Madrid avanza con los fondos europeos
La inversión en la comunidad repercute en el bienestar de los madrileños
En estos más de dos años de emergencia sanitaria, económica y social, la respuesta del Gobierno de España ha estado asentada en tres pilares: apoyar a la ciencia como principal remedio frente al virus; proteger, reactivar y transformar nuestro tejido productivo, no solo para consolidar el crecimiento económico, sino para garantizarlo a medio y largo plazo; y liderar junto con otras naciones, a nivel europeo y multilateral, una respuesta conjunta a una crisis que es global. Una respuesta que nos ha permitido resis...
En estos más de dos años de emergencia sanitaria, económica y social, la respuesta del Gobierno de España ha estado asentada en tres pilares: apoyar a la ciencia como principal remedio frente al virus; proteger, reactivar y transformar nuestro tejido productivo, no solo para consolidar el crecimiento económico, sino para garantizarlo a medio y largo plazo; y liderar junto con otras naciones, a nivel europeo y multilateral, una respuesta conjunta a una crisis que es global. Una respuesta que nos ha permitido resistir el embate de la Covid-19; reactivar nuestra economía y consolidar una senda de crecimiento económico y de empleo.
La voluntad fue rotunda. El Gobierno de España puso toda la fuerza del Estado para proteger a nuestras empresas y a nuestros trabajadores. Y, a la par, en estos dos últimos años, la UE ha dado una respuesta radicalmente distinta a la que ofreció en anteriores crisis: la compra centralizada de vacunas por parte de la Comisión Europea; la política monetaria impulsada por el Banco Central Europeo y la aprobación de los fondos Next Generation EU, que confirman la notable eficacia y también la equidad de la respuesta de la UE.
Los fondos europeos son una oportunidad decisiva para la modernización de Europa y de España. Son el mayor avance de este siglo en la integración europea, no solamente por la cantidad que se moviliza sino también por los objetivos. 750.000 millones de euros destinados a la inversión, a las reformas y a unas políticas con las que Europa ha comprendido cuáles son los vectores que van a definir la competitividad de los países en esa nueva economía verde y digital en la que nos hemos adentrado de manera acelerada.
A día de hoy, España lidera en la Unión Europea la implementación del Plan de Recuperación. Somos los primeros en recibir los dos primeros pagos: más de 31.000 millones en transferencias. Desde su aprobación, hace más de un año, la Comunidad de Madrid ha recibido ya 5.067 millones de euros. De este montante, 2.018 millones de euros están siendo gestionados directamente por el Gobierno regional para el despliegue de inversiones en vivienda, movilidad sostenible, promoción de renovables, restauración de ecosistemas, renovación de edificios públicos, educación y formación profesional, inclusión y los servicios sociales. Otros 1.765 millones han sido ejecutados directamente por el Estado hasta este mes de septiembre de 2022. Y 1.284 millones se han asignado a fondos REACT-EU, una partida específica para fortalecer el Estado del Bienestar y blindar los servicios públicos.
Estos más de 5.000 millones inyectados en la economía madrileña se han canalizado a través de más de 155 convocatorias de ayudas que han beneficiado a 9.300 participantes, entre los que hay 320 entidades locales y organismos públicos, 3.130 empresas y centros de investigación, más de 165 fundaciones y asociaciones y más de 5.700 personas.
Si nos adentramos en la letra pequeña de esas grandes cifras, Madrid aprovecha estos fondos para desarrollar la ciencia y la alta tecnología con casi 200 millones de euros distribuidos en 21 hospitales madrileños y varias universidades con casi 90 proyectos de investigación. Madrid invierte en transición ecológica con 198 millones que reciben 16 ayuntamientos para poner en marcha zonas de bajas emisiones, entre ellos el Ayuntamiento de Madrid, que va a recibir 150 millones de euros para controlar la contaminación y mejorar la calidad del aire. Madrid afronta la transformación digital con casi seis millones de euros distribuidos en 33 proyectos para fomentar el emprendimiento digital o con otro montante de casi 19 millones para 22 proyectos de inteligencia artificial. También invierte en cohesión social con casi 11 millones de euros para seis proyectos de inclusión para perceptores del IMV.
Para que nos hagamos una idea del volumen de esta inversión nacional, en seis años España va a invertir en la modernización de su tejido productivo, una cantidad semejante a lo que invirtió a lo largo de 34 años de vida de los fondos de cohesión europeos.
Esos fondos contribuyeron decisivamente a la modernización de nuestro país. Hoy, los fondos europeos son la base de una nueva gran modernización, que no va a ser tanto de infraestructuras, como entonces, sino para impulsar la reindustrialización verde y digital, el cambio del modelo productivo y para la mejora de nuestro capital humano y de nuestra calidad de vida.
Detrás de estas grandes cifras hay personas que ven cambiada su situación: que sienten el respaldo de la política que se hace pensando en ellos. Las estrategias del Gobierno de España se hacen pensando en las personas que dan sentido a las cifras; se hacen para resolver problemas, anticiparse a ellos o labrar el camino del futuro de la gente, no para jugar a la política en la peor de sus versiones: la del plantón y el enfrentamiento gratuito, que pretende frenar el impulso de la modernización y el bienestar con argumentos de poca calidad democrática.
Aquel éxito de entonces volverá a darse ahora de forma acelerada en España, dando la vuelta a esta crisis global y convirtiéndola en una lanzadera para nuestra economía y para nuestra sociedad, enfocando el futuro con una perspectiva de progreso y solidaridad.
Desgraciadamente, quien no ha cambiado es la derecha de este país. Del mismo modo que en los años noventa, cuando nos acusaban de pedigüeños en Bruselas, mientras el gobierno socialista peleaba por aquellos fondos tan fundamentales para el cambio que precisaba nuestro país. Hoy, igual de reaccionarios que entonces, acuden a Bruselas para tratar de pisotear, sin ningún éxito, las esperanzas de un país con el fin de desgastar al Gobierno. Y eso que van de patriotas.
Nuestro proyecto para España es que España crezca, que crezca su economía, que crezca su empleo, que crezca su industria, que crezca también en competitividad y la calidad de vida de la gente para la que gobernamos. Consolidar ese crecimiento exige pacto, exige mucho diálogo en una sociedad y con una política institucional cada vez más compleja.
De poco sirve la confrontación política basada en el sectarismo y en la negación porque sí de lo que diga el contrario, presentar recursos ante los tribunales para tratar de frenar una realidad objetiva que supone un impulso al desarrollo de nuestra comunidad, o practicar un falso victimismo que quiere borrar una realidad irrefutable. De nada sirve dar la espalda a esta realidad presupuestaria, a esta capacidad de intervención en la economía tan necesaria para proteger a las empresas, a los ciudadanos y ciudadanas, mientras se afirma sin base real que Madrid sufre un injusto maltrato; o se hacen desplantes que solo restan, no suman.
Los fondos europeos son ya una realidad transformadora en Madrid. Día a día, cada una de las partidas que circulan por la comunidad, contribuyen decisivamente a la modernización y al bienestar de todos los madrileños y madrileñas. Porque de eso se trata, de gobernar para la gente.
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