a “mancharse las manos de sangre” al apoyar la reforma de las leyes trans y contra la LGTBIfobia, la extrema derecha ya ha triunfado. Lo dice así, sin matices, sin sonrojos, sin paños calientes, uno de sus representantes, José Antonio Fuster. Encaramado en la tribuna, el represente de Vox describe a Isabel Díaz Ayuso como la presidenta de un gobierno sometido a los postulados de los ultras. “Hoy [por este jueves] Vox pone una pica en Flandes, y la mayoría absoluta del PP convierte nuestras ideas en políticas”, celebra sobre un recorte de derechos que obliga a exámenes médicos antes de que los menores inicien un proceso de cambio de sexo; que elimina la inversión de la carga de la prueba o el castigo de la discriminación por error; y que borra el derecho al reconocimiento de la identidad de género libremente manifestada, al libre desarrollo de la personalidad y a ser tratado de conformidad a la identidad de género. “Es un gran día”, insiste María Belén González, también de Vox, en el debate de la segunda reforma. En ambos casos, la Cámara estalla en un batiburrillo de gritos, quejas y acusaciones cruzadas.

“Esta reforma va a traer más sufrimiento a los menores trans”, lamenta Santiago Rivero, del PSOE, antes de saludar a los representantes de los colectivos que acuden al debate tras entregar las más de 40.000 firmas que han reunido, con apoyo de Amnistía Internacional, para exigir que ni la ley 2/2016 ni la 3/2016 sean modificadas. “Lo único que ha traído esta ley es felicidad y derechos a los menores y sus familias”, sigue sobre la primera de estas leyes. Y remata: “Es cierto, hoy es un gran día para Vox, que en estos años ha sido capaz de inyectar al PP su guerra cultural contra todo lo que ellos consideran inferiores en la sociedad: mujeres, migrantes, personas LGTBI”.

Los representantes conservadores asisten a esas acusaciones entre aspavientos. Mónica Lavín, que es la encargada de defender la postura del PP, responde con contención, sin gesticular y empleando un tono monocorde. “Es la reforma del respeto y la institucionalidad, solo la izquierda pierde el abuso de poder y el pastoreo que pretendían ejercer sobre todos estos colectivos”, llega a decir. Nada que ver con la intervención de Antonelli, un constante in crescendo, un volcán en erupción, la herida abierta de un transexual que sangra y sangra al ver recortados sus derechos.

“Les vamos a plantar cara, aquí, en los tribunales, llegaremos hasta donde haya que llegar ante semejante atropello”, advierte la diputada de Más Madrid, que participó en la elaboración de las dos leyes, aprobadas en 2016, con el Gobierno de Cristina Cifuentes, durante su etapa en el PSOE. “Si algo ha aprendido este colectivo es a renacer de nuestras cenizas, cuando el fascismo y el franquismo intentaron doblegarnos y aplastarnos”, recuerda. “Cuando apretéis el botón para votar esta infamia, por cada insulto, por cada paliza, por cada asesinato, por cada personas trans que acabe con la insoportabilidad de su vida, tendréis las manos machadas de sangre”, predice. Y termina: “Esto es terrorismo. No podréis lavar vuestra sucia conciencia, porque os lo recordaremos día a día”.

La diputada de Más Madrid, Carla Antonelli interviene en el pleno de la Asamblea de Madrid celebrado este jueves.Chema Moya (EFE)

Cuando acaba la intervención, la bronca estalla. Enrique Ossorio, el presidente de la Cámara, reclama a Antonelli que retire sus palabras. Ella se niega. “Soy transexual”, clama, para explicar su vehemencia. Es la misma contundencia con la que se expresan horas antes los representantes de los colectivos desplazados hasta la Asamblea para entregar las más de 40.000 firmas que han reunido, con apoyo de Amnistía Internacional, para exigir que ni la ley 2/2016 ni la 3/2016 sean modificadas “en detrimento de los derechos humanos de las personas LGBTI y trans de la Comunidad de Madrid”.

Encarni Bonilla, madre de un niño trans y presidenta de la Asociación de familias de Infancia y Juventud Trans Chrysallis, llega temprano este jueves a la Asamblea de Madrid con una carpeta de miles de firmas en mano. “Lo que queremos es evitar este despropósito. Lo tenemos complicado, la mayoría absoluta que tiene el PP les da la posibilidad de aprobarlo. Tampoco tenemos muchos medios, pero tenemos la razón de nuestra parte”, asegura Bonilla, frente a uno de los accesos al Parlamento regional.

No es la primera vez que se producen movilizaciones . El pasado martes 13 de noviembre, miles de personas ―1.200 según los cálculos de la Delegación del Gobierno; 15.000, según los convocantes― se lanzaron a la Puerta del Sol para protestar por las reformas.

La presidenta de Chrysallis denuncia que la redacción de las proposiciones de ley no tuvieron en cuenta a ninguno de los colectivos que conforman la plataforma Ni un paso atrás. Bonilla asegura que pidieron una reunión a la presidenta Ayuso, pero que esta “se rehusó aludiendo a su apretada agenda”. “Nos remitió a la Consejera de Igualdad, que también rehusó. No sabemos con quién ha podido hablar, no ha escuchado nuestras necesidades, ni nuestras preocupaciones, ni las propuestas que teníamos”, afirma. Aunque tienen una entrevista programada para el próximo 29 de noviembre con la Dirección de Igualdad de la Comunidad de Madrid, no saben si servirá de mucho tras la presentación de las proposiciones este jueves.

Ante la mayoría absoluta del PP y la probable aprobación de las modificaciones, la plataforma Ni un paso atrás evaluará acciones legales. También prevén nuevas manifestaciones. “Tenemos otras convocatorias ya planeadas en diciembre, estamos solicitando los permisos. Queremos hacer una acción de calle sobre la semana del 9 o 10 de diciembre y estamos evaluando una gran manifestación a mediados de diciembre”, explica la presidenta de Chrysallis.

Ayuso ha defendido en su proyecto de modificación y ha asegurado que no se deroga ni un solo derecho. Yolanda Pérez, madre de un niño trans de 15 años, ve estas declaraciones como una falta de respeto. “Que nos digan que no pasa nada es como si nos dijeran que no sabemos leer, es mentirnos en la cara”, asegura Pérez, que ha asistido este jueves, desde las gradas, al debate en la Asamblea como una madre afectada y como socia del Colectivo de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales de Madrid (Cogam). Aunque le tranquiliza que su hijo ya ha conseguido el cambio de nombre y género en los documentos, le preocupa que, con la nueva norma, “no tenga protección real en caso de bullying”.

Quejas que amplifica dentro de la Asamblea Jimena González (Más Madrid) al recordar que la segunda ley sometida a reforma es igual de necesaria que en 2016, cuando fue aprobada: “Lo que ha cambiado es que han vendido ustedes su conciencia por un puñado de votos (...) Este es el golpe por golpe que anunciaba la señora Ayuso, contra las personas más vulnerables”.

Pero dan igual las protestas de la calle y de la Cámara. Desde las elecciones de mayo, el PP hace y deshace gracias a su mayoría absoluta. En consecuencia, lo previsible es que se apruebe sin problemas la reforma de las dos leyes. Nadie lo celebrará más que los diputados de Vox, que llevaban reclamando la derogación de estas dos leyes desde 2019.

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