Terrazas con reserva previa

Llega la anhelada fase 1 y, con ella, las terrazas al 50% de su capacidad. El ministro de Sanidad, Salvador Illa, no había ni terminado su comparecencia el viernes cuando los teléfonos de los bares ya estaban sonando. “¿Ya reservan para la terraza?”, le preguntaba una mujer por del teléfono al gerente del Cascorro Bistrot, Carlos Campillo. De sus seis mesas en la plaza del Cascorro, solo podrá poner tres. “Tengo ...

Llega la anhelada fase 1 y, con ella, las terrazas al 50% de su capacidad. El ministro de Sanidad, Salvador Illa, no había ni terminado su comparecencia el viernes cuando los teléfonos de los bares ya estaban sonando. “¿Ya reservan para la terraza?”, le preguntaba una mujer por del teléfono al gerente del Cascorro Bistrot, Carlos Campillo. De sus seis mesas en la plaza del Cascorro, solo podrá poner tres. “Tengo lunes, martes, miércoles y jueves todo lleno y no han pasado ni 24 horas”, contaba este sábado. La suya es una de las 5.323 terrazas autorizadas en Madrid.

“Por fin podemos dejar de pretender que todos somos runners y podemos volver a beber en las terrazas”, dice Daniela Cuesta, de 24 años, que tiene reserva este lunes en la azotea del Círculo de Bellas Artes, con unas de las mejores vistas de la ciudad. “Tenemos un aforo permitido de 50%, 200 personas, pero vamos a empezar primero con menos gente y vamos viendo como se respetan las medidas de seguridad”, afirma una portavoz del Círculo de Bellas Artes. En la terraza del restaurante, tiene completas las reservas para comer y cenar hasta el domingo.

A pie de calle, el propietario de La posada del Nuncio, Javier Sánchez, está nervioso y emocionado. “He creado una carta especial para la fase 1 y ya tengo toda la terraza llena a la hora de los paseos”, afirma. Como él, en estos dos meses muchos hosteleros han tenido que reinventarse. “Nunca habíamos ofrecido comida a domicilio, pero hace tres semanas tomamos la decisión de hacerlo porque no podíamos aguantar más sin trabajar”, dice. “Volver a ver a mis clientes tomando algo en mi terraza, me importa ahora mucho más que la rentabilidad del negocio”, reconoce Sánchez.

En esto está de acuerdo Pablo Migliore, socio de Mamua Café. “Para ver si es rentable prefiero abrir y comprobarlo y no quedarme haciendo números en mi cabeza”, afirma este hostelero, que lleva tres años en el Rastro. Ambos confían en que no les van a faltar clientes, pero sí mesas para poder atender a todos los sedientos paseadores. “Esto va a ser una guerra por la terraza”, bromea Migliore.

Aunque las mesas se llenen, la hostelería de Lavapiés da el verano por perdido. “A la gran mayoría de nuestros hosteleros no les resulta rentable abrir en la desescalada debido a los límites de aforo”, apunta María Esteban, presidenta de la Asociación de Comerciantes de Lavapiés. Solo siete de 134 establecimientos (apenas un 5%) sacará su terraza a la calle hoy. Más del 80% de los bares y restaurantes de su asociación de comerciantes no abrirán hasta pasado el 30 de junio, si llegan a hacerlo. “Solo un 25% tiene terraza, con un aforo medio de cinco mesas para unas 20 personas”, subraya Mercedes Saracho, gerente de la asociación. “La mayoría solo dispone de barra y unas pocas mesas dentro. Calculamos que un 50% puede echar el cierre definitivamente”, agrega.

“El aforo propuesto es incompatible con la apertura, nos abocamos a un cierre masivo”, explica Antonio Amago, propietario de La Musa de Espronceda.

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