Pop Up Art, un escaparate de arte contemporánea en el centro de Madrid

En el espacio expositivo en la calle Serrano se pueden encontrar piezas exclusivas de artistas consagrados y de las nuevas generaciones

Los árboles en cajas de plexiglás del artista Alberto Ribera, expuestos en Pop Up Art.Olmo Calvo

Dos esculturas en madera que recuerdan a Julia, la cabeza femenina más famosa de la plaza de Colón, comparten escaparate con la silueta de una niña de hierro con un balón rojo entre las manos. Por un lado, el mallorquín Vicente Roscubas, que empezó su carrera en los años setenta y, por el otro, la joven promesa libanesa Nayla Kai Saroufim, que arrasa en las galerías londinenses con sus piezas en metal....

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Dos esculturas en madera que recuerdan a Julia, la cabeza femenina más famosa de la plaza de Colón, comparten escaparate con la silueta de una niña de hierro con un balón rojo entre las manos. Por un lado, el mallorquín Vicente Roscubas, que empezó su carrera en los años setenta y, por el otro, la joven promesa libanesa Nayla Kai Saroufim, que arrasa en las galerías londinenses con sus piezas en metal. Estos artistas consagrados y las nuevas generaciones van de la mano en un espacio expositivo en pleno centro de Madrid dedicado al mundo del arte contemporáneo. Se ha inaugurado este jueves la primera edición de Pop Up Art, un salón donde interioristas, coleccionistas y amantes del mundo de la decoración pueden disfrutar en primera persona de las últimas tendencias en el mercado del arte.

Pop Up Art nace de la experiencia de tres mujeres —Rocío Padura, Eugenia Fernández-Shaw y Rocío Galatas— en el mundo de la decoración. Desde hace más de una década organizan Antique & Chic, un espacio itinerante en el distrito de Salamanca donde anticuarios y casas de subastas exponen sus artículos dándoles la oportunidad de que cobren una segunda vida. “Hemos querido montar una feria de arte que tiene como protagonista la belleza, donde se mezclan diferentes generaciones de creadores más o menos conocidos para el público”, explica Padura. Los curiosos que hasta el 30 de enero pasen por el número 3 de la céntrica calle Serrano podrán encontrarse con este original experimento, que los acoge ya desde la acera con una escultura de Iván Gómez Aparicio.

Entre las jóvenes propuestas destaca el trabajo de la galería Helarea. Inés Luca de Tena estudiaba arte en Londres cuando se dio cuenta del contraste entre las ventas de obras de arte de las grandes casas de subastas y galerías y las de los artistas emergentes, obligados a vender sus creaciones literalmente en la calle. Para fomentar el trabajo de estos últimos decidió dedicarse a suplir las necesidades de particulares y profesionales del interiorismo, quienes encargan a los artistas obras exclusivas para sus clientes. La edad media de sus artistas no supera los 35 años, y las creaciones que exponen en Pop Up Art están entre las más originales.

La barcelonesa Gloria Estefanell ha decidido combinar su pasado como deportista profesional con su presente como pintora. En su obra plasma cada movimiento con energía y verosimilitud: los muñequitos en miniatura que reproduce mientras practican diferentes disciplinas —con predilección por los deportes invernales— salen del lienzo gracias a un generoso uso del acrílico que dota de tridimensionalidad a sus cuadros. Los edificios más famosos de la capital son los protagonistas de dos cuadros de Javier Madrid, artista abstracto que fusiona equilibrio y grandiosidad en su obra. Unos bocetos en blanco y negro del edificio Carrión, en Callao —más bien conocido como el edificio Capitol, con su icónico letrero de neones—, y del tramo de la Gran Vía que llega hasta Plaza de España resaltan sobre un fondo neutro, revitalizado por unas pinceladas coloridas.

Ignacio Scarpellini, responsable de la Galeria Gaudí, posa con las obras del artista Vicente Roscubas. Olmo Calvo

Con sus casi 50 años de experiencia, por la Galería Gaudí han pasado obras de expresionismo abstracto, esculturas y fotografía. Su director, Ignacio Scarpellini, están en constante búsqueda de arte que consiga impresionar y transmitir emoción. “En el mundo del arte contemporáneo vale todo. Todo es muy valioso, siempre que tenga un mensaje y no sea superficial”, reflexiona. Además de con las creaciones de artistas contemporáneos como Roscubas y Kai Saroufim, participan en Pop Up Art con obras de los maestros Eduardo Chillida y Antoni Tàpies.

Reencuentro con la naturaleza

Además de las galerías, el espacio expositivo abre sus puertas a los artistas independientes, como el decorador Alberto Ribera, que expone el resultado de un año de estudio y meditación en su casa de campo en un pequeño pueblo de Segovia. Aprovechó del confinamiento para alejarse de la ciudad y reconectar con su infancia: nacido en una familia de varias generaciones de artistas, pasaba horas en una habitación “para hacer cosas” en la casa de sus padres. “Era una cuarto donde teníamos de todo: acuarelas, madera, tejidos… todo lo que se podía utilizar para crear. Durante el confinamiento en Segovia recreé este espacio y volví a imaginar”, comenta el artista.

Desde el reencuentro con la naturaleza —de la que nunca se declaró muy fan, a pesar de tener una casa de campo— nacieron Los árboles, unas esculturas encerradas en cajas de plexiglás que recrean la vegetación segoviana miniaturizada y reinventada a partir de ramas y arbustos. “Aprendí a observar el cambio de las estaciones, la diversidad de colorido, los atardeceres y las mil formas de las flores… aspectos de la naturaleza que hasta entonces daba por sentado”, confiesa Ribera, agradecido de haber tenido la posibilidad de volver a crear.

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