Los litigios de Ignacio Sánchez: de llevar al Gobierno al Supremo a que declaren sin licencia al hotel Only You en Madrid

Un ciudadano, que ya ha ganado batallas a varios Gobiernos, prueba que el Ayuntamiento otorgó una licencia de ocupación sin que acabara la de fin de obra

La fachada del Hotel Only You junto al ático de Ignacio Sánchez, a la derecha.KIKE PARA

La cita se cierra en la cafetería del hotel de cuatro estrellas Only You Atocha, en pleno Paseo de la Infanta Isabel, en el centro de Madrid. Ignacio Sánchez, de 59 años, pide un café con leche y no salir en la foto. No quiere protagonismo. Aunque siente cierto morbo porque está en el lugar del crimen. ¿Y qué significa el lugar del crimen? Sánchez vio cómo ese edificio se fue construyendo antes de su inauguración, en 2016, sin perder detalle. Lo observó todo desde el que era su ático, justo al lado, y desde allí ejerció de protagonista de La ventana indiscreta, a lo James Stewart, apunt...

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La cita se cierra en la cafetería del hotel de cuatro estrellas Only You Atocha, en pleno Paseo de la Infanta Isabel, en el centro de Madrid. Ignacio Sánchez, de 59 años, pide un café con leche y no salir en la foto. No quiere protagonismo. Aunque siente cierto morbo porque está en el lugar del crimen. ¿Y qué significa el lugar del crimen? Sánchez vio cómo ese edificio se fue construyendo antes de su inauguración, en 2016, sin perder detalle. Lo observó todo desde el que era su ático, justo al lado, y desde allí ejerció de protagonista de La ventana indiscreta, a lo James Stewart, apuntando cada cosa que consideraba ilegal, denunciando, protestando, peleando. Y así consiguió que los tribunales le dieran la razón. La sentencia es firme desde hace cinco meses: los jueces anularon la licencia de ocupación del edificio. No es la primera vez que Sánchez gana un proceso: llevó al Gobierno de Zapatero al Supremo por las licencias de la Televisión Digital Terrestre (TDT) y también al Gobierno de Castilla-La Mancha por algo parecido. Donde pone el ojo Sánchez, llega una sentencia firme. Aunque el hotel, sin licencia, sigue operando con toda normalidad. Al menos por ahora.

Hace justo un año el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) concluyó que el Ayuntamiento había otorgado en 2016 esa licencia necesaria para que empezara la actividad en el edificio antes de dar por terminada otra, la que se llama de “fin de obra”. Lo hizo de forma “condicionada”, algo inusual en este mercado porque, según varios expertos con los que ha contactado este periódico, la licencia de fin de obra “es finalista”, es decir, se concede cuando está todo correcto, según lo marca la ley.

En el caso del Only You Atocha aceleraron los trámites: pidieron la de ocupación antes de tiempo, con la condición de que “en los seis meses siguientes” las obras cumplirían todos los requisitos legales. Sin embargo, allí estaba Sánchez, en su terraza. Observando. Viendo cómo el nuevo edificio sobrepasaba los límites, pues la altura de coronación —lo más alto— debía estar al mismo nivel que su terraza. Mientras miraba cómo pasaba el calendario, se presentó ante los servicios de urbanismo del Ayuntamiento. Se estudió la ley. Denunció. Acudió ya entonces al Tribunal de lo Contencioso Administrativo. Pasaron los seis meses. Comprobó de nuevo que “algunas cosas no cumplían con lo establecido en el proyecto” y denunció de nuevo. Comenzó entonces una guerra legal que duraría cinco años, hasta que el Tribunal Supremo no aceptó el recurso de Only You hoteles, en octubre de 2021, y la sentencia del TSJM se convirtió en firme.

“Los hombres tenemos una especie de afición a ver las obras y yo las veía desde esa posición privilegiada”, admite. Esa afición se une a lo que él denomina un carácter “litigante”, o lo que es lo mismo, que le gusta luchar para que “a los ciudadanos no nos tomen por tontos”. Y lo dice con conocimiento de causa. Porque cree que intentaron comprar su silencio con la oferta de una plaza de garaje a buen precio allí mismo, en el aparcamiento que estaban construyendo en las entrañas de aquel hotel que nacía en el hueco de un antiguo edificio que estaba semi protegido. No era un caramelo cualquiera. Pero decidió seguir peleando.

“Hay intereses encontrados, intercambio de favores… Y lo que hacen es, sabiendo cómo funciona la Administración y teniendo relación personal con los que toman las decisiones, tocar ciertos hilos y ya está. Hay una connivencia”, explica Sánchez, asqueado porque al ciudadano de a pie le embargan hasta las cuentas “ilegalmente” y a determinados poderes les dejan hacer y deshacer a su antojo.

Detrás de la marca de Only You hoteles se encuentran dos gigantes empresariales españoles al 50%: El Corte Inglés y el grupo Palladium, cuyo director general es Abel Matutes Prats, primogénito del alcalde de Ibiza durante la dictadura franquista y exministro de Asuntos Exteriores del PP con José María Aznar.

Cuando Sánchez se dio cuenta de aquello, no dudó en llevar al tema hasta las últimas consecuencias. Él disfrutaba de una terraza de unos 20 metros cuadrados con unas vistas espectaculares del centro y del sur de Madrid. Recuerda que desde allí contempló todo lo que pasaba a su alrededor. Se estudió el proyecto al dedillo y vio cómo las grúas derribaban una fachada y una escalera protegida con el argumento de que “amenazaba ruina”.

El hotel tuvo que construir después una fachada que simulaba a la anterior, pero el daño estaba hecho. “Es mucho más barato derribar y construir de nuevo que intentar rehabilitar lo que hay”, lamenta. Lo cierto es que aquel edificio que realmente estaba en ruinas perteneció al duque de Tobar, Ignacio de Figueroa y Bermejillo, que murió en 1953 y donó entonces el 20,69% del bloque al Ayuntamiento de Tánger. En 2007, el Consistorio de Alberto Ruiz-Gallardón consiguió que volviera a las arcas municipales madrileñas con la intención de rehabilitarlo y de destinar el 60% a vivienda libre y, el 40% a pisos protegidos. Nunca pasó.

Una nueva licencia

Según fuentes de Only You, que no tengan una licencia de ocupación legal “es un problema administrativo, puramente formal, que está en fase de subsanarse”. El Ayuntamiento se posiciona en la misma línea y asegura que había iniciado las actuaciones para la ejecución de la sentencia —Sánchez la ha pedido por escrito en varias ocasiones— pero que, tras iniciar el expediente de cese de actividad, “no se ha podido llevar a cabo, ya que [el hotel] había presentado una solicitud de licencia nueva”. Por tanto, explican, “al tener un proceso de licencia abierto no se puede ejecutar la orden de cese”. Y añaden: “Si cumple con toda la normativa vigente y tiene solventadas las prescripciones anteriores, esta nueva licencia le permitirá seguir funcionando”.

¿Le sirven todas esas explicaciones a Sánchez? Para nada. Este cartagenero estudió Imagen y Sonido, trabajó en los informativos de RTVE y ahora se define como emprendedor de varias startups (empresas emergentes), “sobre todo en una que tiene que ver con telecomunicaciones dirigidas a radios y televisiones”. Dice que cuando estudiaba no se veía como abogado, ni como médico o arquitecto, aunque ahora disfruta de lo lindo conociendo al dedillo todo lo que tiene que ver con el derecho administrativo (“que después se aplica a todo, con lógica”). Entre sus victorias, de hecho, se encuentra la sentencia del Supremo de 2012 que declaró nulo el reparto de canales de TDT o la del Tribunal Europeo de 2021 cuando ratificó la ilegalidad de la ayuda estatal a Telecom Castilla-La Mancha para desplegar la TDT.

“Tengo buenos abogados y, como les pago todos los meses, les doy trabajo”, sonríe. Por eso, ya tienen preparada la respuesta a la posible nueva licencia que ha pedido el Only You. “El TSJM anula los actos posteriores a la licencia de obra”, recuerda Javier Guillen, del despacho de abogados Guillen y Tovar Asesoría y Consultoría, que niega tajantemente que el Ayuntamiento haya iniciado actuaciones para la ejecución de la sentencia. “¿Cuál es el expediente? No nos consta”, pregunta. “¿Qué ha hecho el Ayuntamiento? Nada”, repite.

Sánchez ya no vive en el ático que se encuentra junto al hotel. Pero su labor de vigilante de la ley continúa. Y no se aburre.

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