Díaz Ayuso reconoce su dependencia de Vox y pide “humildemente” que apoye su plan económico

La presidenta rechaza la alternativa de pactar los presupuestos con el PSOE que le había ofrecido el nuevo portavoz, Juan Lobato

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso durante su intervención en el Pleno de la Asamblea. Foto: JUAN CARLOS HIDALGO (EFE | Vídeo: EPV

Pasado el confeti de la victoria del 4-M, el choque con la dura realidad: Isabel Díaz Ayuso ha tenido que pedir este jueves “humildemente” el apoyo de Vox a sus grandes proyectos económicos para la legislatura. Ha ocurrido durante la sesión de control al Gobierno celebrada en la Asamblea de Madrid. Frente a los titulares triunfales que dan por aprob...

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Pasado el confeti de la victoria del 4-M, el choque con la dura realidad: Isabel Díaz Ayuso ha tenido que pedir este jueves “humildemente” el apoyo de Vox a sus grandes proyectos económicos para la legislatura. Ha ocurrido durante la sesión de control al Gobierno celebrada en la Asamblea de Madrid. Frente a los titulares triunfales que dan por aprobadas propuestas que aún no han pasado por la Cámara, se ha impuesto la tozudez de la aritmética parlamentaria: Díaz Ayuso necesita al menos cuatro abstenciones de Vox para sacar adelante los Presupuestos, la rebaja del IRPF, y la eliminación de las tasas propias de la región. Como esos proyectos son clave para un Ejecutivo que cerró la pasada legislatura sin dejar huella, la presidenta se ha arremangado para intentar desencallar la negociación.

“Yo necesito seguridad, saber si vamos a sacar adelante los Presupuestos”, ha arrancado Díaz Ayuso, que ha aprovechado que Rocío Monasterio, la líder de Vox, le ha hecho una pregunta genérica que ha convertido en una diatriba contra la izquierda. “Con cuatro abstenciones podríamos seguir adelante, pero les pido humildemente no solo la abstención, sino el apoyo”, ha seguido. “Lo buscaré”, ha recalcado. “Aunque no lo necesitara, creo que es de ley entendernos, lo sensato y lo que la gente ha votado en Madrid. No tengo la seguridad de que me vayan a aprobar los presupuestos, la rebaja de impuestos, la supresión de los impuestos innecesarios. Y necesitamos estabilidad”.

Nada ha contestado Monasterio. El PP aún no ha logrado que Vox le traslade un documento que resuma sus exigencias en la negociación. Con el 22 de diciembre como límite para llegar a un acuerdo para las cuentas, la extrema derecha quiere apurar los plazos para así engordar la factura que se cobrará por sus votos. Ya ha conseguido que el PP se abra a reformar las leyes LGTBI. También que evalúe si se puede ampliar el cheque guardería para satisfacer su reclamación de que las guarderías privadas sean gratuitas. Y cada día añade una petición más, sin que se cierre el trato.

¿Y pactar los Presupuestos con el PSOE, como ofreció Juan Lobato, el nuevo secretario general, para sortear las exigencias de la extrema derecha, que este jueves ha calificado como “peaje”? Díaz Ayuso ha respondido con un no rotundo, y la primera intervención del portavoz socialista ha servido para recalcar la distancia entre los dos proyectos.

“No estamos aquí para repartir miseria, por eso no puedo pactar los Presupuestos con el PSOE”, ha lanzado la presidenta regional.

“Comienza una etapa dura, de fiscalización contundente. Le pido que nos ocupemos de Madrid”, le ha advertido Lobato, que sustituye como portavoz a Hana Jalloul y este jueves se ha estrenado como tal en la sesión de control al Gobierno.

Cancelada la posibilidad de un acuerdo PP-PSOE como el que se ha intentado negociar en Andalucía, todo queda igual en Madrid: con el PP en manos de Vox, y Vox en manos del PP. El uno depende del otro. Y mientras se deciden a pactar, pasan los días sin que el Ejecutivo apruebe sus reformas ni adapte sus propuestas a las consecuencias de la pandemia.

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