Madrid inicia la primera fase de descongelación
Los supermercados vuelven a tener pan, Mercamadrid empieza a abastecer a los comercios y el aeropuerto, los trenes y las carreteras continúan a medio gas
Han pasado cinco días desde que llegó Filomena y Madrid sigue congelada. Los supermercados vuelven a tener pan y frutas, pero aún falta carne y algunas verduras y Mercamadrid trabaja a marchas forzadas. El aeropuerto, los trenes y las carreteras continúan a medio gas, mientras los traumatólogos no dan abasto con tanta caída. La capital está lejos de recuperar la normalidad previa al temporal. Aún más lejos queda la otra normalidad, la vieja, la de antes del coronavirus. Lo primero, lo de ahora, es sortear las c...
Han pasado cinco días desde que llegó Filomena y Madrid sigue congelada. Los supermercados vuelven a tener pan y frutas, pero aún falta carne y algunas verduras y Mercamadrid trabaja a marchas forzadas. El aeropuerto, los trenes y las carreteras continúan a medio gas, mientras los traumatólogos no dan abasto con tanta caída. La capital está lejos de recuperar la normalidad previa al temporal. Aún más lejos queda la otra normalidad, la vieja, la de antes del coronavirus. Lo primero, lo de ahora, es sortear las consecuencias de las heladas de esta semana, con temperaturas mínimas que rondan los 10 grados bajo cero y que ya ha dejado a los estudiantes en casa hasta el próximo lunes.
Reactivar el aeropuerto de Barajas está siendo una de las tareas más complicadas para recuperar cierta rutina. Este martes hasta las 18.00 habían partido 125 aviones frente a los cerca de 400 que operan desde la pandemia. Las dos pistas operativas están relativamente limpias, pero aún hay que retirar la nevada de sus márgenes. La nieve sigue bloqueando los estacionamientos de las aeronaves y 128 militares – entre miembros del Ejército del Aire y la UME– llevan desde el sábado retirando con manos y palas montañas de nieve bajo los aviones y han conseguido liberar cerca de medio centenar de aparatos. Pero aún queda trabajo por hacer. “Es complicado, requerimos mucha mano de obra porque para liberar los aviones no podemos usar maquinaria”, explica el capitán de la UME a cargo del equipo, Enrique Bascuas.
La situación en la terminal 4 ha mejorado respecto al lunes, cuando cientos de personas aguardaban desesperadas la enésima cancelación de sus vuelos, pero aún hay decenas de pasajeros colgados. “Estamos cabreados, cansados, sin ducharnos desde el domingo y durmiendo en el piso helado”, se queja Luis Miguel Batista, que tenía un vuelo con destino a La Habana para el domingo. Este martes se lo cancelaron por tercera vez porque el avión de la compañía Evelop sigue atrapado en una inmensa capa de hielo. Tras saber que se quedaban en tierra, parte del pasaje improvisó una manifestación que la Policía acordonó. “¡Queremos salir de aquí!, ¡Que limpien las pistas!”, gritaban. Aún no saben cuándo podrán viajar, las PCR de los pasajeros ya han superado de sobra las 72 horas de validez, pero la compañía mantiene que las autoridades cubanas las aceptarán.
El tráfico ferroviario y por carretera de mercancías y viajeros también sigue tratando de recuperar el ritmo. Renfe anunció este martes que todos los servicios de AVE operaban con cierta normalidad y que todavía trabajaba para recuperar de forma paulatina los Alvia y los Intercity. Los problemas se sucedieron en los Cercanías. Las bajas temperaturas congelaron las catenarias lo que provocó fallos en los motores de los trenes. Las averías supusieron importantes demoras en tres líneas. El metro, el medio de transporte más seguro para desplazarse, continúa funcionando las 24 horas por cuarto día consecutivo y los autobuses municipales reanudaron su servicio en 28 líneas.
Mercamadrid, la gran despensa de la capital, comienza a recuperarse. Este martes sus accesos ya estaban operativos y las cerca de las 800 empresas mayoristas que operan en las instalaciones –entre ellas prácticamente todas las de pescado y marisco– recibieron más de 16 millones de kilos de alimentos y más de un millar de camiones descargaron sus productos. Las frutas y el pan volvieron a los supermercados, pero no toda la carne y algunas verduras. El volumen de actividad fue menor que el de un martes normal –hay camiones y furgonetas que permanecen bloqueados y no han podido cargar y distribuir mercancía–, pero Mercamadrid prevé recuperarse en breve plazo de tiempo.
Vecinos, porteros, barrenderos, bomberos y hasta policías seguían intentando liberar las calles de la capital con picos, palas y kilos de sal, pero muchos barrios continúan aún intransitables con árboles quebrados atravesando las vías o enormes placas de hielo bloqueando aceras y calzadas. Muchos municipios de la región, como Aranjuez o Fuenlabrada, han abierto las vías principales de circulación, pero todavía hay bloqueadas bastantes calles secundarias y, sobre todo, las zonas peatonales. Técnicos consultados calculan que se tardarán al menos 10 días en volver a la normalidad y las bajas temperaturas dificultan el trabajo.
A pesar de las advertencias para quedarse en casa por el peligro de caídas y desprendimientos, las calles amanecieron con peatones arrastrando los pies sobre placas de hielo para dirigirse al trabajo, al mercado y hasta a las rebajas. Los traumatismos, de hecho, se han multiplicado estos días en las urgencias hospitalarias, y por la tarde ya se habían registrado más de 2.000 atenciones. El Summa atendió desde el lunes 7.500 llamadas, de las que 146 fueron por caídas en la vía pública, la mayoría por contusiones menores.
Con información de Francisco J. Barroso