Primero lo bueno

Quizás eligiendo primero la buena consigamos colocarnos en un lugar en el que la segunda ya no sea tan mala, en lugar de condicionar nuestro ánimo a la esperanza de que algo bueno pasar.

Una chica celebrando su cumpleaños.

En breve será mi cumpleaños y como cada año por estas fechas me da por ponerme melancólica y hacer un balance del año, a ver qué tal.

Lo primero que he decidido es que este año voy a ser más magnánima conmigo misma, no puede ser que siempre empiece por los fallos para que luego me parezca justo adjudicarme los aciertos.

Este año lo haré al revés.

Es como cuando te dicen ¿qué quieres primero, la buena noticia o la mala?

Este año elijo la buena, porque es lo que más me hace falta.

Normalmente elegimos primero mala, para que la buena mitigue el golpe, ¿pero quié...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

En breve será mi cumpleaños y como cada año por estas fechas me da por ponerme melancólica y hacer un balance del año, a ver qué tal.

Lo primero que he decidido es que este año voy a ser más magnánima conmigo misma, no puede ser que siempre empiece por los fallos para que luego me parezca justo adjudicarme los aciertos.

Este año lo haré al revés.

Es como cuando te dicen ¿qué quieres primero, la buena noticia o la mala?

Este año elijo la buena, porque es lo que más me hace falta.

Normalmente elegimos primero mala, para que la buena mitigue el golpe, ¿pero quién sabe?

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Quizás eligiendo primero la buena consigamos colocarnos en un lugar en el que la segunda ya no sea tan mala, en lugar de condicionar nuestro ánimo a la esperanza de que algo bueno pasar.

Porque si no pasa, es la buena noticia la que te hace mantener la esperanza.

Bueno es, por ejemplo, que este año he oído hablar bastante de la salud mental, cosa que antes no pasaba, porque este año he conocido a bellísimas personas, todas con su pequeña tara que hacen cosas maravillosas y quisiera que a la hora de juzgarnos tuviéramos muy en cuenta que “normal” es lo que cada uno vive.

Ha sido un año muy jodido en el que me han pasado muchas cosas buenas.

Me dicen: ¡no te puedes quejar!

¡Y no me quejo!

Creo que la vida en general se porta bien conmigo, sobretodo desde que he decidido que esa vida es mía, y como mía que es, es mi responsabilidad, no hacer que valga la pena, sino vivirla intensamente incluso cuando pienso que no.

He madurado muchísimo este año, es gracioso cómo a los dieciocho te crees súper madura y vislumbrando los cuarenta te das cuenta de que una persona madura es tu abuela de noventa años hablándote de amor.

Que a ti te queda mucho por vivir, mucho por pasar y que hay que aprovechar todo el aprendizaje de esas situaciones para terminar tu vida con ese poso que solo da, la verdadera madurez.

Estamos siempre en evolución. convirtiéndonos en nosotros mismos, aprendiendo los que somos hacia los que seremos.

Creo que la vida en general se porta bien conmigo, sobretodo desde que he decidido que esa vida es mía, y como mía que es, es mi responsabilidad, no hacer que valga la pena, sino vivirla intensamente incluso cuando pienso que no

Y en este año tan raro en el que han pasado tantísimas cosas y nos ha removido tanto, Yo quiero empezar juzgándome por lo bueno, en lo que he mejorado.

Desde niña siempre me han dicho que no era constante, que empezaba las cosas con muchas ganas pero luego me desinflaba. Con los años descubrí, que era verdad.

Por eso quiero felicitarme este cumpleaños de una forma muy especial, porque hace falta ser muy constante, para que pongan monologuista, actriz y escritora, debajo de tu nombre.

Feliz cumpleaños, a mí.

Suscríbete aquí a nuestra nueva newsletter sobre Madrid.

Más información

Archivado En