Díaz Ayuso logra que el control de Telemadrid quede en manos de PP y Vox

La Asamblea aprueba la reforma para destituir al director del ente y sustituirlo por un administrador del gusto de la derecha

Isabel Díaz Ayuso, este jueves en la Asamblea de Madrid. En vídeo, Ayuso defiende la reforma de RTVM.Foto: EFE | EP

El PP y Vox han logrado el control total de Telemadrid a las 21.10 de este jueves. Con los 64 votos a favor del partido conservador, las 13 abstenciones de la extrema derecha, y los 58 votos en contra de PSOE, Más Madrid y Podemos, la derecha ha reformado la ley que regula la compañía pública para destituir al director general, José Pablo López, y deshacerse de una dirección que le era incómoda, pese a que ha multiplicado la audiencia de la cadena. El cambio legal coloca a...

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El PP y Vox han logrado el control total de Telemadrid a las 21.10 de este jueves. Con los 64 votos a favor del partido conservador, las 13 abstenciones de la extrema derecha, y los 58 votos en contra de PSOE, Más Madrid y Podemos, la derecha ha reformado la ley que regula la compañía pública para destituir al director general, José Pablo López, y deshacerse de una dirección que le era incómoda, pese a que ha multiplicado la audiencia de la cadena. El cambio legal coloca a Vox en una posición de privilegio para influir en la línea editorial de la televisión y la radio madrileñas: el apoyo de la extrema derecha es imprescindible para elegir al Administrador Provisional que ahora tomará el mando del ente, una figura de nueva creación diseñada a la medida de las necesidades de Isabel Díaz Ayuso.

“Quieren un Teleayuso, un aló presidenta”, ha acusado durante la sesión de control al Ejecutivo Carolina Alonso, de Unidas Podemos. “Aquí no hay un gobierno, hay un gran aparato de propaganda. Por eso quieren controlar Telemadrid. En estos cuatro años libres de sus injerencias, han demostrado que funcionan. Han aumentado un 25% su audiencia, compitiendo con televisiones que les triplican su presupuesto. Han demostrado que son solventes”, ha recordado. “Conclusión del PP: hay que fulminarlos. Quiere una televisión títere que justifique sus mentiras”.

La presidenta de la Comunidad de Madrid ha replicado como si no hubiera escuchado lo que le habían dicho: “Es mi misión como gestora garantizar el futuro, la audiencia y la calidad de Onda Madrid y de Telemadrid”.

Sin embargo, nada hay en la nueva ley que parezca destinado a cimentar la viabilidad de una cadena que cuesta 74 millones de euros al año, y que cerró el último ejercicio con superávit. Al contrario, el texto introduce una disposición destinada a acortar en dos años el mandato del actual director general. Un objetivo que abre la posibilidad de recurrir la norma ante el Tribunal Constitucional, bajo el argumento de que no se puede hacer una ley para una sola persona.

“Estudiamos recurrir al Constitucional”, ha reconocido Isabel Aymerich, del PSOE, durante el debate del texto. “Esto marca una nueva relación hacia el grupo al que el PP dirige todas sus miradas, Vox”, ha lamentado. “Asistimos a la ceremonia inacabada la pasada legislatura de quién domina a quién”.

Así transforma Telemadrid la votación de este jueves. La ley vigente hasta este jueves, y aprobada en 2015, cuando fue defendida apasionadamente por Díaz Ayuso, obligaba a partidos de distinta ideología a ponerse de acuerdo para elegir al director de la televisión (se requería una mayoría de dos tercios de los diputados de la Asamblea). Al tiempo, aseguraba la independencia del directivo al prolongar su mandato durante seis años, separándolo así de los cuatro del presidente autonómico. Y también daba voz a los profesionales en el Consejo de Administración.

En contraste, la ley que ha aprobado este jueves la Asamblea, a propuesta del PP, sortea la obligación de que partidos de distinta ideología se pongan de acuerdo para elegir al director de la televisión al introducir la figura de un Administrador Provisional, que tomará el mando mientras se logra ese difícil consenso. Ese directivo será elegido por el Ejecutivo. Su refrendo solo requerirá de la mayoría absoluta de la Cámara (la que suman PP y Vox). Podrá estar en el cargo tanto como sea necesario (no hay límite). Y permitirá al PP y a Vox seguir influyendo en Telemadrid incluso si la derecha pierde el Ejecutivo en las elecciones de 2023: no hay mecanismo de destitución, así que un hipotético nuevo gobierno seguiría teniendo que lograr un amplio consenso para nombrar con mayoría de dos tercios a un nuevo director general.

Mientras tanto, el administrador designado por Díaz Ayuso seguiría al frente de la compañía. Además, los profesionales dejarán de tener voz en la configuración del consejo de Administración.

“Convierten Telemadrid en un chiringuito”, ha lamentado Hugo Martínez Abarca, de Más Madrid. “No va a ser una Telemadrid muy de derechas, ni muy del PP, va a ser un Telemadrid muy de Ayuso, al servicio de sus intereses”, ha añadido. “Le asestan un golpe letal”.

La celebración del PP tras lograr el control de la televisión pública, plena de aplausos este jueves, recuerda a la alegría con la que el mismo partido acogió la norma que ahora rectifica. Pasó en 2015. Solo un año después, esto decía sobre aquella ley la misma Díaz Ayuso que ahora la ha cambiado: “Es el único camino que hay para despolitizar la tele”.

Los diputados, limitados a tres minutos exactos por intervención

Tras vivir la pasada legislatura entre choques dialécticos constantes, la Asamblea de Madrid ha estrenado un nuevo sistema de intervenciones en el primer pleno de la actual. Así lo ha explicado la nueva presidenta de la Cámara, Eugenia Carballedo, que ha decidido que se corten los micrófonos al vencer el tiempo reglamentario de las intervenciones en la sesión de control (tres minutos).

El sistema, que ya se emplea en el Congreso, y recuerda al antiguo programa televisivo '59 segundos', agiliza la sesión y acaba con un problema recurrente de los plenos de la pasada legislatura.

Quien dirija la sesión ya no tendrá que desgañitarse para convencer al diputado que interviene de que ha terminado su tiempo, y de que el debate debe avanzar ya sin su participación.

En el día del estreno del sistema, han sido muchos los diputados que no han logrado terminar a tiempo sus discursos, que en algún caso han continuado brevemente sin que ya se les escuchara por los altavoces.

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