“Me preparo como si fuera al trabajo normal, no me quedo en pijama”

Tatiana Delgado (Madrid, 42 años) fundó hace un año y medio Out of the blue, una empresa con doce trabajadores donde se dedica a su vocación de toda la vida: los videojuegos. Una opción perfecta para sobrellevar la cuarentena, cree Delgado, por su capacidad para “teletransportar a otros mundos” al jugador. En octubre de 2018, nos contaba que ella no juega en su tiempo libre: “Cuando acabo la jornada no quiero saber nada”. Durante la c...

Tatiana Delgado (Madrid, 42 años) fundó hace un año y medio Out of the blue, una empresa con doce trabajadores donde se dedica a su vocación de toda la vida: los videojuegos. Una opción perfecta para sobrellevar la cuarentena, cree Delgado, por su capacidad para “teletransportar a otros mundos” al jugador. En octubre de 2018, nos contaba que ella no juega en su tiempo libre: “Cuando acabo la jornada no quiero saber nada”. Durante la cuarentena, sin embargo, ha recuperado uno de sus favoritos, Portal 2, ambientado en un laboratorio. “De los que a mí me gustan, con una buena historia que es increíble cómo está contada”, cuenta la ingeniera de Telecomunicaciones en este Patio de Vecinos en cuarentena.

¿Cómo va a afectar al negocio de los videojuegos la crisis del coronavirus?

Por una parte va a haber más ventas, pero creo que hay más miedo para invertir en futuros proyectos. Nosotros no sabemos si nuestros inversores se van a echar para atrás por la incertidumbre. Hay un poco de temor con lo que va a pasar, tanto en las pequeñas como en la grandes empresas.

¿Cómo ha perjudicado a su empresa?

Nos ha afectado en que teníamos ferias programadas y nos las han cancelado todas, y es en esos eventos donde se mueven los acuerdos. Ahora todo es online, que no es lo mismo que hacerlo en persona. Teníamos la GDC de San Francisco y la E3 de Los Ángeles.

¿Qué novedades lanzarán en Out of the Blue?

Tenemos intención de sacar juegos de realidad virtual, pero de momento estamos creando narrativos y puzzles [resolución de problemas]. No están desubicados, sino que hay un hilo narrativo en el que tienes que ir averiguando y resolviendo puzzles para avanzar.

¿La realidad virtual es el futuro de los videojuegos?

Sí, pero también de otros campos. Tiene muchísimas aplicaciones: puede servir para aprender a manejar una máquina o para que los cirujanos pueden formarse para operar con una modelo realista. También se puede utilizar para superar fobias como hablar en público.

¿Qué tendencias existen ahora en los videojuegos?

Ahora se apuesta por otros protagonistas: más personajes femeninos que no son el estereotipo de mujer que todos tenemos en mente, pero no son suficientes. También procedentes de otras etnias, de otras culturas. Esas propuestas suelen surgir en empresas pequeñas que no tienen miedo a arriesgar.

¿Hay iniciativas en el mundo de los videojuegos durante el confinamiento?

Muchas empresas están regalando las claves para acceder a sus juegos a personas que no puedan pagarlo. También se ha creado Game Jams, que consiste en que la gente tiene que crear un videojuego en una semana. Hay otra que se Coronavirus Jam. La gente tiene una o dos semanas para hacer un videojuego entre amigos y luego se presentan.

¿Existe una corriente que mezcla juego y ficción, como en el capítulo Bandersnatch de la serie Black Mirror?

Es muy interesante difuminar las líneas entre serie y juego porque puede acercar a este mundo a la gente que cree que los videojuegos no le van a gustar. Lo de Black Mirror fue un experimento que creo que les ha salido bien así que imagino que saldrán más propuestas de ese tipo. A mí me encantaría trabajar en algo así.

¿Lo tienen más difícil las mujeres para dedicarse a los videojuegos?

El porcentaje sigue siendo muy bajo, pero poco a poco se va incrementando. A todas las chicas que se quieren animar a hacer videojuegos, les quiero decir que lo hagan. Es un mundo muy duro pero les va a recompensar.

¿Qué tal lleva el encierro?

En realidad, lo único que echo de menos es salir a mis clases de bailar, aunque seguimos las clases por Skype. Tengo un balcón pequeño y salgo cuando da el sol para sentir que estoy fuera. No lo estoy llevando tan mal, estoy con mi marido y nos hacemos compañía.

¿Algún consejo de alguien ya acostumbrado al teletrabajo?

Yo me preparo como si fuera al trabajo normal, no me quedo en pijama. Lo que más me cuesta es desconectar, es peligroso no parar nunca. Hay que programarse para que cuando se acabe el trabajo sea tiempo de ocio. Yo, como soy la confundadora de la empresa, estoy más rato que los demás, pero el resto a una hora determinada desconectan.

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