“Estoy harta de trabajar como si estuviéramos en colapso constantemente”

‘Filomena’ añade dificultades a los centros de salud de Madrid que, saturados por la pandemia y con una situacón precaria de base, piden que se facilite el teletrabajo

Una vecina es atendida en el Centro de Salud Artilleros en el distrito de Vicálvaro.Chema Moya (EFE)
Madrid -

El lunes, Silvia Moreno trabajó en el centro de salud Adelfas, en la avenida de Ciudad de Barcelona. La red se cayó a las 11.30 y no volvió a funcionar a lo largo del día. Ni ordenadores ni teléfonos. Consiguió llamar desde su móvil “con número oculto” a una lista impresa de pacientes que tenía en la que venían sus números. “50, por cierto”, añade. “Esto y teletrabajar es lo mismo, solo que en malas condiciones”. El temporal lleva desde el pasado viernes sumando dificultades a las que ya arrastra un sistema sanitario con una situación de base precaria y ...

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El lunes, Silvia Moreno trabajó en el centro de salud Adelfas, en la avenida de Ciudad de Barcelona. La red se cayó a las 11.30 y no volvió a funcionar a lo largo del día. Ni ordenadores ni teléfonos. Consiguió llamar desde su móvil “con número oculto” a una lista impresa de pacientes que tenía en la que venían sus números. “50, por cierto”, añade. “Esto y teletrabajar es lo mismo, solo que en malas condiciones”. El temporal lleva desde el pasado viernes sumando dificultades a las que ya arrastra un sistema sanitario con una situación de base precaria y la saturación añadida desde que comenzó la pandemia de coronavirus, hace ya 10 meses.

Este lunes, el consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, decía en rueda de prensa que la gran cantidad de nieve había “afectado a la actividad de hospitales, centros de salud y Summa 112” y aseguraba que se “tardarán días en recuperar la normalidad”. Para la atención primaria esa vuelta a la actividad rutinaria es más complicada. Desde el 21 de marzo, cuando se reorganizó para nutrir al hospital de campaña de Ifema de profesionales durante la primera ola de covid, los centros y consultorios tienen incidencias continuas, cierres y cambios de horarios, los servicios de fin de semana de urgencias no han vuelto a abrirse. Ya en aquel momento, profesionales, organizaciones y sindicatos demandaron que se facilitara el acceso al teletrabajo. La conclusión, dice Moreno, sigue siendo la misma: “Teletrabajo ya. Estoy harta de trabajar como si estuviéramos en colapso constantemente”.

Filomena ha agravado esa situación en los últimos días. Primero con una gran nevada que dejó encerrados a miles de trabajadores del sistema, cortó accesos, incomunicó centros de salud e hizo casi imposible en algunos casos la asistencia urgente. Después con una bajada de las temperaturas que ha llegado hasta los -13,2º, en el aeropuerto de Barajas este martes. La Comunidad informó este martes de que “pese a las dificultades para acceder a sus lugares de trabajo debido a las circunstancias meteorológicas adversas en toda la región”, atención primaria realizó 211.644 actuaciones sanitarias, “similar a una jornada laboral previa al temporal”.

No siempre en las condiciones más óptimas. Los whatsapps se multiplican desde los móviles de profesionales de primaria de toda la Comunidad: “El Pardo [el centro de esa localidad] abierto desde las 10.18 porque nos traen en jeep desde la boca de metro. Yo haciendo horario acabalgado y con más horas”, “el techo del parking de Reyes Católicos [San Sebastián de los Reyes] se ha hundido encima de los coches”, “en el centro de Alicante [Fuenlabrada] no funcionaba ayer la calefacción ni hoy [por este martes] tampoco y se ha abierto el centro con tres calefactores para todo el centro”, “Arroyo [entre Vinateros y La Elipa] está sin agua”, “en el CS Marie Curie en La Fortuna (Leganés), la nieve de los accesos la estamos quitando nosotros, básicamente para que no se caigan los pacientes”.

Desde el centro de salud La Ventilla informaban este martes del cierre: “A última hora y cuando el centro ya había cerrado, se puso en conocimiento de la directora de nuestro centro que se procedía al cierre del mismo y que nos trasladaban de forma indeterminada e indefinida al CS Barrio del Pilar”. Y añadían que los vecinos se han quedado “sin asistencia sanitaria en el barrio, teniendo que desplazarse hasta el barrio del Pilar, con el peligro que ello conlleva tras las consecuencias de la borrasca: calles intransitables, resbaladizas y peligrosas”.

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“En mi centro, no tengo termómetro, aunque teóricamente hay calefacción, estamos todos con forro polar, es el Ramón y Cajal de Alcorcón”, cuenta Jesús Redondo, de AP Se Mueve. José Ramón de la Peña, enfermero en el centro de salud San Fermín, en Orcasur, cuenta al teléfono que la situación de estos días “viene desde hace muchísimo tiempo”: “Ahora mismo es caótico, esta mañana estábamos a cinco grados trabajando, no hay agua caliente tampoco, hay inundaciones a cada poco porque hay filtraciones en el techo. Lo arreglan y se rompe, lo arreglan y se rompe”. Dice que este martes la Comunidad envió dos radiadores para un centro que tiene una plantilla de 32 profesionales sanitarios y supera los 50 con el resto de personal. “Tampoco tenemos medios para hacer los domicilios, y la peor parte se la lleva administración, que está frente a la puerta de entrada”, lamenta este enfermero que recuerda que en esas condiciones “no se puede atender a los pacientes”. Algunos de sus compañeros, ante la imposibilidad de llegar al centro, se han quedado en los centros más cercanos a sus lugares de residencia para poder trabajar desde allí.

La “autoorganización”

“Pero todo es autoorganización”, dice Concha Herranz, médica de familia y miembro de AP Se Mueve y UGT, que explica que muchos especialistas, “desde médicos a matronas, trabajadores sociales o administrativos” se han “reorganizado para poder trabajar desde cerca de su casa, con apoyo de los compañeros y las direcciones asistenciales”. Pero, añade, “no es la forma”, aunque haya sido una solución de urgencia para “una situación general en la que las temperaturas no son las adecuadas dentro de los centros porque las exteriores son extremadamente bajas y, aún con calefacción, en instalaciones antiguas, hay muchos con incidencias y trabajando a ocho grados”. Y no solo es dentro de los ambulatorios: “Hay que salir a hacer domicilios y es un riesgo para los profesionales. La gerencia de atención primaria está en contacto permanente con los sindicatos pero no hay soluciones”.

Hay que salir a hacer domicilios y es un riesgo para los profesionales
Concha Herranz, médica de familia

El teletrabajo sería una de ellas. Aunque, dice Herranz, “para eso primero tiene que haber interés por parte de la Consejería de Sanidad”, que no ha respondido a las cuestiones sobre la situación de los centros de salud ni a si hay un plan para estudiar esta modalidad laboral. También habría que activar la logística necesaria para que sea seguro el acceso a las historias clínicas de los pacientes, para preservar sus datos y también los de los propios profesionales.

A esta médica de familia que ha pasado los últimos 14 años como pediatra le da “miedo”, por un lado, que la asistencia telemática “se convierta en la puerta de entrada para otro negocio de la Comunidad”. Por otro, suma, “hay que tener cuidado con cómo se teletrabaja, y habría que adaptar todos los perfiles, en días rotativos, para que se asegure la asistencia y no se sobrecargue a los que están de forma presencial. Primaria es un equipo y hay que cuidar a todos los miembros de ese equipo”. Esto, asegura, “ayudaría a poder organizar de forma segura la asistencia a los pacientes, que de forma telefónica ya se hace en un porcentaje muy alto en los centros de salud, y reduciría la posibilidad de contagios en los centros”.

Día y medio de espera para un paciente grave a causa del temporal

A pesar de que lo peor del temporal ya ha pasado, la Comunidad ha informado de que aún hay 82 consultorios locales y cuatro centros de salud cerrados. “Los usuarios están siendo derivados al Centro de Salud de referencia. La Gerencia de Atención Primaria, a través de sus direcciones asistenciales, está informando a los ayuntamientos afectados para reforzar la comunicación a la población”, ha informado el Ejecutivo en un comunicado. También sigue habiendo problemas de acceso para algunos profesionales, lo que retrasa y duplica el trabajo del resto de la plantilla de primaria. “No han querido habilitar el teletrabajo para la consulta telefónica. Las personas que no han podido ir a trabajar pese a estar sanas y estar capacitadas para resolver cosas por teléfono las han dejado en sus casas de brazos cruzados. Si estas personas aisladas hubieran llamado por teléfono, los que han podido trabajar presencialmente podrían haber atendido a más paciente físicamente y haber hecho más domicilio, liberando de carga así al colapsado Summa”, dice la médica de primaria Silvia Moreno, que este lunes sufrió esa sobrecarga.

Quiso pedir una ambulancia para un paciente octogenario “con sospecha de patología grave con riesgo vital y una mala situación basal”. Fue una “odisea”. Cuenta que el domingo la mujer del paciente llamó al Summa y les mandaron un antibiótico, intentando manejar así la situación ante la falta de ambulancias. Ella volvió a hacerlo el lunes por la mañana, le contestaron tras 30 minutos de espera: “No podemos trasladarlo, tendrás que esperar a mañana o buscar voluntarios". Moreno siguió con su consulta en el centro de salud Adelfas, en Pacífico, y cuando llegó a casa llamó de nuevo a su paciente.

Para entonces “ya no podía ni beber agua”. Marcó de nuevo el teléfono del Summa, otra media hora de espera: “Lo siento compañera, no te puedo garantizar ni que llegue en 24 horas la ambulancia, me da vergüenza, jamás había vivido esto". Intentó después contactar con voluntarios de transporte y taxis, asegurándose de que tenían posibilidad de meter una silla de ruedas, preguntó en grupos de WhatsApp a ver si a alguien se le ocurría algo: “Y mientras tuve que llamar a mi compañía de teléfono que me había bloqueado el móvil de llamar tantas veces esa mañana, por la consulta, y pese a tener llamadas ilimitadas”. Sobre las 19.00 de la tarde, un día y medio después de la primera llamada de ese paciente al Summa, apareció el taxi y también la ambulancia. “Pero es inaudito que haya que esperar a que trasladen a un paciente con riesgo vital, por muy mayor que sea, hasta esa hora”.

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