Todo acaba para que empiece todo: Isabel Díaz Ayuso acude este jueves a la Asamblea mientras remata los últimos detalles del congreso del PP de Madrid del viernes y el sábado, que pondrá fin a la guerra civil que ha desangrado al partido conservador y dará el pistoletazo de salida en la preparación de las elecciones municipales y autonómicas de 2023. Nadie es ajeno a la importancia del momento. En el PP cunden los nervios porque la...

Todo acaba para que empiece todo: Isabel Díaz Ayuso acude este jueves a la Asamblea mientras remata los últimos detalles del congreso del PP de Madrid del viernes y el sábado, que pondrá fin a la guerra civil que ha desangrado al partido conservador y dará el pistoletazo de salida en la preparación de las elecciones municipales y autonómicas de 2023. Nadie es ajeno a la importancia del momento. En el PP cunden los nervios porque la líder apuesta por la renovación, lo que para algunos suena a revancha contra los casadistas y a subordinación de José Luis Martínez-Almeida a su poder omnímodo. En el entorno de la presidenta crece la tensión, porque su voluntad de reducir la organización amenaza con dejar fuera del poder interno a sus colaboradores del Gobierno, y con reestructurar el grupo parlamentario, ya que Alfonso Serrano baraja no continuar como portavoz para centrarse en la secretaría general. Finalmente, la oposición contiene el aliento: el cónclave acelerará el largo esprint preelectoral que se disputa desde hace semanas.

“Señora Ayuso, por fin, este viernes es el día y usted va a ser la máxima responsable del PP. ¡Qué nervios! ¡Cuántos sacrificios! Se ha dedicado 24 horas al día a eso y se ha olvidado de los madrileños”, arranca Juan Lobato, el líder de los socialistas madrileños, durante la sesión de control al Ejecutivo de este jueves en la Asamblea. “Olvídese de dedicarse 24 horas al día a machacar a su partido y a hacerle oposición al señor Feijóo para acabar con él también”, ataca. “Ahora que ha conseguido su objetivo personal de acumular poder, ¿está dispuesta a arremangarse para trabajar por Madrid?”, le pregunta a la presidenta regional. E insiste: “¿Está dispuesta a renunciar la bicefalia con el señor Feijóo para centrarse en Madrid?”.

“Compruebo su preocupación y su nerviosismo por lo que va resultar este fin de semana de un proceso de selección interna de mi partido, en el que yo me presento abiertamente ante los afiliados, y seré elegida, creo que porque me lo he merecido, presidenta de la casa en la que llevo 16 años”, le responde Díaz Ayuso.

Alfonso Serrano, actual portavoz parlamentario, será el hombre clave de la presidenta en la nueva estructura: su nombramiento como nuevo secretario general, en sustitución de Ana Camins, obliga al partido a decidir si le sustituye como portavoz parlamentario su segundo, Pedro Muñoz Abrines, o si se buscan otros perfiles en el caso de que no se espere a ejecutar el cambio a que acabe la legislatura.

Que la líder conservadora haya dado su visto bueno a que dirija el cónclave Miguel Ángel Recuenco, portavoz del PP en Leganés, marca el camino de varios de los próximos nombramientos: tras ganar las autonómicas del 4-M, Ayuso ha puesto la diana en los municipios que mantiene la izquierda en Madrid (Alcalá de Henares, Móstoles, Alcorcón, Leganés...), y por eso los representantes del partido en esos territorios del sur tendrán un peso específico en la nueva organización.

Caso distinto es el de José Luis Martínez-Almeida: Ayuso hará un esfuerzo para reflejar que los dos han firmado la paz tras la guerra que enfrentó a la baronesa con Pablo Casado, y en la que el alcalde de la capital, entonces número tres del partido, maniobró para dejar claro que no quería que ella acumulara el poder institucional y orgánico. Pero solo el reparto final de vicesecretarías reflejará las concesiones reales de Ayuso, fotografiando con toda seguridad el estado actual de la relación de los dos políticos, ayer iguales y hoy con el alcalde absolutamente subordinado al poder de la presidenta.

Choque con Vox por rebajar impuestos

Porque Ayuso no está dando puntada sin hilo en el proceso interno, tomando decisiones llenas de significado para el partido. Así, el nombramiento de Juan Carlos Vera como presidente del comité organizador del congreso fue un reconocimiento al PP más tradicional. Junto a él, las dos vicepresidentas fueron seleccionadas para lanzar mensajes internos: Inma Sanz, como guiño a Almeida (es una de sus principales colaboradoras en el Ayuntamiento) y Ana Millán, como gesto de apoyo y confianza, pues está siendo investigada por la justicia por un presunto caso de prevaricación administrativa.

Lo mismo ocurre con la Mesa que dirigirá el plenario de este fin de semana: en ella destacan como vicepresidentes Borja Fanjul, de la máxima confianza del alcalde de la capital, y Janette Novo, otra política a la que se quiere dar vuelo en el sur de la región (es portavoz en Rivas-Vacíamadrid).

Luego, en octubre, llegará la convención ideológica con la que la baronesa quiere rearmar al PP de cara a los comicios de mayo de 2023. Una cita para recuperar el impulso que llevó a Ayuso a ganar las últimas elecciones, y en el que no ceder terreno a Vox será una de las claves.

“Quieren ser como el PP, pero criticando lo que les conviene para dar lecciones económicas a un partido que ha sacado al país de la crisis varias veces”, ha espetado este jueves Ayuso a Rocío Monasterio. Es el aviso de la guerra política que viene: para empezar, este jueves el PP ha impedido que salga adelante la propuesta de Vox para ampliar la bonificación del impuesto de sucesiones y donaciones entre tíos y sobrinos del 20% al 90%. Los conservadores aseguran que antes de que acabe la legislatura activarán su propuesta de que la bonificación en los impuestos de Sucesiones y Donaciones se amplíe del 15% al 25% entre hermanos, y del 10% al 20% entre tíos y sobrinos.

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