Cataluña, el choque por la hostelería, y Casado, complican el pacto PP-Cs-Vox para los Presupuestos
Los tres partidos negocian mientras chocan por la estrategia del líder conservador y los comicios
La negociación para aprobar los Presupuestos de 2021 se está viendo dificultada por las tensiones que enfrentan a PP, Cs y Vox en las elecciones catalanas, por el cierre de la hostelería, y por el giro estratégico que quiere imponer Pablo Casado en la formación conservadora. “El PP no va a ser parte de un bloque nunca más, no queremos pactos como bloque”, advirtió ayer el líder nacional de los populares, que teme un sorpasso de la extrema derecha en Ca...
La negociación para aprobar los Presupuestos de 2021 se está viendo dificultada por las tensiones que enfrentan a PP, Cs y Vox en las elecciones catalanas, por el cierre de la hostelería, y por el giro estratégico que quiere imponer Pablo Casado en la formación conservadora. “El PP no va a ser parte de un bloque nunca más, no queremos pactos como bloque”, advirtió ayer el líder nacional de los populares, que teme un sorpasso de la extrema derecha en Cataluña y le debe a la alianza de estos tres partidos las presidencias de Madrid, Andalucía y Murcia. “A mi Díaz Ayuso no me ha comunicado todavía que renuncia a nuestros votos”, ironizó, en respuesta, Rocío Monasterio, líder autonómica de Vox y único socio posible del Gobierno de coalición de la región (PP y Cs) para aprobar las cuentas.
La ruptura entre PP y Vox que escenificó Casado en el debate de la moción de censura presentada en octubre por la extrema derecha contra Pedro Sánchez ya tiene carácter de estrategia nuclear para la formación conservadora. El líder nacional considera que el PSOE y Vox se alían para estrechar su espacio electoral, en general, y amenazan con ahogarle en Cataluña, en particular, pese a que los populares dependen de la extrema derecha en decenas de administraciones. Su giro estratégico afecta especialmente a Madrid, donde la presidenta Isabel Díaz Ayuso y el alcalde José Luis Martínez Almeida deben sus puestos a la formación de Santiago Abascal. Por ello, las palabras de Casado resonaron ayer en Vox con la contundencia los tambores de guerra, y en el PP madrileño con el tono agudo de una alarma.
-”A mi Díaz Ayuso no me ha comunicado todavía que renuncia a nuestros votos”, ironizó Monasterio.
-”Estamos obligados a negociar con Vox, es evidente”, explicitó una fuente que cuenta con la confianza de la presidenta Isabel Díaz Ayuso.
-”La presión la tiene Vox, porque Madrid necesita unas cuentas para la pandemia. Pero no son un partido al uso”, terció otra fuente gubernamental. “Los Presupuestos son fundamentales. La presidenta no quiere reducir consejerías, como le exigía antes Vox, porque todos los equipos están trabajando a manos llenas y sin respiro… pero si se convierte en una condición sine qua non, puede que se cediera”.
Nada refleja mejor cuánto se juega Díaz Ayuso en la aprobación de las cuentas. Andalucía, donde el popular Juan Manuel Moreno Bonilla también gobierna con Cs gracias al apoyo de Vox, ya ha sacado adelante tres proyectos de Presupuestos. Murcia, donde Fernando López Miras basa su poder en la misma ecuación, aprobó las cuentas de 2020 y ultima las de 2021. En Madrid, sin embargo, siguen vigentes los Presupuestos de 2019, porque Díaz Ayuso ni siquiera presentó el borrador de los de 2020, y no ha conseguido aún convencer a Vox que le dé sus votos para los de 2021. Se trata de un proyecto básico para la supervivencia política de la presidenta de Madrid. Aprobarlo garantizaría que termina la legislatura. No sacarlo adelante ilustraría la incapacidad del Ejecutivo para sacar adelante su proyecto.
“Nunca, en ningún caso, deberíamos irnos a un mes [en la negociación con Vox]. Me parecería una temeridad”, dijo el consejero de Economía, Miguel Giménez, en una entrevista con EL PAÍS publicada este lunes, justo dos semanas después de que PP y Cs anunciaran su acuerdo presupuestario. El próximo lunes, un día después de las elecciones catalanas, las tres partes entrarán en esa zona “temeraria” que puede hacer peligrar la eficacia de las cuentas si estiran su negociación.
¿La razón? Una vez que PP, Cs y Vox alcancen un acuerdo (si lo alcanzan), el proyecto deberá ser aprobado en el Consejo de Gobierno, tras lo que se iniciará su tramitación en la Asamblea, que se puede alargar un par de meses. De ser así, las cuentas con las que Madrid afrontaría la crisis del coronavirus deberían ser ejecutadas en apenas ocho meses.
“Requerimos de un presupuesto que dé respuesta a las necesidades de los ciudadanos ya, pero ya, sin tardar días, sin dejar pasar plazos porque haya otros procesos electorales, como el de Cataluña”, dijo ayer el consejero de Transportes, y expresidente regional, Ángel Garrido, en declaraciones recogidas por EP.
Así, la celeridad de la negociación dependerá de cómo hayan cicatrizado las heridas previas entre los tres partidos, y de cuántas nuevas abran las elecciones catalanas y las palabras de Casado.
Casi un año después de que fracasaran las negociaciones para aprobar una rebaja impositiva de apenas 16 millones de euros, Monasterio sigue sin fiarse de Aguado, al que acusa de ser un aliado encubierto del PSOE. “¿Tú estás en el Gobierno de Lasquetty o no?”, espetó la líder de Vox cuando el vicepresidente hizo que saltara por los aires su acuerdo con el consejero de Hacienda. Ahora, además, Monasterio le culpa de impulsar el cierre de la hostelería a las 21.00 horas, que Vox exige retrasar para empezar a negociar las cuentas.
En Cataluña, por otra parte, los tres aliados de Madrid son rivales electorales. Cs busca en los votos de PP y Vox un paracaídas con el que amortiguar un resultado que será peor que el obtenido en 2017, cuando Inés Arrimadas ganó los comicios. El PP, por su parte, pelea para evitar el sorpasso de la extrema derecha, que aún no se ha producido en ninguna comunidad autónoma. Y Vox, finalmente, arrancó la campaña con el único objetivo de lograr representación por primera vez en el Parlament, y ahora afronta el rush final de la campaña comiéndole terreno al PP, según la media de las encuestas.
De cómo se resuelvan esas diferencias dependen los 22.000 millones de euros que recogerán los Presupuestos de Madrid para hacer frente a la crisis social, económica y sanitaria que ha provocado la pandemia en una de las regiones de Europa más golpeadas por el coronavirus. Del proyecto no se sabe apenas nada, porque el Gobierno regional ha preferido ocultar los detalles de su pacto a admitir en público en qué ha rectificado su acuerdo para complacer a Vox. El partido de extrema derecha ya ha planteado más de 200 dudas sobre las cuentas al consejero de Hacienda. Pero todo eso ocurrió antes de que las palabras de Casado abrieran un nuevo frente en unas negociaciones marcadas por Cataluña.