El pulso Casado-Ayuso, una guerra civil llena de contradicciones, medias verdades y dudas

Del supuesto intento de espiar a la presidenta regional a la implicación de La Moncloa y hasta la dimisión de Carromero, los dos líderes del PP discrepan en todo

Pablo Casado e Isabel Díaz Ayuso, durante un desayuno celebrado el pasado junio.Foto: KIKE PARA | Vídeo: BELÉN H. GÓMEZ-MANSILLA
Madrid -

En la guerra abierta entre Pablo Casado e Isabel Díaz Ayuso solo hay una cosa clara: que la excusa para su enfrentamiento, que pone en juego el control del PP, es un contrato de 1,5 millones de euros de una empresa con la Comunidad de Madrid por el que el hermano de la presidenta reg...

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En la guerra abierta entre Pablo Casado e Isabel Díaz Ayuso solo hay una cosa clara: que la excusa para su enfrentamiento, que pone en juego el control del PP, es un contrato de 1,5 millones de euros de una empresa con la Comunidad de Madrid por el que el hermano de la presidenta regional cobró un dinero. A partir de ahí, todo son discrepancias. La cantidad que cobró Tomás Díaz Ayuso; si el PP investigó o no el acuerdo, y además si intentó que lo hiciera un detective; si Casado supo del contrato del hermano de la presidenta a través de La Moncloa; si Díaz Ayuso sabía que su hermano se iba a beneficiar o no. O si la decisión de concederlo fue suya o no. Como en cualquier buen thriller, hace tiempo que los dos protagonistas se han rodeado de secundarios que solo complican la trama. Los siguientes son algunos de los puntos de conflicto en la versión de cada bando implicado en la guerra civil del PP.

El intento de espionaje inexistente que confirmó un detective y obligó a dimitir a un cargo institucional. El miércoles por la tarde, el conflicto del PP estalla bajo la premisa de que el partido intentó investigar a la presidenta de la Comunidad de Madrid a través de la Empresa Municipal de la Vivienda y del Suelo (EMVS) del Ayuntamiento de la capital de España. A primera hora del jueves, el alcalde, José Luis-Martínez Almeida, lo desmiente. Lo mismo hace horas después el secretario general del PP, Teodoro García Egea. Y ya el viernes, Casado: ”Es absolutamente falso”.

En medio, ocurren dos cosas que casan poco con esa versión. Primera: El director de la agencia de detectives Mira, Julio Gutiez, afirma en una entrevista con el canal 7NN que “unas personas vinculadas a alguna empresa del PP” lo contactaron. ”Les dije que el trabajo que me querían encargar era ilegal”, afirma. Segunda: el coordinador general de la alcaldía capitalina, Ángel Carromero, dimite tras ver cómo el escándalo le salpica.

“[Dimite] porque está puesto en la picota y no quiere que su defensa personal afecte al alcalde de Madrid, que no tiene nada que ver en esto, igual que yo”, intenta justificar un día después Casado. Lo cierto es que en el PP cunde el pánico, cuando empieza a correr el rumor de que hay unos audios que demuestran la implicación de Carromero en el supuesto intento de espionaje, según una fuente popular. Esos audios nunca se publican y el ya ex alto cargo municipal defiende que no existen y que él nunca estuvo implicado ni conoció esa supuesta trama.

“Lo de Carromero es muy injusto”, dice otra fuente popular, que reconoce que su salida voluntaria, como poco, es un error de cálculo por parte del PP, pues refuerza la tesis de Ayuso.

Ángel Carromero y el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, en octubre. Chema Moya (EFE)

De 300.000 euros de comisión a 55.000 de contraprestación. Las dos partes no se ponen de acuerdo ni en lo que habría cobrado Tomás Díaz Ayuso. El jueves, la dirección nacional del PP filtra que fueron 280.000 euros. El viernes, Casado eleva la cantidad en público a 300.000. Al poco, Ayuso envía un comunicado que cifra la ganancia de su hermano en 55.850 euros, más IVA, y descarta que fuera una comisión por facilitar que la empresa beneficiaria del contrato lo lograra, pues, según su versión, sería una “contraprestación” por conseguir mascarillas en China en lo peor de la pandemia.

Ninguna de las dos partes hace público ni un solo documento que apoye ni valide su versión. A lo más que llega Ayuso es a revelar que en 2020 su hermano giró cuatro facturas a la empresa que firmó el contrato con la Comunidad, sin especificar el valor de las otras tres, con la excusa de que fueron por negocios que nada tuvieron que ver con Madrid. Un extremo que tampoco demuestra documentalmente.

De igual manera, la presidenta regional tampoco detalla si la diferencia entre los 300.000 euros en ganancias que atribuye a su hermano el PP, y los 55.000 más IVA que reconoce ella, se encuentra en esos tres acuerdos sin explicar. De hecho, Ayuso deja abierta la puerta a que su hermano haya hecho más negocios con contratistas de su Gobierno. “Probablemente”, dice en la cadena Cope.

Teodoro García Egea, secretario general del PP. Andrea Comas

El expediente antiayuso que no distribuyó el PP, pero se comentaba en todas sus comidas. Ayuso acusa al equipo de Casado de distribuir un expediente con informaciones en su contra entre rivales políticos y periodistas. Palabras que causan un terremoto en la sede nacional de Génova.

“Desmiento tajantemente que este partido haya elaborado ningún dosier sobre Isabel Díaz Ayuso”, dice, rotundo, García-Egea. “Si alguien lo hubiera hecho, sería cesado inmediatamente por mí. Como tampoco hemos imputado nunca la comisión de ningún delito”.

La periodista Isabel San Sebastián le contesta inmediatamente con un mensaje en un tuit: “Dice Teodoro García Egea que nunca ha elaborado ningún dosier sobre Isabel Díaz Ayuso, y hace dos días convocó una comida con más de 20 periodistas que dedicó a hablar de ese dosier y calumniar a la presidenta de la Comunidad de Madrid”.

Un día después, viernes, Casado respalda a su número dos, y niega que se haya elaborado información alguna en contra de su compañera de partido.

La Moncloa está implicada y no tiene nada que ver al mismo tiempo. El jueves, Ayuso desliza que la información que tiene Casado del contrato proviene de La Moncloa, insinuando una alianza en su contra entre Pedro Sánchez (PSOE) y el líder de su partido (PP). El presidente nacional del PP desmiente un día después ese extremo: ”No es verdad. A mí me llega una información a finales de verano, con datos fiscales y bancarios, por lo tanto, se podría inferir que podría venir de alguna institución pública. Es lo único que transmití”. Y lo tilda de señuelo para desviar la atención.

Al tiempo, Casado desvela que Ayuso no ha llegado a la conclusión de que sus problemas tienen que ver con Sánchez de manera repentina. “Desde la Puerta del Sol se nos dice [ya en 2021 ] que en La Moncloa les han dicho que ese supuesto dosier se lo hemos pasado [a La Moncloa] desde Génova y que eso sería gravísimo”, cuenta el presidente del PP en una entrevista con la cadena Cope. “Eso me lo dice a mí, directamente por mensaje, la presidenta de la Comunidad de Madrid. A lo cual, por supuesto, ni contesto. Y llamamos directamente a La Moncloa, que nos dice que eso es absolutamente falso”.

Así, La Moncloa está implicada y no tiene nada que ver al mismo tiempo. Tanto el PSOE como el Ejecutivo desmienten en las horas de mayor tensión cualquier implicación en la polémica interna del PP.

Del Ayuso decidió quién se llevaba el contrato al Ayuso no sabía nada. Para Casado, el gran problema de la polémica es que Ayuso presidió el Consejo de Gobierno que decidió quién se llevaba el contrato. ”Cuando presida el Gobierno no permitiré que un hermano mío cobre 300.000 euros adjudicados por mi consejo de ministros”, afirma. “Debería inhibirme a la hora de conceder el contrato”.

Ayuso contraataca esa tesis inmediatamente por dos vías distintas. Primera: publica toda la documentación del caso, y envía a dos de sus consejeros a defender en público que fue una dirección de la Consejería de Sanidad quien dio el visto bueno al acuerdo. Segundo: recuerda que para cuando el asunto llega a la reunión de su Gabinete ya está ejecutado y aporta un informe del secretario general del órgano que se apoya en la legislación para afirmar que la presidenta de la Comunidad no tenía razones para inhibirse en el asunto, como le reclamaba Casado.

Lo que no explican ni Ayuso ni su equipo es cómo se contacta desde la Consejería de Sanidad con la adjudicataria. Tampoco qué necesidad había de hacerlo si el que tenía acceso a las mascarillas era el hermano de la presidenta. Una circunstancia inquietante para Casado: “Si esa persona ha usado a una empresa de un amigo para hacer ese contrato, habrá quien pudiera pensar que está utilizando un testaferro para no figurar como el adjudicatario [evitando que se vinculara a los Ayuso]”.

Las explicaciones que la presidenta no daba hasta que ya no importó que las diera. Durante dos días, tanto García-Egea como Casado recriminan a Ayuso que no hubiera dado ninguna explicación sobre la polémica desde septiembre, cuando le hicieron saber su inquietud. ”Quedó emplazada a aportar más información, con el propósito de aclarar definitivamente el asunto. Ha sido en vano”, dice el número dos del PP, pese a que afines a Ayuso defienden que la líder conservadora sí transmitió a los pocos días más datos de una manera informal.

Y añade Casado: “Si me dice: ‘Mi hermano me ha dicho que lo que cobró es esta cantidad, en concepto de este trabajo’, entonces podremos ver si se ha cometido una irregularidad o una falta de ejemplaridad”.

Cuando la presidenta da sus explicaciones, primero al hacer público el contrato, luego al revelar la cantidad supuestamente cobrada por su hermano, y finalmente enviando toda la documentación a Génova, no sirve para nada. Demasiado tarde.

“Salir ahora a dar explicaciones... han volado esto con una trama de espionajes que hace agua por todos los lados”, critica una fuente de la confianza de Casado, que conoce muy bien la estrategia de Ayuso. “Y el tema no es el contrato”, subraya. “¡Todos son iguales! De gente que hacía vino, abrigos... eso no es”, añade, restando importancia a que la compañía contratada para suministrar las mascarillas por 1,5 millones de euros no tuviera ese fin en su objeto social. “Es lo del hermano. Y todo lo demás es una huida hacia adelante”.

Además, las explicaciones, dadas el jueves, llegan después de las andanadas de críticas que lanza el miércoles Ayuso contra Casado. Así, las dos partes se reúnen el viernes, y abandonan la cita demostrando, según la versión del equipo de la presidenta regional, que el contrato ya es lo de menos. Todo gira ya alrededor de la guerra orgánica por el poder, centrada por ahora en el congreso del PP de Madrid, que Ayuso quiere presidir, y en quién salva mejor la cara y queda como vencedor del conflicto.

“El presidente del PP pidió que la presidenta Ayuso dijera en un comunicado que no había sido investigada por el PP”, transmiten desde la Real Casa de Correos, sede del Gobierno regional. “A cambio, le levantaba el expediente”, añaden. Y rematan: “Reunión infructuosa”.

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