Próxima parada, Lima: el Metro de Madrid ha ingresado más de 60 millones con contratos en América
La compañía pública firmó el 16 de diciembre una adenda al acuerdo por el que asesora al suburbano de la capital de Perú, aumentando el caudal de dinero que ya generó en República Dominicana y Ecuador
¿Para qué necesita el Metro de Madrid una agencia de viajes especializada en desplazamientos transcontinentales? La pregunta, fruto de la licitación abierta esta semana para contratar ese servicio por más de 700.000 euros, tiene fácil respuesta: la compañía pública, sumida en la crisis financiera por el alza de los precios de la energía, que le llevó a ...
¿Para qué necesita el Metro de Madrid una agencia de viajes especializada en desplazamientos transcontinentales? La pregunta, fruto de la licitación abierta esta semana para contratar ese servicio por más de 700.000 euros, tiene fácil respuesta: la compañía pública, sumida en la crisis financiera por el alza de los precios de la energía, que le llevó a perder 57 millones de euros en 2021, ha encontrado en las asesorías en el extranjero una de las pocas vías de ingresos que no dependen del número de pasajeros. Así, los directivos del suburbano firmaron el 16 de diciembre una adenda al contrato que ya les unía a la concesionaria del metro de Lima (Perú), aumentando el tiempo de vinculación, y los millones a recibir. En total, la compañía ha ingresado más de 60 millones en los últimos quince años por participar en proyectos radicados en China, Canadá, Reino Unido, Argentina, República Dominicana, Ecuador, Túnez o Jordania.
“En origen, el contrato con Lima tenía un valor de 18,5 millones de euros, pero se acaba de firmar una adenda que lo amplía hasta los 23,3 millones debido a que habrá que estar más años asesorando por los retrasos que Lima ha acumulado en la fase de construcción”, explica un portavoz de la compañía pública. “En los últimos años, Metro ha colaborado aportando su conocimiento y experiencia en casi una veintena de proyectos de consultoría externa que se han hecho en un abanico temporal amplio y con tipologías muy distintas, desde asesorías más puntuales a contratos de consultoría por varios años”, sigue. “Los más destacados, junto a Lima, serían las asesorías de Santo Domingo (17,3 millones) y Quito (22,7 millones)”, añade. “El resto son asesorías pequeñas de corta duración y cuantías menores”.
Sin embargo, la aventura americana del Metro no ha estado exenta de polémica ni de litigios. Ahí está el pleito abierto con Ecuador por los costes de la construcción del Metro de Quito. Y también la judicialización de la venta al suburbano de Buenos Aires (Argentina) de vagones que contenían amianto, un material cancerígeno.
En ese sentido, la trayectoria internacional del Metro es parecida a la del Canal de Isabel II, la otra empresa pública señera de la región. Las dos expandieron sus negocios en la primera década del siglo XXI, cuando Madrid vivía un boom alimentado por la burbuja del ladrillo que acunó tramas corruptas como la de Lezo, Gürtel o Púnica. Quince años después, el Canal busca una indemnización por la pérdida de su principal inversión en Latinoamérica, la Triple A, compañía expropiada por el gobierno de Colombia en aplicación de una ley antinarco. En paralelo, también sopesa acudir al arbitraje internacional tras perder un negocio en Santo Domingo (República Dominicana), por “lesionar” los intereses estatales.
Metro también tiene o ha tenido múltiples contratos en España: Sevilla, Palma de Mallorca, Valencia, Barcelona, Zaragoza, Bilbao o Valladolid han contrato en algún momento los servicios de esta empresa centenaria, según sus propios datos. Pero el meollo del negocio está y ha estado en el extranjero.
Eso es lo que explica que una empresa que acaba de ser rescatada con 114 millones de euros por la Comunidad de Madrid afronte gastos sorprendentes para una compañía dedicada al transporte subterráneo en la Comunidad de Madrid.
Así, en 2019, último año previo a la pandemia del coronavirus, Metro de Madrid se gastó 184.805,79 euros en viajes, según datos oficiales a los que accedió EL PAÍS. De ellos, 63.763,72 se fueron a pagar billetes de avión; 57.007,44 a hoteles; y 56.639,14 a un apartado de varios en el que se incluyen pagos por obtener visados, alquilar autobuses, conseguir taxis o tener wifi. Es el reflejo de una actividad intensa: entre octubre de 2021 y septiembre de 2022, se usaron 22 billetes de avión a destinos europeos, y 24 a destinos transcontinentales
“Con este contrato se cubre principalmente los desplazamientos necesarios para cumplir con la asesoría técnica que Lima ha contratado con Metro de Madrid, importes que posteriormente se facturan a nuestro cliente, es decir, ellos finalmente son los que pagan los viajes y estancias de los técnicos de Metro”, explica un portavoz de la compañía sobre la licitación para contratar una agencia de viajes. “También en este contrato se incluyen los viajes que puedan surgir (mucho menos habitual) para la asistencia de técnicos de metro a congresos y ferias sectoriales, así como los desplazamientos necesarios para los técnicos que están involucrados en otros proyectos de I + D con instituciones u otras empresas del sector a escala internacional”.
Hubo un tiempo en el que un eslogan comercial resumió todo lo bueno que tenía el Metro de Madrid: “Metro de Madrid, vuela”. Desde hace al menos quince años, aquella apelación a la velocidad del suburbano se aplica en sentido literal. Los técnicos de la compañía recorren el mundo para asesorar a concesionarias de servicios de transporte subterráneo o metro ligero en la formación de sus conductores, la creación de sus centros de mando, el mantenimiento de sus trenes, o la optimización de sus recursos.
Suscríbete aquí a nuestra newsletter diaria sobre Madrid.