El fantasma de la sauna, una película musical inspirada en los clásicos de Hollywood
Dirigida por Luis Navarrete, esta tragicomedia rodada en Madrid se distribuirá comercialmente durante el otoño
Silencio, cámaras y acción. Es una toma única y el set de rodaje está montado para rodar la escena. No puede haber ningún fallo. Entre ordenadores y trípodes, la tensión se apodera de la sala, mientras el actor Martín Spínola rompe cada objeto del salón, bañado en una luz cálida y tenue. Las lámparas y los cuadros empiezan a volar y a ser estampados contra la pared, fruto de una explosión de ira y desesperación de Martín Spínola, que interpreta El Fantasma de la sauna, la película musical dirigida por Luis Navarrete, ...
Silencio, cámaras y acción. Es una toma única y el set de rodaje está montado para rodar la escena. No puede haber ningún fallo. Entre ordenadores y trípodes, la tensión se apodera de la sala, mientras el actor Martín Spínola rompe cada objeto del salón, bañado en una luz cálida y tenue. Las lámparas y los cuadros empiezan a volar y a ser estampados contra la pared, fruto de una explosión de ira y desesperación de Martín Spínola, que interpreta El Fantasma de la sauna, la película musical dirigida por Luis Navarrete, inspirada en los clásicos de Hollywood, y que se distribuirá comercialmente durante el otoño.
El argumento de este largometraje, filmado en distintas localizaciones de Madrid, versa sobre Javi, un joven que llega a la Sauna Popular buscando trabajo para cumplir su sueño de ser cantante, siendo el actor Néstor Goenaga quien le da vida. El negocio está en horas bajas y Asun, la dueña, interpretada por Antonia San Juan, decide acogerlo a cambio de ayuda. Pero pronto se dará cuenta de que aquel lugar esconde un oscuro secreto del que quedará prendado: el fantasma de la sauna, un hombre misterioso que vive en los conductos de ventilación, y que trae a escena Spínola.
Esta idea surgió porque a Luis Navarrete siempre le han entusiasmado los musicales, el cine clásico y la historia “a lo grande y romántica”. El director le dijo a su compañero Spínola que quería crear El fantasma de la Ópera o un Moulin Rouge, musicales por los que siente devoción. Y se les ocurrió que se desarrollase en una sauna gay. “Pensé que lo mejor era hacerlo en un contexto inesperado e incómodo, que nadie esperase una historia de amor inspirada en una cosa de primeras sórdida. Queríamos encontrar algo hermoso y bonito que se construye en ese ambiente, usando muchas referencias literarias y de películas que nos encantan”, comenta Spínola.
El lenguaje de la música ayuda a contar esta historia de amor entre dos hombres con toda su grandilocuencia y esplendor, convirtiéndose en un elemento que cohesiona y engrandece la película. “Hay momentos en el que se nos ponen los pelos de punta y sabemos que está funcionando, que va a quedar bien y que a la gente le va a gustar. La música es quien mejor puede unificar todo lo que hemos creado”, continúa Spínola.
La banda sonora corre a cargo de Ramón Grau, que comparte gustos musicales para lo audiovisual y lo teatral con Navarrete, lo que ha hecho que la complicidad entre ambos fluya. “Cuando me habló del proyecto me fascinó la idea. El mundo sonoro se va creando, empiezas con una música, una canción, un tema, una frase, una armonía y vas construyendo. Una vez que están todas las facciones asentadas llega el momento de imaginar la película y las secuencias y cómo va la música en cada momento”, señala sobre uno de los elementos clave del largometraje que refleja el inconsciente de los personajes y de la propias situaciones que se suceden. Porque la música en El Fantasma de la sauna es un elemento cohesionador y lo que no se puede expresar con las palabras del texto, se alcanza con este medio.
A medida que se iba escribiendo El Fantasma de la sauna, Luis Navarrete se dio cuenta de la importancia de visibilizar al colectivo LGTBI+. A él le hubiera gustado crecer viendo una historia romántica protagonizada por dos hombres y así normalizarlo completamente desde pequeño. “Madrid tiene toda la diversidad. La película viene de todas nuestras vivencias aquí y ese universo multicolor de las saunas y lo drag que ofrece la ciudad. Llega en un momento muy positivo para que se haga visible”, afirma Navarrete, enamorado de la capital en la que reside desde hace ocho años. “La intención es acercar el mundo que se empieza a descubrir en España con fenómenos como Drag Race, ese tipo de cosas que en otros países ha tenido una gran ebullición y aquí empieza a despertar. Creemos que la película va a ser una herramienta para que eso continúe”, completa Spínola.
Las referencias que ha utilizado el compositor son múltiples, desde musicales un poco más clásicos, el mundo de Disney con Aladín o El Jorobado de Notre Dame, hasta la ópera y la zarzuela, disciplinas con las que Ramón Grau trabaja, pasando por lo más moderno y actual del pop. “Hay una mezcla muy interesante que lleva desde hace tiempo con nosotros, mucha variedad, pero la propia película consigue que esta música tenga unidad”, indica.
Para Néstor Goenaga este papel ha supuesto enfrentarse por primera vez a un proyecto musical: “Me han ayudado muchísimo con la parte vocal. Creo que la clave está en interpretar la canción y abordarla igual que un texto o una escena. No centrarte tanto en la parte técnica, porque yo no soy cantante, pero ahí estás respaldado por toda la ayuda de la música y el equipo. Y funciona. Ha sido un reto, pero estoy muy contento con el resultado”. Considera que grabar un musical no es una tarea fácil y que hay que estar pendiente de los bailarines y las cámaras. “Es muy coreográfico, como una especia de danza. Es matemática este rodaje”, concluye el actor.
El fantasma de la sauna es una producción de Sophia Network, y cuenta con un elenco formado por Pablo Liñares, Javier Hernández, Fernando Albizu, Goizalde Nuñez, Alfredo Carbajo y la presentación de Supremme de Luxe, Pupi Poisson,y Tavi Gallart.
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