El Gobierno de Ayuso ignora al comité de huelga de los médicos, que creen que imita el método de Margaret Thatcher
La Comunidad de Madrid lleva sin reunirse con los representantes de los médicos de atención primaria desde el 11 de enero y pone en marcha un proyecto piloto en 22 centros desde este lunes que los propios profesionales no saben cómo implantar
La relación entre la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid y el Comité de Huelga de atención primaria está rota. “Si hay novedad, te aviso”, aseguraba el viernes un portavoz a este periódico ante las reiteradas preguntas sobre cuándo se va a producir la próxima reunión para desencallar una situación que lleva en punto muerto desde el 21 de noviembre. Los médicos de familia y los pediatras entran este lunes en su octava semana de huelga -...
La relación entre la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid y el Comité de Huelga de atención primaria está rota. “Si hay novedad, te aviso”, aseguraba el viernes un portavoz a este periódico ante las reiteradas preguntas sobre cuándo se va a producir la próxima reunión para desencallar una situación que lleva en punto muerto desde el 21 de noviembre. Los médicos de familia y los pediatras entran este lunes en su octava semana de huelga -con una tregua que paralizó los paros en Navidades-, y sus representantes sindicales, a través de Amyts, han “sufrido el ninguneo” al ver cómo registraban una y otra vez durante la última semana peticiones para sentarse a negociar sin respuesta a la vista desde el 11 de enero. Silencio total. El Gobierno regional no ha contestado a nada. Tampoco a la propuesta de que tres expertos en salud independientes se sentaran como mediadores. Al menos de manera oficial. Lo que sí hizo el jueves el consejero de sanidad, Enrique Ruiz Escudero, fue anunciar ante la prensa un proyecto piloto que se va a poner en marcha este mismo lunes en 22 de los 423 centros de salud de la región: se limitará la agenda de los médicos de atención primaria a 34 pacientes al día y a 24 niños para los pediatras. Pero, ¿cómo se hará? Los propios profesionales no lo saben.
“No nos han explicado nada. Nadie se ha puesto en contacto con nosotros. Nadie nos ha dicho qué hacemos a partir del paciente 35 en adelante. Es pura propaganda. Estamos indignados. Este lunes todo seguirá como siempre”, lamentaba el sábado María de Miguel, médica de familia del centro de salud Entrevías, uno de los 22 elegidos que no sabe cómo encarar “esta nueva mentira del Gobierno”.
Mientras Escudero utiliza como estrategia a los medios de comunicación “para lanzar mensajes a la población” sobre posibles proyectos piloto, según palabras de los propios afectados, la Consejería de Sanidad sigue anclada en el silencio ante el comité de huelga, que insiste reiteradamente en pedir citas para negociar y en ofrecer soluciones para que el diálogo siga adelante. Por eso propuso que entre una parte y la otra se sentaran tres personas que nada tienen que ver con el sindicalismo: Enrique Castellón, consejero de la empresa biotecnológica CRB Inbervío; Tomás Cobo, presidente del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos; y José Ramón Repullo, profesor emérito de la Escuela Nacional de Salud. Pero tampoco han recibido una respuesta oficial ni a favor ni en contra de esa idea, aunque Escudero sí mandó un mensaje claro a través de los medios: no iban a aceptar intermediarios.
La desesperación entre los médicos se extiende. Muchos piensan que eso es precisamente lo que quiere el Gobierno regional, cansarles hasta la extenuación, mientras sus políticos lanzan mensajes a la población sobre supuestas soluciones que los sanitarios no quieren aceptar por una cuestión política.
“Esta huelga se inició precisamente en noviembre para que estuviera alejada de las elecciones de mayo y no nos pudieran acusar de politizar el conflicto. Pero el tiempo pasa y los que lo están politizando son ellos”, insiste De Miguel, una médica de familia de 44 años que lleva trabajando en Entrevías desde hace ocho. “En el turno de tarde hay asignados 10 médicos, pero cuatro se han jubilado y una está de baja desde hace un año. Y ninguno de esos huecos se ha cubierto. ¿Qué pasa con los pacientes de esos compañeros? Los asumimos los demás. ¿Cómo pretenden implantar un sistema de 34 pacientes al día, que obviamente queremos, con voluntarios, cuando los que estamos trabajando estamos hasta arriba todos los días? Es inviable. Pero ellos han mandado ya su mensaje. Ya tienen los titulares en sus medios y contra eso es muy difícil luchar. Tengo hasta familiares que me han dado la enhorabuena porque pensaban que ya teníamos lo que queríamos. Y no. No tenemos nada. Solo propaganda”.
Lo que sí es cierto es que los médicos de familia llevan pidiendo desde el principio del conflicto, incluso desde hace años, reducir la carga asistencial de sus agendas para atender mejor a los pacientes. Quieren dedicar al menos 10 minutos a los enfermos y 15 a los niños que acudan a las consultas. La Consejería ya aceptó esa reivindicación ante el comité de huelga hace semanas, prácticamente desde el principio, aunque no llegó a un acuerdo para desconvocar los paros porque el comité cree que la solución que ponen sobre la mesa para llevarlo a cabo es inviable. El plan del Gobierno siempre ha consistido en que los pacientes que no entren en esas agendas pasen a formar parte de una lista general y a ser atendidos por médicos voluntarios que cobrarán un dinero extra. Y eso precisamente es lo que va a implantar ahora, sin previo acuerdo con el comité. “Los profesionales que absorban esta carga de trabajo recibirían un complemento específico en sus nóminas, pudiendo prolongar su jornada en turno contrario y hasta un máximo de cuatro horas, con una retribución económica de 50 euros por hora, que podría llegar, por tanto, a los 200 euros diarios”, lanzó el jueves en una nota de prensa.
La solución de la voluntariedad no convence a los médicos ni a sus representantes, que insisten en que ya han comprobado cómo en la reorganización de las urgencias extrahospitalarias ese sistema falló estrepitosamente, dejando a más de la mitad de los centros durante las noches y los fines de semana sin atención médica. “¿Qué pasa si no hay voluntarios? El desastre. Parece que sea eso lo que quieren para luego decir que hay que privatizar la gestión porque el sistema público no funciona”, lanza Ángela Hernández, secretaria general de Amyts. Lo que piden los médicos para poder llevar a cabo el plan de los 34 y los 24 pacientes al día, insiste, es que la atención primaria reciba más financiación para elaborar un plan que evite la salida constante de médicos del sistema madrileño de salud.
“Son listos porque lanzan un mensaje que habrá gente que se crea. Pero, sencillamente, mienten”, asegura Hernández, que cree que al Gobierno de Isabel Díaz Ayuso ya no le interesa llegar a un acuerdo y está utilizando la técnica de desgaste de la ex primera ministra del Reino Unido Margaret Thatcher (1979-1990) que llevó a cabo con la huelga de los mineros, un conflicto que duró un año y que terminó sin acuerdo. “Aquello acabó con el sector minero. ¿Es lo que quieren hacer aquí? ¿Quieren privatizar la gestión? No lo dicen, aunque teniendo en cuenta que está ahí el señor[Javier Fernández] Lasquetty... [consejero de Hacienda, ex consejero de Sanidad, que intentó privatizar la gestión hace una década]”, desliza.
Por lo pronto, el plan piloto comienza este lunes en 22 centros cuyos profesionales se sienten “perdidos y engañados”. La idea, según la Consejería de Sanidad, es implantarlo en el resto de los 423 centros “a lo largo de todo el año”. Los médicos miran el calendario. El anuncio se ha producido en enero. En mayo son las elecciones. Ya solo creen que les están tomando el pelo.
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